jueves, 31 de marzo de 2016

SPA DE 10: ADELGAZA ¡YA!



CON 'SLOW EATING'

LA COMIDA RÁPIDA ADEMÁS DE ENGORDARNOS POR SU ALTO CONTENIDO EN CALORÍAS, también engorda porque apenas exige masticarla, comiéndonosla en un segundo.

Según un estudio realizado con niños y adolescentes mexicanos de 6-17 años, ESPERAR 30 SEGUNDOS ENTRE CADA BOCADO, MASTICANDO BIEN LOS ALIMENTOS, da tiempo suficiente al organismo a que procese la señal de saciedad, evitando seguir comiendo y ayudando a perder peso.

El profesor de bioingeniería de la Universidad de California en San Diego y coautor del trabajo, Pedro Cabrales explica: "Nuestro objetivo era encontrar la forma de reducir la cantidad de alimento antes de que el estómago le diga al cerebro que ya has comido bastante, lo que se conoce como reflejo de la saciedad" y añade: "La señal suele tardar unos 15 minutos en llegar, pero hoy comemos tan deprisa, que esa señal no llega a tiempo. ¿Consecuencia? Que seguimos comiendo? y engordando".

En la investigación, los niños, que siguieron las instrucciones de comer despacio y masticar bien, perdieron entre el 2-5.7% de su peso en seis meses, y entre el 3.4-4.8% en un año. Por el contrario, el otro grupo de niños, que comieron a su ritmo y sin normas, aumentaron su peso entre un 4.4-5.8% en seis meses, y entre un 8.3-12.6% en un año.

Los expertos, que han publicado su estudio en la revista Pediatric Obesity, aseguran: "El slow eating (comer despacio) se puede enseñar desde la infancia, no exige cambios en la dieta y sirve en cualquier contexto y lugar". Además, los resultados de este estudio han sido tan positivos, que varios estados mexicanos han invitado a los investigadores a que lleven el método a sus colegios.

Sin embargo, esta idea vista desde este lado del Atlántico no resulta tan novedosa, ya que solo tendríamos que recuperar la forma tradicional de comer de los países mediterráneos, es decir, sentados en la mesa con cubiertos, y en compañía, ya que ello lleva a espaciar los bocados, dando tiempo a que se produzca EL "REFLEJO DE SACIEDAD" que ha eliminado la comida rápida, provocando un aumento de las tasas de obesidad.

MEJORE SU MEMORIA COMIENDO CHOCOLATE

LOS AMANTES DEL CHOCOLATE ESTÁN DE ENHORABUENA, ya no tendrán que buscar más excusas para poder disfrutar de él. Está demostrado que comer chocolate una vez por semana ayuda a mejorar el rendimiento intelectual y la memoria.

Esta buena noticia ha sido comprobada por un nuevo estudio en el que han participado 1.000 personas entre 23-98 años. En él se muestra que las personas que comen chocolate dan mejores resultados en pruebas de CAPACIDAD COGNITIVA que las que no llegan a esa cantidad o apenas comen chocolate.

LOS EXPERTOS VALORARON los efectos del chocolate en pruebas de memoria verbal, memoria visual/ espacial, organización y razonamiento abstracto, hasta de la capacidad para recordar listas de palabras o dónde dejamos las cosas. Es interesante recalcar que los beneficios del chocolate se mantenían independientemente de la edad, la educación, el sexo, la tensión arterial, los niveles de colesterol o el consumo de alcohol de los participantes.

Pero, ¿QUÉ ES LO QUE TIENE EL CHOCOLATE QUE ES TAN BUENO PARA LA FUNCIÓN CEREBRAL? Los autores del trabajo, publicado en la revista Appetite, apuntan a los flavonoides, antioxidantes vegetales que protegen nuestras células frente a la oxidación y envejecimiento y mejoran el flujo de la sangre en el cerebro: "El 20 por ciento de los granos de cacao son flavonoides, que se añaden a otros compuestos bioactivos como la cafeína y la teobromina, que ya de por sí MEJORAN LA CAPACIDAD DE ALERTA Y EL RENDIMIENTO COGNITIVO".

Es decir, todo ello se traduce en que un trozo de chocolate a la semana se convierte en una dosis de energía para nuestro cerebro. Además, estos beneficios se dan tanto en el chocolate negro como en el chocolate con leche.

