sábado, 9 de julio de 2016

SPA DE 10: ¿CÓMO LAS MUJERES DISFRUTAMOS EL SEXO?



¿EN QUE PENSAMOS LAS MUJERES DURANTE EL SEXO?

PLATICANDO CON MIS AMIGAS SOBRE LOS TEMAS DEL AMOR, LOS HOMBRES Y EL SEXO, LLEGAMOS A LA CONCLUSIÓN DE QUE, por cuestiones de generación, los hombres tienen ideas erróneas sobre CÓMO LAS MUJERES DISFRUTAMOS EL SEXO: piensan que necesitamos estar completamente enamoradas para hacerlo.

No se me espanten, pero seamos sinceras, NOSOTRAS TAMBIÉN DISFRUTAMOS DE ESTE ACTO TANTO COMO LOS HOMBRES Y PODEMOS DIVERTIRNOS CON ALGO CASUAL, porque es parte de explorar nuestra sexualidad y descubrir qué nos gusta y qué no. Así que, rescatando de la plática con mis amigas, TENGO 11 COSAS QUE LAS MUJERES PENSAMOS DEL SEXO Y LOS HOMBRES DEBEN SABER:

1. NO IRÉ AL ALTAR SÓLO POR TENER UNA SESIÓN FABULOSA
Si, las películas se han encargado de romantizar este acto; pero sépanlo bien: tener sexo también es una necesidad básica para nosotras y no por tener sexo una vez es suficiente para enamorarme y planear la boda perfecta.

2. EL TAMAÑO NO ES IMPORTANTE
Yo sé que para un hombre – porque lo he platicado con varios amigos- el tamaño de su miembro es sinónimo de virilidad, pero créanme, de nada sirve el tamaño si no saben usarlo.

3. LA CREATIVIDAD ES UN GRAN AFRODISÍACO
Si un hombre puede ser guapísimo y tener unos músculos que te pongan a temblar de sólo verlo pero, si no sabe cómo provocarte al hablar, estarás aburrida como ostra.

4. EL PRE SÍ ES IMPORTANTE
Con este te darás cuenta si hay química o no, igual los besos. No está padre que te topes con un robot que se mueve de manera automática ni con un pulpo con taquicardia que sólo se mueve a lo loco.

5. TAMBIÉN PENSAMOS EN SEXO
¿Qué? No se espanten, pero cómo lo dije antes, las mujeres tenemos también necesidades y nos gusta disfrutar el sexo.


6. Y POR ESO PODEMOS TENER “UNA NOCHE LOCA”
No todo el tiempo estamos buscando un “y vivieron siempre para siempre”; nos gusta conocer gente y vivir nuevas experiencias.

7. TAMBIÉN CONTAMOS HISTORIAS
No las presumimos, pero por salud mental siempre le contaremos a una amiga lo gran -o peor- noche que hayamos tenido.

8. NO TODO TIENE QUE SER TIERNO Y DELICADO
Otro cliché que tengo que romper. Hay ocasiones que por tiempo y/o ánimos no tenemos ganas de que se tomen su tiempo y todo sea lindo. Nos gusta vivir aventuras y no a todas nos gusta terminar abrazadas.

9. NO TENGAN MIEDO DE DECIR LO QUE QUIEREN
También nos gusta experimentar, pero no leemos mentes. Aunque creemos historias de dramas en nuestra cabeza, en el sexo es importante tener comunicación para que ambos lo disfrutemos.

10. SEAN NATURALES
Al menos yo, soy de la idea que un poquito de vello no es tan malo; ver que un hombre es más lampiño que un bebé no me atrae ¿Dónde queda esa virilidad? Aunque sean 3 pelitos de pérdida.

11. ME TARDARÉ EN LLEGAR
Es natural; el orgasmo femenino es muy diferente al masculino – mientras que los hombres tardan de 3 a 8 segundos, el de nosotras de 13 a 51 segundos-  pero sentir presión  por parte de ustedes, lo único que hará es atrasarlo más.

¿QUÉ MISTERIOS RESGUARDA EL DESEO SEXUAL FEMENINO?

SENSACIÓN QUE SE CONFUNDE CON AMOR. Barrios señala que existe una confusión entre enamoramiento y deseo entre las mujeres. En ambos casos los síntomas son muy parecidos: aumenta la temperatura -aunque sea subjetivamente- se incrementa el ritmo cardíaco y existe la sensación de mariposas en el estómago.

De acuerdo con el experto en sexología clínica David Barrios, se puede entender al deseo como una ansiedad de carácter erótico. Un estado anímico que permite la excitación y acumulación de sensaciones agradables; pero, ¿éste cambia de acuerdo al género?, y, ¿qué misterios resguarda el deseo sexual femenino?

