¿MANTENEMOS LOS
RECUERDOS DE LA VIDA EXTERIOR ANTES DE NACER?
EN EL ÚTERO MATERNO, TODA LA COMUNICACIÓN DEL FETO CON EL
MUNDO EXTERIOR LE LLEGA A TRAVÉS DEL CORDÓN UMBILICAL pero, ¿hasta qué punto puede esta
conexión influir en los comportamientos adquiridos del feto después de nacer?
¿Puede aprender cosas que le sirvan o que recuerde en su vida en el exterior? Las
últimas investigaciones dicen que sí.
LOS SABORES QUE TE
ESPERAN
Las embarazadas a las que les gusta el picante tienen que
esperar, porque existe la creencia popular de que los sabores picantes o fuertes
(como el ajo), pueden afectar al feto durante la gestación o la lactancia.
El ajo es uno de los sabores más contundentes de la dieta
mediterránea. Proporcionado por El Confidencial El ajo es uno de los sabores
más contundentes de la dieta mediterránea.
Partiendo de esa premisa, Peter Hepper, investigador de la
Universidad de Belfast, decidió investigar si un feto podía realmente percibir
sabores fuertes y recordarlos al nacer, tratando de dar una respuesta que
arroje luz sobre lo que pasa realmente cuando estamos aún en el útero materno.
El estudio se basó en el seguimiento de 33 madres y sus
hijos, divididos en dos grupos, uno cuyas madres comerían ajo durante el
embarazo y otro que no. Después de la época de lactancia, los bebés cuyas
madres habían consumido ajo, mostraron una clara preferencia por el sabor del
mismo, que se mantuvo incluso años más tarde.
PERO LOS FETOS NO SOLO SON SUSCEPTIBLES A LOS SABORES
FUERTES. Otra
investigación del Pennsylvania's Monell Chemical Senses Center, instituto
especializado en el gusto y el olfato, avala la posibilidad de que los fetos
perciban los sabores que ingiere la madre. Realizaron un estudio con 46 embarazadas,
con un procedimiento similar al anterior, pero en este caso con un sabor sutil
como el puré de zanahoria. Este concluyó que, después del
experimento, los bebés que habían estado expuestos al puré expresaron menor número
de emociones negativas al volver a comerlo, teniendo una reacción más positiva
que los que no lo habían saboreado nunca.
¿CÓMO PUEDE UN BEBÉ
SABOREAR LA COMIDA EN EL ÚTERO MATERNO?
Los alimentos que ingiere la madre y, por tanto, los sabores,
se transmiten al feto a través de la sangre y del líquido amniótico y cuando el
feto comienza a tragar -en la décima semana de gestación- LOS SABORES TAMBIÉN SE
TRANSMITEN. Ello continúa después de nacer, mediante la leche materna. Esto
significaría que el bebé estará recibiendo y aprendiendo a identificar los
sabores de su cultura y, por tanto, aprendiendo de ella INCLUSO ANTES DE NACER.
INSTINTO DE
SUPERVIVENCIA
Varios estudios realizados revelan que no solo la especie
humana reacciona a estos estímulos, en todos los mamíferos el gusto y el olfato
son factores fundamentales a la hora de que la cría busque e inicie la succión
de la leche materna de manera instintiva.
Otra de las explicaciones que tiene es la necesidad de las crías de
dirigirse hacia los “ALIMENTOS SEGUROS” y al reconocer los sabores que ingiere
la madre será más fácil para la cría identificarlos llegado el momento.
EL IDIOMA MATERNO
Sería increíble que NUESTRO HIJO PUDIERA ESCUCHARNOS,
RECONOCERNOS y estar ya predispuesto a aprender nuestro
idioma antes de nacer.
La Universidad de Nueva York
cuenta con una investigación dirigida por el psicólogo Athena
Vouloumanos, quien trató de controlar la exposición prenatal a las voces
humanas y cómo afecta a los bebés recién nacidos. “Es complicado probar el
aprendizaje del idioma en fetos, por ello hemos centrado la investigación en
los estímulos de los recién nacidos”, indicaba Vouloumanos.
De este modo, analizaron las presiones y estímulos de
succión, la investigación concluyó que los bebés reaccionaban con más
intensidad al oír una voz que con otros sonidos. También revela que reaccionan
más positivamente al escuchar voces en el idioma de sus propios padres e
incluso que varían la velocidad de succión dependiendo de si escuchaban inglés,
francés o ruso, EN FUNCIÓN DE CUÁL FUERA SU LENGUA MATERNA.
Quién sabe, QUIZÁ PODAMOS AYUDAR A NUESTROS HIJOS A SER
POLÍGLOTAS INCLUSO DESDE ANTES DE NACER.
MÚSICA
Los estudios más tradicionales en fetos se han centrado en la
captación temprana del sonido, y algunos especialistas recomiendan ESCUCHAR
MÚSICA CLÁSICA durante el embarazo para evitar el estrés
en el feto. Pero ¿quién no ha pensado alguna vez en poner a los
Rolling Stones para que el hijo sea igual de fan que sus padres?
Cuidado si tocas la guitarra delante de tu bebé, porque
podría corregirte cuando desafines. Así lo concluyó un estudio de la
Universidad de Helsinki, en el que un grupo de embarazadas escuchó durante el
período de gestación una canción infantil similar a 'Campanita del Lugar',
frente a un grupo de control que no estuvo expuesto a la melodía. Tras nacer se
les puso a los bebés la canción con cambios o errores en la melodía y analizaron
las ondas cerebrales de los bebés para comprobar sus reacciones tanto en sueño
como en vigilia. Según Minna Huotilainen, directora del estudio, “los
bebés expuestos a la melodía tuvieron una respuesta claramente más intensa que
los no expuestos, lo que sugiere que la habían aprendido durante el período
fetal y se acordaban de la melodía”.
MIRANDO AL FUTURO
EL RETO AHORA ES DESCUBRIR LOS LÍMITES Y LAS IMPLICACIONES
QUE PUEDEN LLEGAR A TENER, así como los problemas o dilemas éticos que puede llegar a plantear.
Las incógnitas van desde si se podría orientar al bebé a tener
cierto tipo de gustos o inclinaciones a incluso si se podrían corregir o
mejorar algunos déficits del desarrollo desde la infancia más temprana,
MEDIANTE
ESTÍMULOS AL PROPIO FETO.
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