miércoles, 5 de agosto de 2015

SPA DE 10: LA MEMORIA PUEDE PERDERSE Y RECUPERARSE



LA UNIVERSIDAD DE CARDIFF HA LOGRADO RECUPERAR PARTE DE LA MEMORIA EN RATAS

Un grupo de investigadores de la Universidad de Cardiff identifican en un estudio los MECANISMOS MENTALES, que pueden AYUDAR A RECUPERAR PARTE DE LA MEMORIA PERDIDA

Un equipo de científicos de la Universidad de Cardiff ha publicado en «Nature Communications» un estudio en el que han concluido que la memoria es más fuerte de lo que se pensaba e identificado los PROCESOS MENTALES que podrían ayudar a rescatar parte de la memoria perdida o mal enterrada, ha informado la web especializada phys.org.

Lo que han hecho estos científicos han logrado con ratas, cuyos recuerdos han podido revertir la amnesia provocada anteriormente. Para el coordinador de esta investigación el doctor Kerrie Thomas, «investigaciones previas habían averiguado que cuando recuperas parte de la memoria es susceptible de que interfiera en otra información y en algunos casos la barra totalmente».

Thomas ha añadido que su investigación «DESAFÍA» esta visión y «creo que logramos probar que este no es el caso». En concreto, ha concluido, «nuestra investigación ha alcanzado la conclusión de que a pesar de usar una técnica que puede producir un amnesia total hemos logrado, que con recuerdos fuertes la memoria se puede recuperar».

ÉXITO EN RATAS
Los resultados a los que hace referencia se han logrado en ratas, aunque este grupo de científicos espera que se puedan trasladar a los humanos y traducir en nuevos medicamentos o tratamientos para ayudar a aquellas personas que padecen con desordenes de memoria. «Todavía nos resta un largo camino para poder ayudar a las personas con sus problemas de memoria», ha afirmado la doctora Kerrie Thomas.

Esta investigadora ha añadido que los modelos de animales utilizados reflejan lo que está ocurriendo en humanos y sugiere que la memoria autobiográfica, nuestras propias historias, son ocultadas por la nueva memoria antes de que la actual se pierda. Esta es una excitante perspectiva en materias como los tratamientos de enfermedades psiquiátricas asociadas con los desórdenes de memoria como el trastorno por desorden postraumático, la esquizofrenia y la psicosis.

En opinión de esta científica, «ahora podemos diseñar nuevos medicamentos o estrategias para tratar estos problemas de memoria, con el conocimiento de que no podríamos reescribir nuestras experiencias».

LA MALDICIÓN DE SOLOMON SHERESHEVSKY, EL HOMBRE QUE LO RECORDABA TODO

Solomon Shereshevsky era periodista, pero nunca tomaba notas. Hasta que un día de 1905, tras la reunión matinal de la redacción, su jefe se dio cuenta y quiso echarle la bronca

Solomon Shereshevsky era periodista, pero NUNCA TOMABA NOTAS. Hasta que un día de 1905, tras la reunión matinal de la redacción, su jefe se dio cuenta y quiso echarle la bronca a aquel osado joven de 19 años que ni siquiera se molestaba en llevar papel y pluma. De aquella bronca, Shereshevsky acabó en la consulta del psicólogo. O, más concretamente, en la de un neuropsicólogo.

El reportero afincado en Moscú NO APUNTABA NADA PORQUE ERA CAPAZ DE RECORDARLO TODO. Palabra por palabra fue repitiendo lo dicho por su editor, incluyendo numerosos nombres y direcciones aportadas durante el encuentro previo. Su capacidad —que él mismo desconocía que fuera extraordinaria— sorprendió tanto a su superior que le puso en contacto con el experto Alexander Romanovich Luria.

En la primera sesión con el hoy recordado como fundador de la neurociencia cognitiva, Luria sometió a unas duras pruebas a Shereshevsky: le leyó series de números y letras—primero de 10 elementos, pero acabaron siendo de 70—, fórmulas matemáticas complejas y textos y poemas en otras lenguas para comprobar si podía repetirlos de memoria. Y, en efecto, el joven periodista lo hizo sin equivocaciones. Incluso era capaz de repetirlo en orden inverso. Este fue el punto de inflexión que llevó al neuropsicólogo a estudiar el caso durante los siguientes 30 años y a documentar EL PRIMER CASO DE HIPERMNESIA (EXCESO DE MEMORIA).

