viernes, 25 de octubre de 2013

SPA DE 10: RAZÓN DE MUCHO PESO



PERDER PESO, ¿PARA COMPLACER A MI NOVIO?


“Hace unas semanas en una comida con amigos pedí pasta y ÉL ME PREGUNTÓ SI REALMENTE PENSABA QUE ESO ERA LO QUE DEBÍA COMER”, cuenta Vanessa, reportera de 28 años de Bangalore.

“Puedo discutir mi peso con mis amigos sin parar porque es mi cuerpo y mi decisión,” afirma. PERO NO CREE QUE SU NOVIO TENGA DERECHO A DEJARLE CAER COMENTARIOS POCO SUTILES SOBRE CÓMO DEBERÍA PERDER PESO.

“Cuando Kevin y yo empezamos a salir, yo lucía una figura fantástica, pero entonces solo tenía 25 años”, cuenta Vanessa. Y agrega: “No creo que mis hábitos alimenticios sean poco saludables, pero mi cuerpo ha cambiado en los últimos 3 años. LA VERDAD ES QUE HE ESTADO COMIENDO MUCHO MÁS SANO QUE ANTES PERO MI PESO HA SUFRIDO FLUCTUACIONES.”

OFENDIDA

Vanessa explica que “Kevin no se da cuenta, pero en los últimos tres meses se ha portado muy mal. Por ejemplo, me dice que no debería ponerme mi camiseta favorita porque me queda muy apretada o me repite continuamente que me estoy abandonando cada vez que no voy a mi clase de zumba.”

Hace unas semanas, durante un almuerzo con amigos, Vanessa pidió pasta y su novio le dijo: “¿De verdad crees que deberías comer eso?”

“Me sentí muy ofendida, fue muy incómodo y el hecho de que mi amiga me dirigiera una mirada LLENA DE COMPASIÓN LO HIZO AÚN PEOR. Tal vez mis viejos pantalones de mezclilla ya no me resultan tan cómodos, PERO ¡NO ESTOY TAN GORDA! como para necesitar que él me recuerde constantemente que debo vigilar lo que como”, dice Vanessa.


 ¿LA PAREJA PERFECTA?

Sus amigos piensan que son la pareja perfecta, “pero lo cierto es que también existen problemas en nuestra relación. El año pasado ME ENGAÑÓ CON UNA CHICA de su oficina. Pasamos una racha malísima después de aquello, pero al final volvimos a estar juntos”, comenta Vanessa.

La insatisfacción de Kevin con su aspecto físico le hace sentir enfadada y llena de ansiedad. “A veces considero que me da lo mismo que él piense que no estoy lo suficientemente delgada. Pero entonces me empiezo a preocupar porque deje de quererme o porque me compare con esa chica sexy de su oficina. DE MANERA QUE AÚN NO HE DECIDIDO SI DEBO DECIRLE QUE BASTA YA DE COMENTARIOS SOBRE MI CUERPO O PONERME A HACER DEPORTE COMO UNA LOCA Y VOLVERME TAN SEXY QUE ÉL SE OLVIDE DE LA AVENTURA QUE TUVO EN LA OFICINA”, agrega.

PAGARLE CON SU PROPIA MONEDA

La joven reportera de 28 años considera que “tal vez lo que debería hacer es darle la vuelta a la situación y pagarle con su propia moneda. Debería empezar a molestarle sobre la pequeña doble papada que le está saliendo o recordarle continuamente que está quedándose calvo.

No puedo creer que después de tres años juntos y habiendo sobrevivido a todo, incluida la infidelidad, él sea tan superficial como para NO VER MÁS ALLÁ DE MI CINTURA”.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario