miércoles, 15 de abril de 2015

SPA DE 10: SALUD EN LA PANTALLA



FRUTAS Y VEGETALES AL RESCATE
 
Fat, Sick and Nearly Dead (GORDO, ENFERMO y CASI MUERTO) es un documental protagonizado y dirigido por el empresario australiano Joe Cross (41), y muestra cómo este hombre con un gran sobrepeso y una enfermedad inmunológica, llamada urticaria crónica, decide salvar su vida, dejar atrás los medicamentos y la comida chatarra y sanarse a través de:

UN AYUNO DE 60 DÍAS DE SOLO JUGOS DE FRUTAS Y VEGETALES.

Cross viaja por los Estados Unidos y relata cómo se va sintiendo con este cambio de alimentación que, finalmente, le cambia la vida. A su vez, va invitando a otros en su viaje a que prueben este sistema de alimentación. También muestra cómo se alimentan los estadounidenses y el mundo occidental en general.

En el camino se topa con un camionero que sufre su misma enfermedad y este decide seguir su ejemplo alimentario, generando cambios en su enfermedad, su cuerpo y su estilo de vida.

GRASA O AZÚCAR, ¿CUÁL ES PEOR?

Fat vs. Sugar (grasa versus azúcar) es un documental que registra el experimento de dos destacados médicos de UK sometidos durante un mes a un drástico cambio de alimentación: uno solo debe comer una dieta alta en grasas y el otro, una alta en azúcar. Ambos doctores, Chris y Xand van Tulleken, son hermanos gemelos, con genes idénticos.

A través de pruebas en rutinas de trabajo, pruebas físicas y exámenes médicos se va comprobando su deterioro físico. También son entrevistados distintos especialistas en UK y Estados Unidos, quienes hablan del efecto del azúcar y las grasas en la alimentación.

Al final del documental se llega a la conclusión de que si bien estas dietas extremas no son saludables, lo más perjudicial para la salud no son ni las grasas ni el azúcar, SINO LA COMBINACIÓN DE AMBOS EN LOS ALIMENTOS PROCESADOS.

DÓNDE VERLO: NETFLIX


ALIMENTACIÓN SANADORA

En Forks Over Knives (tenedores contra cuchillos) se examinan diversas enfermedades degenerativas y cómo estas se podrían revertir dejando de lado ciertos alimentos.

La investigación es presentada por dos científicos: el Dr. T. Colin Campbell, de la Universidad de Cornell (EE.UU.), quien se especializa en los efectos de la nutrición en la salud con el paso de los años, y el Dr. Caldwell Blakeman Esselstyn, un renombrado cirujano de la Clínica de Cleveland, quien propone la cura para enfermedades como la diabetes y las cardiovasculares con una dieta basada solo en verduras, frutas y granos.

Aquí se sostiene, por ejemplo, que la idea de comer proteínas y leche para una vida saludable es un mito y se describen distintos tipos de alimentación en diversos lugares del mundo y cómo estas afectan la calidad de vida de sus habitantes.
Revista Mujer Salud en la pantalla

LO QUE COMEMOS SÍ IMPORTA

Una frase perfecta para describir el documental Food Matters es el famoso refrán “ERES LO QUE COMES”. En él se analiza cómo los alimentos afectan nuestra salud. Se destaca la importancia de los suplementos vitamínicos y se asegura que estos podrían reemplazar a los medicamentos tradicionales para prevenir y tratar enfermedades que van desde el cáncer a la depresión. Se habla de la importancia de alimentarse con vegetales y frutas crudas y compara los tratamientos y guías que entrega la medicina ortomolecular con la medicina tradicional.

Se revelan los superalimentos como la spirulina, su importancia y cómo afectan nuestra salud.