Dieciséis años después de la primera sesión, Luria le preguntó a Shereshevsky si la recordaba. «Sí, fue aquella vez en la que me recitaste series en tu apartamento. Tú estabas sentado en la mesa y yo en la mecedora. Vestías un traje gris, y me mirabas así… Ahora puedo verte diciéndome…». Shereshevsky fue capaz de reproducir todos los números, letras, poemas de aquel día junto a la descripción gráfica de la escena, incluyendo la vestimenta del psicólogo. Un hecho que le dio la pista a Luria de cómo funcionaba la memoria de su sujeto: LAS IMÁGENES ERAN LA CLAVE.

Por su parte, Shereshevsky, al darse cuenta de que tenía un don especial, trató de ganarse la vida con él. Dejó el periódico. Comenzó a actuar en bares de Moscú en los que mostraba sus habilidades y dejaba a los asistentes impresionados. Pero todo aquello acabó pasándole factura por varios motivos… EL PRIMERO, PORQUE NECESITABA UNA CONCENTRACIÓN ABSOLUTA: una simple tos era capaz de interrumpir el proceso mental de Shereshevsky y crear un «borrón» en su memoria. El segundo, porque tenía asociada a su hipermnesia una fuerte sinestesia, una condición por la que los sentidos se entremezclan. Es decir, para Shereshevsky las palabras tenían colores, sabores, peso… lo cual le era muy útil para recordar, pero eran un problema para desarrollar una vida normal o para relacionarse con los demás.

«Si leo cuando estoy comiendo, apenas puedo comprender lo que estoy leyendo. EL SABOR DE LOS ALIMENTOS AHOGA Y SE MEZCLA CON EL SENTIDO DE LAS PALABRAS», contaba Solomon. O EL NÚMERO DOS, por ejemplo, era «plano, rectangular, de color blanquecino a veces casi gris».

Por muy afortunado que pudiera parecer Solomon gracias a su memoria prodigiosa, lo cierto es que en demasiadas ocasiones ésta era un problema. El joven no podía mantener una conversación normal, demasiado estresado por el cúmulo de detalles que retenía, y acababa recordando hasta el hecho más insignificante de su vida. Tomar una simple decisión le resultaba casi imposible, ya que toda la información almacenada (y sin jerarquizar) se le agolpaba en la cabeza. Luria llegó a escribir sobre su paciente en el libro «Small book about a large memory» que Shereshevsky a veces parecía que tuviera cierto retraso.

Al final, Shereshevsky dejó la vida del espectáculo y terminó convertido en taxista por las calles de Moscú. Quien tuviera la memoria más prodigiosa conocida, murió en 1958, en el más absoluto anonimato.

CÓMO MEJORAR LA MEMORIA EN UN ABRIR Y CERRAR DE MANOS
Apretar el puño derecho durante 90 segundos ayuda a la formación de la memoria y hacerlo con el izquierdo nos ayuda a recordar

APRETAR EL PUÑO DERECHO DURANTE 90 SEGUNDOS puede ayudar en el proceso de formación de la memoria. De igual modo, apretar el izquierdo cuando necesitamos recordar algo puede hacer esta tarea más fácil. Al menos eso es lo que propone en el último número de “Plos One” un grupo de investigadores de la Universidad de Montclair (New Jersey, EEUU), encabezados por Ruth Propper.

Y es que, al parecer, UN GESTO TAN APARENTEMENTE SENCILLO como apretar las manos es capaz de aumentar la actividad de las neuronas en el lóbulo frontal, la parte más evolucionada de nuestro cerebro, implicada en las funciones cognitivas más complejas y que EJERCE DE “DIRECTOR DE ORQUESTA”. Una zona que tiene también un papel muy importante a la hora DE ALMACENAR Y RECUPERAR LOS RECUERDOS.

