jueves, 17 de agosto de 2017

SPA DE 10: NOS OBSESIONAMOS CON DORMIR 8 HORAS

PERO 10 MINUTOS DE SIESTA,  PUEDEN SER MEJORES


Llámalo como quieras: PAUSA, RESPIRO O PERIODO DE RECUPERACIÓN CONTROLADO. Lo importante es concentrarse en lo que importa: SI NO DESCANSAS, NO AVANZAS. "Las siestas, tal y como se conocen, forman parte de las ideas anticuadas sobre el sueño", destaca Nick Littlehales, entrenador del SUEÑO DE LA ÉLITE del deporte, en su libro Dormir (Editorial Planeta). Son aptas para todos los públicos. "Hay que empezar a tomarse en serio estos descansos, porque las empresas (y tú mismo) se beneficiarán de las ventajas del aumento de la productividad a largo plazo".

Además, este descanso a mitad del día nos permitirá acostarnos más tarde y no obsesionarnos sobre si estamos durmiendo lo suficiente. Si estamos despiertos por la noche, nos tranquilizará saber que podemos echar la siesta al día siguiente. Con ánimo de ser concisos, respondemos las seis preguntas básicas; qué, por qué, cómo, cuándo, dónde y quién  sobre este hábito que mejorará tu día a día.

QUÉ ES UNA SIESTA HOY DÍA
"EL SUEÑO NO ES SOLO ALGO FÍSICO, sino que consiste en dar a la mente la oportunidad de recuperarse", explica Nick Littlehales. Y no hablamos únicamente del descanso nocturno, cuenta, que es necesario APRENDER A DESBLOQUEAR LA MENTE DURANTE EL DÍA. Eso es realmente una siesta en 2017. No importa si no se alcanza un estado de sueño. "Lo importante es utilizar este periodo para cerrar los ojos y desconectar del mundo un rato", explica este entrenador del sueño para deportistas que se animó a escribir un libro Dormir, donde denuncia la falta de descanso en la sociedad y enseña cómo recuperarlo. "Dormir es genial, pero también lo es llegar a ese punto de duermevela, cuando no estás despierto, pero tampoco dormido, y también lo es alcanzar ese momento en el que sueñas despierto, sin pensar en nada en realidad cuando la mente está totalmente en blanco".

No tenemos permiso para parar y, si lo hacemos, es interpretado casi como una señal de debilidad. Esta frase corresponde al capítulo ¿Qué le pasa a mi sueño?, del libro EL MONJE URBANO (Pedram Shojai, 2017). De nuevo, otra publicación refuerza esta alarma social. Y avisa: "Una siesta reparadora –tradicional– puede ser muy beneficiosa, pero un descanso para meditar, de cinco minutos, nos puede proporcionar la misma energía". El ritmo frenético al que nos hemos adaptado y el (ab)uso de la tecnología cataliza jornadas ininterrumpidas donde, incluso en las pausas de trabajo, muchos comen frente al ordenador. O frente al móvil.

POR QUÉ DEBERÍAMOS INTENTAR INCLUIR LA SIESTA EN LA RUTINA
Además de mejorar el humor, la creatividad y la eficiencia, echar la siesta o hacer pausas, "nos proporcionará la confianza para liberar parte de la presión a la hora de dormir", desvela Nick Littlehales. De esta manera, ayudará a "no preocuparnos mucho sobre si estamos durmiendo lo suficiente". Efectivamente, no es obligatorio dormir 8 horas todos los días. "Ha llegado el momento de dejar de perder el tiempo durmiendo sin obtener nada a cambio". Es un hecho que las siestas no pueden reemplazar un buen sueño nocturno a largo plazo, pero momentos puntuales de la vida, será un pilar básico de energía. Durante el resto de días, este hábito complementará, de forma armónica, los ritmos de cada cuerpo, ayudando a recuperarse y manteniendo altos niveles de productividad. Russell Bateman, lo vino avisando con su método Skinny Bitch Collective (SBC): "Las investigaciones demuestran que siestas de entre 10 y 20 minutos aportan grandes beneficios para reparar cuerpo y mente. Es una excelente forma de cultivar energía y no tiene ningún efecto negativo”, nos explicó.

Precisamos de descansos regulares para ayudar a consolidar la información, porque nuestra concentración no se sostiene sin ellos. "Incluso la concentración de un atleta de élite acaba por flaquear si realiza una tarea durante demasiado tiempo", señala Nick Littlehales en su libro. No podemos mantener los niveles de concentración que necesitamos cuando trabajamos, de modo que, al final, si no descansamos, somos menos eficientes. Nos fatigamos y nos frustamos. "TÓMATE UN RESPIRO", sentencia.

