sábado, 3 de enero de 2015

SPA DE 10: LA FECHA DE NACIMIENTO…



PUEDE DETERMINAR EL RIESGO DE OBESIDAD

La fecha de nacimiento puede ser determinante en el riesgo de ser obeso. Resulta que los investigadores que trabajan para DESVELAR EL IMPACTO DE LA GENÉTICA FRENTE AL MEDIO AMBIENTE EN LA OBESIDAD han identificado ahora un nuevo factor: LA FECHA DE NACIMIENTO. Según se detalla en el último número de la revista «PNAS», el impacto de una variante genética de un gen ligado con el riesgo de obesidad, FTO, depende en gran medida de año de nacimiento. De hecho en su estudio han hallado una fecha clave, 1942: en los nacidos antes de ese año no había relación alguna entre la variante genética del gen FTO y la obesidad, pero muy relevante para aquellos nacidos en los años posteriores.

Los investigadores han utilizado la base de datos del Estudio del corazón Framingham y gracias a ellos han visto que existía correlación entre LA VARIANTE GENÉTICA ASOCIADA A LA OBESIDAD MÁS CONOCIDA Y EL ÍNDICE DE MASA CORPORAL. «Éste aumentaba significativamente a medida que el año de nacimiento de los participantes era mayor», explica James Rosenquist Niels, del Hospital General de Massachusetts (EE.UU.) y autor principal del informe. «Estos resultados –continúa- son los primeros que han observado esta relación y sugieren que probablemente existan otras relaciones entre las variantes genéticas y los rasgos físicos que pueden estar mediadas por la fecha de nacimiento, incluso para aquellos nacidos en la misma familia».

Debido a que la mayoría de los estudios sobre las interacciones entre los genes y el medio ambiente han analizado las diferencias dentro de cohortes con una fecha de nacimiento específica -grupos nacidos durante un periodo determinado de años-, que no tiene en consideración los cambios en un entorno más amplio temporal, los investigadores, para investigar si las diferentes condiciones de los distintos grupos de edad podrían alterar el impacto de una variante genética, analizaron los datos de los participantes en el Framingham Offspring Study -que sigue a los hijos de los participantes del estudio original- obtenidos entre 1971, cuando los participantes oscilaron en la edad 27 a 63, y 2008.


AÑO CLAVE
Así, al investigar las relaciones entre el índice de masa corporal de los participantes, medido en ocho ocasiones durante el estudio, las variantes del gen FTO que habían heredado y su fecha de nacimiento encontraron que la asociación ya notificada anteriormente entre una variante específica del FTO y el IMC, únicamente estaba presente en los participantes nacidos más tarde. De esta forma, no existía dicha relación entre la variante genética y el IMC para aquellos nacidos antes de 1942, pero sí en los nacidos después de 1942. De hecho, la relación era dos veces más fuerte como ya se había visto en estudios anteriores.

Y aunque este trabajo no ha sido capaz de identificar las diferencias ambientales que se combinaron con la variante del gen FTO para aumentar el riesgo de obesidad, los autores creen que algunos factores relacionados con la II Guerra Mundial, como el aumento de la dependencia de la tecnología en el lugar de trabajo físico y la disponibilidad de dietas altas en calorías procedentes de alimentos procesados son probables contribuyentes.

RESPUESTA GENÉTICA

«Sabemos que el medio ambiente juega un papel muy importante en la expresión de los genes, un hecho que se puede ver incluso entre hermanos nacidos durante diferentes años, implica que los factores ambientales tales como las ‘modas’ de los productos alimenticios y la actividad laboral pueden afectar las características genéticas», asegura Rosenquist. Y añade: «nuestros resultados subrayan la importancia de la interpretación de los estudios genéticos y dejan abierta la posibilidad de que nuevos factores de riesgo genético puedan aparecer en el futuro debido a las diferentes respuestas genéticas impulsadas por nuestro entorno en constante cambio».

SEIS CLAVES PARA PONERTE EN FORMA CON EL 'PALEOPLAN'
 ¡Atención! Pregunta. ¿Quiénes estaban más en forma y más sanas? ¿Las chicas de la Edad de Piedra o las del siglo XXI?

Un estudio sueco revela que LAS DIETAS INSPIRADAS EN EL PALEOLÍTICO (con más proteínas y grasas, y menos carbohidratos que las actuales) ayudan a perder peso, a reducir la talla de las caderas y a mejorar el nivel de colesterol. Suena bien, ¿no? Y con el ejercicio pasa algo parecido; de ahí que los planes de ejercicios funcionales como el Paleotraining o el CrossFit sean trending topic. Conclusión: si vivimos hoy como lo hacían entre mamuts, conseguiremos un cuerpazo 100% fibrado.

TOMA NOTA DE ESTAS 6 CLAVES PARA LOGRARLO

1/ ¡VIVE ‘NON-STOP’!

Piensa que las chicas de la Edad de Piedra iban caminando a todas partes. Camina a paso ligero. Puedes llegar a los 1.000 pasos en tan solo 10 minutos. Utiliza un podómetro y márcate alcanzar cada día los 10.000 pasos (casi 8 km). Reforzarás los músculos de glúteos, muslos y core (los que rodean las lumbares, la pelvis y la cadera).Además, quemarás 500 calorías extra al día y ¡hasta medio kilo cada semana!

2/ NO TE PONGAS LÍMITES

En el Paleolítico no pensaban que sólo podían levantar una roca poco pesada, se atrevían con todo. Si siempre levantas pesas de 2 kilos, tu cuerpo se adaptará y utilizará menos energía (por lo que quemarás menos calorías), así que prueba con distintas cargas y repeticiones. Harás que tu cerebro se olvide de los esquemas habituales y te adaptarás mejor a esfuerzos mayores. Prueba con entrenamientos cortos, intensos y con ejercicios variados en ayuno.

3/ TRABAJA EN EQUIPO

En tiempos del oso cavernario, o te unías al clan o desaparecías en menos que canta un gallo. Alíate con un amigo o con tu pareja y entrenad juntos. No sólo evitarás abandonar a las primeras de cambio sino que, aparte de conseguir tus objetivos, si te esfuerzas en ayudar a que ellos también consigan los suyos, tu bienestar aumentará.
 


4/ DESCANSA SIN PARAR

En la Edad de Piedra no sabían lo que era pasar un día a la bartola. Encuentra un término medio. Queda con tus colegas para ir a bailar en vez de ir a cenar y a tomar unas copas. La meta, además de divertirte, es utilizar tu cuerpo de manera funcional en tu tiempo libre para que no pares de moverte.

5/ ESCUCHA A TU ESTÓMAGO

Las chicas del Paleolítico comían en función de la energía que necesitaban. Come cuando empieces a sentir un poco de hambre, evitarás comer de más. Y, sobre todo, para antes de sentirte a reventar.

6/COME VEGETALES

La dieta Paleolítica permite reducir cintura y mantener los índices de grasa corporal y masa muscular en niveles saludables. Come productos animales –carne, pescado y huevos- pero, sobre todo, vegetales –frutas, frutos secos, semillas, hierbas y especias-. No aportan muchas calorías y serán tu principal fuente de carbohidratos (los pocos que deberías consumir) y micronutrientes.

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