Los investigadores de Montclair decidieron estudiar este curioso efecto basándose en el modelo de asimetría hemisférica en la codificación y recuperación de la memoria (HERA, por sus siglas en inglés) propuesto por el psicólogo Endel Tulving, toda una autoridad en el estudio de la memoria. Según este modelo, EL LÓBULO PREFRONTAL IZQUIERDO SE ENCARGA DE ARCHIVAR (CODIFICAR) LOS RECUERDOS, MIENTRAS QUE EL DERECHO SE ESPECIALIZA EN SU RECUPERACIÓN CUANDO NECESITAMOS RECURRIR A ELLOS.

Mediante pruebas electroencefalográficas se ha visto además que CONTRAER LA MANO IZQUIERDA DURANTE 90 SEGUNDOS aumenta la actividad en el hemisferio cerebral contrario, es decir, el derecho, y viceversa, para aumentar la actividad en el izquierdo basta con apretar la mano derecha durante el mismo tiempo. Esta activación cruzada se debe a que cada hemisferio cerebral regula el lado contrario del cuerpo (el hemisferio derecho regula el lado izquierdo y viceversa).

PROCESAMIENTO EMOCIONAL
De acuerdo con lo anterior, al grupo de Propper se le ocurrió estudiar si cerrar los puños tendría algún efecto sobre la memoria. Una tentadora idea que surgió del hecho de cerrar las manos sí parece tener influencia sobre el procesamiento emocional, según un estudio previo. Cuando se cierra con fuerza la mano derecha aumentan las emociones denominadas de aproximación, como felicidad o enfado, porque se activa el lóbulo frontal izquierdo. Tal vez por eso, cuando estamos enfadados apretamos los puños, en especial el derecho. Y también cuando estamos muy contentos, como el típico gesto de Fernando Alonso cuando gana. Por el contrario CONTRAER LA MANO IZQUIERDA CONLLEVA UN AUMENTO DE LOS ESTADOS EMOCIONALES DE RETIRADA, COMO LA TRISTEZA O LA ANSIEDAD, QUE NOS LLEVAN A RETRAERNOS.

Con estos precedentes, Propper y su grupo se preguntaron si apretar los puños activaría también LAS REGIONALES DEL LÓBULO FRONTAL IMPLICADAS EN EL PROCESAMIENTOTE LA MEMORIA. Y para probarlo decidieron reclutar a 49 voluntarios diestros, con edades comprendidas entre los 18 y 48 años, de los que 40 eran mujeres.

Los dividieron en 5 grupos en los que hicieron todas las variaciones posibles A LA HORA DE APRETAR LAS MANOS Y MEMORIZAR UNA LISTA DE 72 PALABRAS. Uno de ellos fue un grupo control, que no tenía que hacer nada con sus manos durante la tarea experimental.

Los otros cuatro, tenían que apretar una u otra mano, antes o después de intentar memorizar la lista de palabras. Un grupo apretó el puño derecho durante unos 90 segundos antes de memorizar la lista y luego hizo lo mismo inmediatamente antes de recordar las palabras. Otro grupo apretó la mano izquierda antes de memorizar y de recordarlas. Los otros dos grupos apretaron una mano antes de memorizar (la izquierda o la derecha) y la otra mano antes de la recordar la lista.

Después de todas estas opciones, los investigadores vieron que el grupo que apretó su puño derecho al memorizar la lista y luego apretó el izquierdo antes de recordar las palabras obtuvo mejores resultados que el resto.

"Los resultados sugieren que algunos movimientos corporales simples cambian temporalmente la forma en que funciona el cerebro y pueden mejoran la memoria. En investigaciones futuras habrá que examinar si cerrar los puños podría mejorar también otras capacidades, como LAS VERBALES O ESPACIALES", señala dice a Ruth Propper, que lidera el estudio.

Además resalta que sería interesante comprobar si estos sencillos movimientos con las manos son válidos también para recordar INFORMACIÓN VISUAL, como una cara, o espacial, como el lugar donde hemos dejado las llaves o incluso el coche en el parking de una gran superficie.

En cualquier caso, no se pierde nada por probar si este sencillo e inocuo método nos funciona a la hora de recordar.

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