Dónde verlo: Está en Netflix
LOS BENEFICIOS 'SORPRENDENTES' DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD

EL SOBREPESO Y LA OBESIDAD PODRÍAN TENER ALGÚN EFECTO POSITIVO. Lo sugiere una investigación que ha revisado los datos de casi 2 millones de personas que se publica en «The Lancet Diabetes & Endocrinology» y que afirma que las personas de mediana edad con un peso bajo (índice de masa corporal [IMC] de menos de 20 kg / m2) tienen un tercio más de probabilidades de desarrollar demencia que las personas de la misma edad con un IMC saludable. Pero además ha visto que, sorprendentemente, las personas obesas de mediana edad (IMC superior a 30 kg / m2) tienen casi un 30% menos de probabilidades de desarrollar demencia que las personas con un peso saludable, lo que contradice los resultados de la mayoría de la investigaciones previas. Es decir, al contrario de lo que se cree,  
LA OBESIDAD NO CONDUCE A UN MAYOR RIESGO DE DEMENCIA.

Los investigadores de la London School of Higiene y Medicina Tropical y OXON Epidemiology (Reino Unido) han analizado de una base de datos de que recoge información sobre pacientes durante más de casi 20 años, lo que representa alrededor del 9% de la población del Reino Unido. En concreto han analizado los registros médicos de casi 1.958.191 personas con una edad media de 55 años en el inicio del período de estudio y una media en su IMC de 26,5 kg / m2, lo que normalmente se clasifica como sobrepeso. Durante los nueve años de seguimiento, 45.507 personas fueron diagnosticadas de demencia.

Y los resultados mostraron que las personas que tenían bajo peso en la mediana edad eran un tercio (34%) más propensos a ser diagnosticados con demencia que las de un peso saludable, y este aumento del riesgo de demencia persistido incluso 15 años después de que se registró el peso inferior al normal. SEGÚN EL ESTUDIO, LAS PERSONAS DE BAJO PESO TIENEN UN RIESGO UN 39% MAYOR DE PADECER DEMENCIA COMPARADO CON UNA PERSONA DE PESO NORMAL O SALUDABLE. SIN EMBARGO, AQUELLOS QUE TIENEN SOBREPESO EL RIESGO ES UN 18% MENOR, Y PARA LOS OBESOS, LA CIFRA ES DE UN 24%.

SORPRENDENTE

«ES SORPRENDENTE», señaló el autor del trabajo, Nawab Qizilbash. «Lo controvertido es que quienes tienen sobrepeso y los obesos tienen un riesgo menor de padecer demencia que quienes tienen un peso normal o saludable», afirmó.

Para otro de los investigadores, Stuart Pocock de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical, los resultados sugieren que los médicos, profesionales de salud pública y los políticos necesitan «repensar» cómo identificar mejor a aquellas personas con un mayor riesgo de demencia está en alto riesgo de demencia. También, añade, «nuestros resultados también abren una nueva vía interesante en la búsqueda de los factores de protección para la demencia. Es decir -explica-, si podemos entender por qué las personas con un IMC elevado tienen un menor riesgo de demencia, es posible que los investigadores podrían ser capaces de utilizar estos conocimientos para desarrollar nuevos tratamientos para la demencia».

LOS EXPERTOS RECONOCEN QUE DESCONOCEN LAS RAZONES  por las que un IMC alto podría estar asociado con un menor riesgo de demencia. En este sentido Qizilbash reconoce que «las razones de esta asociación inversa no son claras. Quedan muchas cuestiones por resolver relacionadas con la dieta, el ejercicio, la fragilidad, los factores genéticos y cambio de peso».

POLÉMICO TEMA

En un comentario, la profesora Deborah Gustafson, de SUNY Downstate Medical Center en Nueva York (EE.UU.), escribe que la literatura publicada sobre el IMC y la demencia es equívoca. «Algunos trabajos hablan de una asociación positiva entre un IMC elevado y la demencia, mientras que otros no». Y añade que para entender la asociación entre el IMC y la demencia habría que comprender la complejidad de la identificación de los factores de riesgo y de protección para la demencia. El informe de Qizilbash, asegura, «no tiene la última palabra sobre este polémico tema».

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