Ahora bien, es importante destacar que otros estudios aseguran que cuanto más rico en cacao sea el chocolate, mayor beneficio tiene para la salud general, desde el corazón y las arterias a la piel. Además, también ayuda respecto al riesgo de obesidad, ya que si come un trocito de chocolate negro 20 MINUTOS ANTES DE LAS COMIDAS REDUCIRÁ SU APETITO. Si por el contrario, lo hace después de comer sentirá menos ganas de picar entre horas.

LOS DIEZ ERRORES CLÁSICOS DE LA DIETA MODERNA
    Se han eliminado las grasas tradicionales siendo sustituidas por aceites vegetales procesados, que se hidrogenan muchas veces convirtiéndose en grasas trans

Los expertos han identificado los diez errores más habituales que solemos cometer en la dieta moderna, como MAYOR CONSUMO DE COMIDA PRECOCINADA, ABUSO DE REFRESCOS Y ZUMOS ENVASADOS,... Hábitos que han empobrecido nuestra dieta. Se los mostramos.

1. DEMASIADOS AZÚCARES REFINADOS
Sin darnos cuenta consumimos más azúcar del que creemos. El gran problema es que este se encuentra en todas partes y no es fácil identificarlo. Esto se debe a que no se encuentra solo en los dulces sino también en las salsas como la de soja o en el maíz en conserva que echamos a las ensaladas. Un ejemplo de ello es la denuncia que ha hecho la Organización Mundial de la Salud sobre la cantidad de azúcar que contiene el ketchup, una cucharada sopera contiene 4 gramos de azúcares.

Por ello, el consumo de azúcar se ha disparado en los últimos años, calculándose que su consumo aporta unas 500 calorías diarias.

2. DEMASIADAS BEBIDAS CON GAS Y ZUMOS DE FRUTAS ENVASADOS
Se recomienda comer con agua, ya que beber azúcar es peor y más peligroso que masticarla, ya que el cuerpo sintetiza de manera diferente las calorías que provienen de los líquidos y las que vienen de los sólidos.

3. COMEMOS PORCIONES DEMASIADO GRANDES
En general consumimos más calorías de las que quemamos a lo largo del día. Uno de los problemas del Primer Mundo es este, la sobrealimentación. Los alimentos procesados, los azúcares y los lácteos en su conjunto forman un aporte calórico muy difícil de quemar en el día a día.

4. SE HAN ELIMINADO LAS GRASAS TRADICIONALES
Se han sustituido por aceites vegetales procesados. Durante mucho tiempo ha formado parte de las recomendaciones de los nutricionistas y dietistas, sin embargo, se ha comprobado que estos aceites procesados son ricos en omega 6, un ácido linoleico que aumenta el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. Asimismo, estos aceites procesados se hidrogenan muchas veces convirtiéndose en grasas trans.

5. HEMOS DEJADO DE COMER MANTEQUILLA
 No es uno de los alimentos más sanos, pero sí lo es en comparación con sus sustitutos, ya que contiene nutrientes que nos protegen frente a las enfermedades del corazón, como la vitamina K2.

6. NOS HA SEDUCIDO LA SOJA
Sin embargo no nos hemos parado a pensar en su aporte calórico. Es beneficiosa para la salud pero su aceite es una gran fuente de calorías. Esta grasa suele encontrase en los alimentos precocinados, por ello es mejor no comprar comida procesada o elaborada.

7. CONSUMIMOS MUCHO TRIGO
Lo encontramos en cantidad de alimentos, desde el pan hasta la pasta y los pasteles. El problema es que el trigo de hoy no se parece al tradicional, ya que contiene entre un 20% y 30% menos de minerales como magnesio, hierro, zinc y cobre, y es mucho más perjudicial para las personas con intolerancia al gluten.

8. NO COMEMOS HUEVOS
En los últimos años su consumo ha descendido más de un 30%. Pero no debemos olvidar que el huevo es un alimentos de alta calidad y muy nutritivo, siendo un alimento perfecto para muchos nutricionistas.

9. COMEMOS MÁS COMIDA PRECOCINADA QUE NUNCA
Al contrario que el huevo, el consumo de comida precocinada ha aumentado, con sus cantidades de azúcares, aceites vegetales y grasas trans. Por ello, los expertos advierten y aconsejan que miremos bien las etiquetas antes de comprarla. Aun así, es preferible eliminar estos platos de nuestra alimentación.

10. NOS AFICIONAMOS A DIETAS BAJAS EN GRASAS
 Pensamos que para perder peso debemos eliminar todas las grasas, y ESTO NO ES ASÍ, ya que nuestro organismo no debería quedarse sin colesterol bueno y sin la grasas que recubren las células. Además estas dietas vienen acompañadas del EFECTO REBOTE.

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