¿Y SI NO ME GUSTA LA
FRUTA?
- Los mejores momentos del día para comer fruta son,
fundamentalmente, TRES: POR LA MAÑANA, PARA DESAYUNAR; A MEDIA MAÑANA Y A MEDIA TARDE. La
idea es consumir la fruta con el estómago vacío, ya que la digestión es más
rápida y nuestro organismo absorbe todos sus nutrientes.
- Mejor no tomarla después de comer. Pese a que hay
nutricionistas que aseguran que comer fruta es bueno siempre, y que si nos
sienta bien conviene comer frutas a destajo, pues su aporte nutritivo es
espectacular, hay muchos otros que aseguran que el peor momento del día para comer
fruta es precisamente cuando solemos hacerlo, después de comer.
El motivo es que la digestión es más lenta, de modo que la
fruta acaba fermentando en el estómago y por ello muchas personas aseguran, con
razón, que les sienta mal después de comer. Por lo tanto, es importante evitar
la fruta en la medida de lo posible después de las comidas, especialmente las
personas que tienen problemas digestivos o que sufren de digestiones pesadas. Esto
no quiere decir, no obstante, que engorde más, pues al final las calorías de
los alimentos son las que son y no importa en qué orden se consuman, sino que
probablemente será más difícil de digerir.
- Tampoco conviene tomar fruta por la noche, como cena, ya
que la fruta tiene una sustancia llamada fructosa, que el cuerpo transforma en
glucosa y que si no consumimos se queda en el organismo en forma de grasa. Es
conveniente, pues, consumir esta fructosa en las horas centrales del día, y
evitar tomarla por la noche, justo antes de dormir.
- ¿Y SI NO ME GUSTA LA FRUTA? Es cierto que el desayuno es un
momento excelente para tomar fruta, pues los beneficios de ésta alcanzan sus
cotas más altas con el estómago vacío, pero también lo es que hay muchas
personas a las que no apetece en absoluto una pieza de fruta en ayunas. Y es
una pena, ya que precisamente al levantarnos es interesante dar a nuestro
cuerpo una dosis de energía y nutrientes que sea muy fácil de digerir, para
estar ligeros y frescos, y lo que solemos hacer es todo lo contrario: comenzar
con pan blanco y lácteos, en la mayoría de los casos. La solución es comenzar a
experimentar con los zumos, y acompañarlos de buena mañana, por ejemplo, con
una rebanada de pan de espelta o centeno y un chorro de aceite de oliva. Prueba
durante unos días y verás qué bien te sientes.
- UNA BUENA OPCIÓN ES TAMBIÉN COMER FRUTA ANTES DE LAS COMIDAS, y
no sólo porque nos van a saciar y nos van a aportar una gran cantidad de fibra,
sino porque así evitaremos las consecuencias digestivas de tomarlas después y
la comida nos sentará estupendamente. Si no nos apetece una pieza
de fruta, una buena opción, especialmente ahora que viene el verano, es empezar
con una sopa fría de frutas, que puede ser de melón y melocotón, por ejemplo.
-Evita las conservas y los almíbares, en la medida de lo
posible, pues suelen llevar una gran cantidad de azúcares.
4 EFECTOS SECUNDARIOS
RAROS DE LA PÉRDIDA DE PESO
Perder peso puede tener extrañas consecuencias. Aquí te
decimos cómo evitarlas para disfrutar de tu nuevo físico.
HAY INNUMERABLES BENEFICIOS AL BAJAR UNOS KILOS SI TIENES
SOBREPESO O ERES OBESO. Tendrás más energía. Te verás y sentirás mucho mejor con la ropa. Disminuirás
drásticamente el riesgo a contraer diabetes, depresión, apnea, impotencia,
dolor de espalda, enfermedades cardiovasculares e incluso algunos tipos de
cáncer.
Pero de vez en cuando, perder una gran cantidad de peso puede
desatar algunos efectos secundarios extraños, comenta Tricia Leahey, profesora
de psiquiatría del Colegio de Medicina Warren Alpert de la Universidad Brown.
Mientras que los pros de disminuir el peso superan por mucho
los contras, las siguientes consecuencias potenciales podrían detener tu
progreso – o peor aún – desanimarte para llegar a tu meta final.
