MITOS Y REALIDADES
EN MÉXICO, EL CHILE –nombre originario del náhuatl ‘chili’–, al
igual que el frijol, arroz, avena, atún y sardina, forman parte de nuestra
canasta básica. EL CHILE se come desde la época Prehispánica, es por eso que
desde siempre, los mexicanos amamos su sabor, aroma y, por supuesto a su picor.
Se trata de una variedad picante del pimiento, el cual
pertenece al género Capsicum, proveniente de México y Sudamérica, y desde
hace más de siete mil años ha formado parte de la gastronomía y de la dieta
americana. Aunque en México se conocen al menos 200 variedades criollas, son
64 variedades domesticadas las que se emplean en las cocinas regionales.
Su color cambia, de verde, al amarillo, naranjas o rojos; además de que suelen dividirse en
secos y frescos. Un chile chilaca, se convierte en pasilla al secarse, mientras
que un cuaresmeño en chipotle.
Desafortunadamente, EL CAMBIO CLIMÁTICO y la invasión de productos extranjeros
ponen en riesgo su producción. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF),
el 60% de los chiles verdes que se consumen en nuestro país provienen
principalmente de China; es decir que sólo cuatro de cada 10 son producidos en
México, a pesar de que fue durante los años 1565 y 1815 cuando el chile
llegó a Asia, de acuerdo a una declaración del historiador Edmundo Escamilla;
POR
ELLO LA IMPORTANCIA DE QUE SIEMPRE CONSUMAMOS PRODUCTOS LOCALES.
EL CHILE FRESCO que más se consume en México, es el serrano, el cual se
cultiva principalmente en Puebla, Veracruz, Sonora, Hidalgo, Guerrero y el
EDOMEX, con posibilidad de comerse crudo, cocido, asado o frito; mientras que
para los amantes del verdadero picante, existe el habanero (con DENOMINACIÓN
DE ORIGEN en la península maya). Por su parte, el chile seco de mayor
producción es el ancho proveniente de Zacatecas, San Luis Potosí, Durango,
Guanajuato y Puebla, bien aprovechado en moles y adobos.
Estudios indican que EL CHILE es rico en vitaminas A y C, y
betacarotenos, lo que puede prevenir problemas cardiacos –como
infartos, e incluso derrames cerebrales causados por presión arterial alta–, pues
estimula el metabolismo. LA INGESTA DE CHILE ES recomendada para las
personas que sufren de anorexia, dispepsia y meteorismo y su consumo puede
ayudar a la buena digestión y el mejoramiento de la función de la vesícula
biliar.
Para el chef Carlos Gaytán, es el ingrediente pícaro, “asegura
que la comida tenga personalidad. La gastronomía francesa, por ejemplo, tiene
demasiada grasa, pues se prepara con mantequilla o varios tipos de crema y,
aunque es deliciosa, si le aumentas picante, la conviertes en un plato
brillante con explosión de sabor”.
Sea cual sea tu favorito, EL CHILE ES PARTE DE NUESTRA
CULTURA GASTRONÓMICA, por lo que es preciso continuar con la
tradición y adherirlo en nuestra dieta diaria, ya que además de todo, carece
de grasa alguna o colesterol. Eso sí, nunca olvides la regla: MIENTRAS
MÁS PEQUEÑO SERÁ, MÁS PICANTE SERÁ EN TU BOCA.
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