Más allá de lo que se cree, EL DESEO SEXUAL FEMENINO ES TAN FUERTE Y VORAZ COMO EL DE LOS HOMBRES, sólo que a éstos la sociedad les permite expresarlo de forma más abierta, así lo indica Daniel Bergner, columnista del The New York Times y autos del libro “LO QUE LAS MUJERES QUIEREN.”

¿LO SABES TODO?
Ya sea por una cuestión social o cultural, aún existe una gran desinformación sobre cómo actúa, se desarrolla e influye del deseo sexual en las mujeres.

 1. ¿SE TERMINA? El deseo sexual de las mujeres se mantiene invariable con el paso de los años, e incluso aumenta, lo único que pierden más rápido es el interés en sus parejas, algo que confundimos con la falta de libido”, explica Kimberly Russell, investigadora en biología evolutiva, en el informe "Evolución y comportamiento de los sexos."

2. NO IMPORTA EL GÉNERO, LA VISIÓN DEL SEXO ES SUFICIENTE. De acuerdo a un estudio realizado por la profesora Meredith Chiver, de la Universidad de Queens, en Canadá, descubrió que, independiente de su orientación sexual, las mujeres suelen excitarse al observar imagines del coito; no importando que sea hombre con hombre, mujer y hombre o mujer con mujer.

3. SENSACIÓN QUE SE CONFUNDE CON AMOR. Barrios señala que existe una confusión entre enamoramiento y deseo entre las mujeres. En ambos casos los síntomas son muy parecidos: aumenta la temperatura -aunque sea subjetivamente- se incrementa el ritmo cardíaco y existe la sensación de mariposas en el estómago.

4. ¡ARRIBA LA CAFEÍNA! Expertos de la Universidad de Southwestern aseguran que consumir cuatro tazas de café al día aumentan el deseo sexual en las mujeres.

5. ¿EL DESEO NO ES IGUAL EN HOMBRES O MUJERES? Russell indica que la libido femenina es más exigente que la de los hombres, quienes pueden mantener el deseo sexual hacia sus parejas durante mucho más tiempo. De esta manera se pone en duda la supuesta naturaleza monogámica que rodean a la mujer. Ya que,  el deseo sexual, independientemente de la edad que se tenga, es similar para ambos sexos.

6. DÍAS MÁS FÉRTILES, MÁS DESEO. Expuesto en Archives Sexual Behavior, una investigación realizada por la Universidad de Leethebridge, reveló que las mujeres en sus días más fértiles tienen más fantasías y por consiguiente su deseo sexual se incrementa.

7. YOGA. Científicos de la Escuela Médica de Harvard han comprobado que la repetición de las posturas o "asanas" propias de esta actividad durante al menos doce semanas consigue aumentar el deseo.

8. CHOCOLATE. De acuerdo con un estudio publicado en la revista The Journal of Sexual Medicine, las mujeres que toman al menos una pastilla de chocolate negro al día experimentan mayor deseo sexual y tienen relaciones sexuales más placenteras.

El placer sexual, en hombres y mujeres, es parte de la vida no sólo biológica sino también emocional de las ellos. NO LO REPRIMAS, DISFRUTA DE ELLA Y EXPERIMENTA TODO LO QUE TE OFRECE.

"ESTUVE MÁS DE 20 AÑOS SIN ALCANZAR EL ORGASMO HASTA QUE PROBÉ ESTA TÉCNICA"

LOS CONSEJOS PARA DISFRUTAR DE UNA VIDA SEXUAL EXCITANTE E INTENSA ABUNDAN: posturas, palabras 'mágicas' o preliminares definitivos parecen ser la llave que abrirá a cualquiera las puertas para disfrutar de orgasmos increíbles. Pero, lamentablemente, aún hay muchas mujeres que no son capaces de llegar, ni tan siquiera acercarse, al clímax. Y pocas son capaces de confesar la realidad de su frustración.

Ahora, una persona anónima ha decidido contar su historia en 'Women's Health'. En ella narra cómo consiguió acabar con unas relaciones sexuales insatisfactorias, y su relato puede resultar de lo más alentador para miles de mujeres que comparten esa incapacidad para llegar al orgasmo.

LOS INTENTOS FALLIDOS HACEN QUE MUCHAS EVITEN PRACTICAR SEXO

¿ESTO ERA EL SEXO?
“Tengo 45 años pero no tuve mi primer orgasmo hasta hace 3. Y no fue precisamente por falta de intentos. Tenía 19 años cuando perdí mi virginidad, fue la primera vez que ocurrió que él llegase al orgasmo y yo no, y pensé '¿esto es el sexo? Menuda decepción'. Lamentablemente esto siguió ocurriéndome los siguientes 20 años de mi vida”

Tras algún pequeño intento durante sus 20 por enmendar la insatisfacción, optó por mantenerse 'virgen' –a partir de ese momento, claro está– hasta el matrimonio. Fue a los 36 años cuando se casó con Scott, como le llama en el relato, pero la espera y las ganas generadas no fueron suficiente. Su vida sexual no parecía funcionar de ninguna de las maneras.