Ahora lee y prepárate
para mantenerte en forma:
DEPRESIÓN
Teóricamente deberías sentirte muy bien por cada kilo
perdido, entonces, ¿por qué estás tan triste? De acuerdo con un estudio de la
Universidad de Londres, perder peso puede aumentar el riesgo de depresión.
Investigadores observaron a más de 2,000 adultos con
sobrepeso por cuatro años. Los sujetos que perdieron al menos 5% de su peso
corporal aumentaron su posibilidad de sentirse deprimidos 78% en comparación de
los que casi no movieron la aguja de la báscula.
“Frecuentemente tenemos muchas esperanzas al bajar de peso,”
comenta Alexis Conason, psicólogo clínico de Nueva York. “Cuando perdemos peso
nos encontramos luchando con los mismos problemas, esto puede hacernos sentir
frustrados o desanimados.”
QUÉ HACER
Duerme bien y come sanamente cuando tengas hambre para
reducir tu riesgo de depresión, recomienda Conason. Estar bien alimentado y
descansado ayudará que fortalecer tu resistencia para sobrellevar el reto.
Si te obsesionas por la pérdida de peso y comienzas a
abandonar tus planes de ir al gimnasio con tus amigos o comienzas a contar cada
caloría que consumes en tus comidas – busca la ayuda de un psicólogo.
Hazlo de igual manera si experimentas síntomas de depresión:
tristeza en general, aislamiento social, pérdida de interés en cosas que
normalmente te agradan, comenta Conason.
PIEL COLGANTE
Tristemente, bajar de peso no incluye abdominales firmes
instantáneos. Si pierdes muchos kilos, es muy probable que termines con exceso
de piel.
“La piel se estira con el tiempo para acomodar la masa
corporal extra,” afirma Adonis Maiquez, director de bienestar y medicina
regenerativa en el Instituto del Manejo e Intervención del Envejecimiento en
Miami.
Cuando la grasa se va, tu piel podría carecer de la
elasticidad suficiente para regresar al tamaño actual de tu cuerpo, dice el Dr.
Maiquez.
La cantidad de piel colgante con la que termines depende de
tu edad, que tan rápido bajaras de peso y que tan seguido hayas perdido o
ganado peso en el pasado, afirma.
QUÉ HACER
En casos de pérdida extrema de peso, la cirugía plástica
podría ser la única manera de deshacerse de esa piel extra, afirma Holly Wyatt,
profesora de medicina en la Universidad de Colorado.
Pero si tu piel sobrante no es mucha, puedes construir
músculo para lograr que tu piel se vea más firme, sugiere la Dra. Wyatt.
DOLOR DE ESTÓMAGO
La gente que baja rápido de peso desarrolla cálculos biliares
– unas bolas duras que se forman en tu vesícula biliar, comenta la Dra. Wyatt.
Si eliminas la grasa en tu dieta, tu vesícula biliar no se
contrae tan frecuentemente como para permitir que la bilis se concentre en el
órgano, lo cual lleva a la formación de piedras, explica.
QUÉ HACER
Incluye grasa en tu dieta para mantener la vesícula
trabajando de manera correcta, dice la Dra. Wyatt. La grasa es vista
generalmente como un demonio de la dieta, pero los estudios demuestran que el
nutriente no es lo que infla tu estómago- el exceso de calorías sí.
La grasa también logra que todas tus comidas sean más
agradables, siempre y cuando vigiles tus porciones. Consulta a tu médico si
presentas síntomas de cálculos biliares como dolor intenso de estómago, nausea
y fiebre.
PERDIDA DE AMOR
De acuerdo con un reciente estudio de la Universidad Estatal
de Carolina del Norte; puedes aumentar tus posibilidades de éxito al bajar de
peso si unes esfuerzos con tu pareja. Pero si ésta no está de acuerdo, tu
relación puede sufrir.
Investigadores encuestaron parejas en las que uno de los
miembros había perdido peso. El cambio de estilo de vida de uno de los
integrantes llevó a discusiones y sentimientos encontrados entre la pareja,
afirma la autora del estudio, Lynsey Kluever Romo. Ten en cuenta que perder
peso puede hacer sentir a tu pareja abandonada, culpable o celosa.
QUÉ HACER
Explícale que perder peso es importante para ti. Si logra
comprender tus motivos, será más probable que te apoye, comenta Conason. Pero
no le pidas que se adhiera a tu rutina de ejercicio. Tu insistencia podría
llevar a peleas y regaños.
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