¡TAMBIÉN A PERDER KILOS
DE MÁS!
Frío ayuda a perder kilos de más
ERA ALGO QUE SE SOSPECHABA, pero que hasta ahora no pasaba de ser
sólo eso, una sospecha. Sin embargo, un grupo de investigadores del Centro Médico de
la Universidad de Maastricht, Países Bajos, dice haber comprobado que UN
FRÍO MODERADO puede ayudar a nuestro organismo a potenciar el gasto de
energía y abajar de peso.
Recomienda, COMO FORMA DE POTENCIAR UNA DIETA, BAJAR LA
CALEFACCIÓN (en los países que se necesita, por supuesto, como
Holanda), y para climas como por ejemplo el nuestro, pasar más tiempo al aire
libre en temperaturas de alrededor de 15 grados durante 10 días.
LA ESTRATEGIA obliga al organismo a generar más grasa
parda o marrón, BENEFICIOSA, que quema energía para mantener la
temperatura corporal adecuada.
FIGURA IDEAL…
Liderados por el catedrático y especialista en biología
humana Wouter van Marken Lichtenbelt, los investigadores estudiaron LOS
EFECTOS DEL FRÍO EN EL ORGANISMO DURANTE MÁS DE 10 AÑOS.
El trabajo se centró, EN UN INICIO, en comprobar si los
ambientes cálidos y confortables del hogar o de las oficinas podían ser
responsables de la presente epidemia de obesidad, dado que la
mayoría de la población permanece expuesta a una temperatura ambiente,
controlada, el 90% de su tiempo.
El equipo de investigación les preguntó a los presentes: “¿Qué
pasaría si dejamos que nuestros cuerpos actúen para controlar la temperatura
interior?”.
Y la respuesta acaba de ser publicada por el equipo en la
revista especializada de Endocrinología Trends in Endocrinology &
Metabolism. Se confirmó LA HIPÓTESIS DE QUE EL FRÍO BENEFICIA EL
FUNCIONAMIENTO DEL ORGANISMO en cuanto autorregulación corporal se refiere,
y por tanto, en un aumento de consumo de energía y grasa perjudicial a la
salud.
La investigación encontró UN AUMENTO DEL PORCENTAJE DE
GRASA PARDA en los participantes voluntarios en la prueba, tras permanecer
seis horas al día a una temperatura de 15 grados, durante 10 días.
Además, éstos señalaron que permanecer a esa temperatura no era en realidad tan
duro, y LA TOTALIDAD DE ELLOS TERMINÓ POR ACOSTUMBRARSE AL FRÍO Y A SENTIRSE
MÁS CÓMODOS A MENOR TEMPERATURA.
Los investigadores concluyeron entonces que EL
ORGANISMO, PARA CONTRARRESTAR EL FRÍO Y NO TIRITAR, puede provocar un gasto
de energía de hasta 30% del más del presupuesto energético del cuerpo.
Por lo que, además de COMER ADECUADAMENTE Y PRACTICAR EJERCICIO, recomiendan
acostumbrarse a pasar más tiempo a una temperatura moderadamente baja. “Así
estaríamos más protegidos de la obesidad y seríamos menos vulnerables a los
cambios repentinos de la temperatura ambiente”, explica Marken
Lichtenbelt.
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