CÓMO HACER UN 'PERIODO DE RECUPERACIÓN CONTROLADO', ES DECIR, UNA SIESTA
EN DORMIR SE DESTACA QUE la efectividad de los periodos cortos de sueño y restauradores han sido reconocidos por muchos programas de bienestar empresarial. Tanto que muchas compañías proporcionan instalaciones que pueden ser bastante básicas o de última generación, con todo tipo de sonidos de ballena y aceites esenciales. "Lo cierto es que nada de eso es necesario", se concluye. El manual de instrucciones es sencillo: cierra los ojos y déjate llevar. Lo sabemos, es más fácil de decir que de hacer: nos enfrentaremos a nuestro ruido interior y, al principio, no conseguiremos dormir. Pero nada de eso importa. EL ARTE DEL DESCANSO CONLLEVA SU TIEMPO. Después de una siesta, tómate cinco minutos para observar lo que te rodea, hidrátate y, si es posible, intenta que te dé un poco de luz natural.

Es recomendable PONER EN SILENCIO EL CELULAR –para que no te interrumpa el sonido de notificaciones o mensajes– y sería conveniente ponerse el despertador, idealmente, para treinta minutos después. "Si dispones de menos tiempo, ponlo para el rato que puedas, las siestas más cortas también son beneficiosas". Además, existen productos que nos pueden ayudar desde prácticas de meditación hasta Apps de mindfulness para apartar el estrés y las tensiones del día. ¿Un plus? Toma un café solo antes de echarte. La cafeína tarda aproximadamente 20 minutos en afectar al cuerpo, y mejora del rendimiento si se utiliza en dosis controladas. "Así el momento del despertar de la siesta coincidirá precisamente con el momento en el que se comienzan a notar los beneficios del café, aumentando el poder revitalizador del también llamado power nap", explican los responsables del servicioByhours del hotel Barceló Sants, lugar específico de descanso.


CUÁNDO DEBERÍA ECHARME LA SIESTA
Nick Littlehales ha observado que existen dos periodos de recuperación controlados que pueden favorecer a la mayoría de las personas: uno lo llama 'la ventana de mediodía' (en la franja horaria de 13:00 a 15:00) y el otro a 'MEDIA TARDE' (entre las 17:00 y las 19:00). Utiliza el que mejor se adapte a tus necesidades. El primero es una forma de complementar los "ciclos nocturnos en armonía con los ritmos circadianos". Ahora bien, el coach es consciente de que no es sencillo incluir esta primera pausa en la rutina debido a los compromisos profesionales o a que uno se encuentra a esas horas en un entorno de trabajo que no promueve los descansos adecuados. Para eso está el periodo a 'media tarde', mucho más realista para la mayoría: "echarse media hora al llegar a casa te permitirá, incluso, tener algo de vida social por la noche".

LAS SIESTAS ABREN DOS VENTANAS durante el día, pero también debemos intentar aprovechar ventanas aún más pequeñas de manera regular a lo largo de la jornada si queremos permitir a nuestro cuerpo y mente rendir al máximo. Los descansos son una parte vital del método. "La mayoría de nosotros somos capaces de encontrar algún motivo para levantarnos de la mesa cada noventa minutos en la oficina, y aunque trabajemos en cualquier lugar más restrictivo descansar cada noventa minutos será más sencillo que cada hora".

"Conviene manupular un poco el horario del día, si el trabajo lo permite, para no exponerse a nada muy complejo cuando sabemos que estamos de bajón", anima el entrenador. "Podemos intentar evitar las reuniones en el periodo posterior a la comida, o , al menos, aquellas que fijamos nosotros". ¿Otra fórmula? Podemos modificar nuestras obligaciones para que las tareas menos exigentes coincidan con este periodo en el que cada uno siente menos energía: algo de papeleo, agrupar la documentación, incluso una actividad que implique salir al exterior.

¿DÓNDE ME ECHO LA SIESTA?
Lo cierto es que podemos echar una siesta en cualquier sitio. "La mayoría de nosotros hemos cabeceado en una reunión y si se puede hacer allí, entonces podemos, sin duda, intentarlo en un entorno más controlado", explica el coach. "Incluso aunque no trabajes para una empresa con programas de bienestar, puedes encontrar algún sitio para hacerlo: una oficina, una sala de reuniones vacía o en un rincón tranquilo del comedor de la empresa. Si no encuentras un lugar en el que tumbarte, puedes hacerlo sentado". También existen lugares especializados donde puedes acudir para descansar, como el citado servicio Byhoursdel hotel Barceló Sants o el recién inaugurado Siesta & Go en Madrid. Eso sí, si eres de los que puedes acercarte a casa "no uses la cama, opta por el sofá o una butaca, deja la cama para dormir por la noche".

¿Y SI NO SOY UNA PERSONA DE SIESTAS?

Sin rodeos: "aunque creas que no puedes dormir durante el día, todo el mundo puede, y debería", sentencia Nick Littlehales. Y a las pruebas se remite. ESTE ES UN EJERCICIO SIN LÍMITE DE EDAD. Puedes intentarlo.

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