La pareja optó por acudir a un asesor matrimonial y una de las directrices que les dio fue que tenían que practicar sexo al menos tres veces a la semana, aunque ella no llegase al orgasmo. “Después de dos años y medio perdiendo el tiempo, sabía que me gustaba la intimidad, el roce y los abrazos, pero estos nunca fueron suficientes para que alcanzase el clímax pese a que Scott siempre me decía que le dijese qué me gustaba y constantemente me preguntaba si estaba bien”, recuerda la protagonista.

“Había leído todas estas novelas románticas y todo el mundo a mi alrededor hablaba de lo genial que era el sexo. Pero para mí, era solo una tarea más entre todos los millones de quehaceres que tenía que hacer cada día”, confiesa. “No dejaba de pensar que tenía que haber algo más y que algo faltaba en mi vida”.


¿ESTO ES NORMAL, DOCTOR?
“Sabía que tenía que haber una respuesta por ahí. Cuando le pregunté a mi ginecólogo qué podía hacer me sugirió que me masturbase. Recuerdo pensar '¿está bromeando?'”, continúa. Fue justo después de aquella visita al especialista cuando encontró un cartel de un centro médico especializado en sexualidad femenina que decía algo así como '¿No eres capaz de tener un orgasmo? ¿No sabes lo que es un orgasmo? ¿Te sientes sexualmente insatisfecha? Tenemos la solución'. Como si le hubiesen mandado el mensaje desde el cielo, no tardó en acudir a aquella clínica especializada en cuanto dejó de amamantar a su segundo hijo.

Tenía 41 años cuando empezó el tratamiento en enero de 2011. Tras varios análisis y exploraciones, los médicos se dieron cuenta de que los niveles de testosterona en sangre eran mucho más bajos de lo normal, por lo que iba a necesitar que su cuerpo reclamase algo más de interés sexual y aumentase su grado de excitación en los encuentros.

“Empecé varios tratamientos hormonales y me recomendaron que viese pornografía, así que me dieron un iPad que mi marido codificada para que nadie más que yo pudiese usarlo. Él siempre fue muy paciente y amoroso, me apoyo durante todo el proceso”, comenta con cariño.

LA BÚSQUEDA DEL ORGASMO
“Con el aspecto médico cubierto y un nuevo estímulo visual, estuve cerca de un año en tratamiento pero todavía me costaba mucho acercarme a la meta ni mucho menos cruzarla”, explica y comenta que la vida familiar con dos hijos minaban su intimidad y unos encuentros sexuales totalmente planificados dejaban sus insatisfechos deseos en un segundo plano.

Pero encontró la solución en una táctica a la que hasta ahora había dado la espalda: “ME COMPRÉ UN PAR DE VIBRADORES Y EMPECÉ A PRACTICAR CON ELLOS. Estaba en el segundo año de tratamiento y entonces me inyectaba cápsulas de liberación prolongada que tenían una dosis mucho más fuerte que las de testosterona. En la primavera de 2012, cuando me dieron la dosis más alta ¡TUVE MI PRIMER ORGASMO!”, recuerda emocionada.

“Mi marido y yo estuvimos unos 45 minutos manteniendo relaciones sexuales. Fue una de las sesiones más largas de nuestra historia. Todo lo que recuerdo es decirle a Scott '¡AHORA SÉ LO QUE ME HE ESTADO PERDIENDO!' LA SENSACIÓN FUE MUCHO MÁS POTENTE DE LO QUE ESPERABA, me sentí como si una corriente eléctrica pasase por todo mi cuerpo de una forma extremadamente placentera. FUE UNA LIBERACIÓN ENORME”.

CUIDADO CON EL ABUSO DE PLACER
Pero no todo podía ser tan sencillo. Tras descubrir la dosis perfecta para gozar de intensos orgasmos con su marido, comenzaron los efectos secundarios del consumo de testosterona: “Tenía una gran cantidad de vello facial y llegó un momento en el que estaba todo el tiempo pensando en sexo. Así que decidimos parar con las hormonas, ya que, por aquel entonces, ya había conseguido tener orgasmos regulares usando un vibrador”.

El fin del tratamiento hormonal se tradujo en unas relaciones activas y placenteras de forma natural. Aunque reconoce que sin la ayuda médica quizás nunca habría disfrutado de un orgasmo, hoy sabe cómo conseguirlos sin problema con la ayuda de los juguetes sexuales que, reconoce, no duda en recomendar y regalar a las mujeres que conoce que confiesan tener un problema similar al que anuló su vida sexual durante más de 20 años: “Intentar experimentar un orgasmo sin éxito durante 23 años es como si a alguien que nunca ha comido chocolate le tratas de explicar lo increíble que es su sabor. Pueden describirlo, pero hasta que no lo coma por sí mismo, realmente no sabrá de lo que le hablas. Estoy muy contenta de poder saber lo que es el placer orgásmico por mi misma”.
 

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