jueves, 11 de julio de 2013

SPA DE 10: EL SEXO



EL SEXO 'LIBERADOR' EXISTE

A pesar de los avances en la igualdad de género, las mujeres lo tienen aún muy difícil para SER TOTALMENTE LIBRES EN EL SEXO. Pero existen iniciativas que intentan cambiar esto.

La verdad es que las mujeres la tienen difícil: Si te acuestas con dos a la vez te dicen que ‘eres una puta’. Si tienes una amistad muy cercana con otra chica te llaman ‘marimacha’ y si estás muy ardiente en la cama seguro que ya estás ‘recorrida’. Y eso lo decimos los hombres. Es más, nosotros mismos pensamos cosas absurdas como que la mujer debe complacernos más que nosotros a ellas cuando de sexo se trata.

Nos han vendido todo este tiempo esa idea, novelas y mensajes ocultos, en la calle, en la tele, en la programación de los medios, casi todos abocados a plantear cómo deben ser las cosas en nuestra sexualidad, la de nuestros países de Latinoamérica.

ORGASMOS FALLIDOS

Me atrevo a hablar en general, porque coincidimos mucho en los países del hemisferio sur en la forma como se nos ha planteado el sexo. En Venezuela, aunque ciertamente se ha despertado un interés por la exploración sexual, o incluso se ha ido a extremos, aún son muchas las mujeres que no se pueden manifestar: la presión social, la comodidad o el conformismo hacen que ellas mantengan una protesta silenciosa ante millones de orgasmos fallidos.

Son innumerables los casos de mujeres, de más de 35 años y con hijos, que nunca han podido disfrutar de un orgasmo. Son también incontables las féminas que han reprimido durante toda su vida el hecho de sentir atracción por otra mujer. Y sucede en todos los estratos, desde los más altos hasta la mujer venezolana de a pie, y quizás sea esta  la que menos pueda expresarse pues no tiene acceso a información de este tipo.

'COSECHA FEMINISTA CIMARRÓN'

Pero no todas callan. Un grupo de mujeres (feministas) decidió hace algunos años hablar públicamente sobre el tema, ir de barrio en barrio, de comunidad en comunidad, ofreciendo talleres de “apertura sexual”, lo que no siempre ha sido bien visto.  A pesar de los espacios que buscan en los medios, en las escuelas y en la comunidad en general, las líneas conservadoras y machistas continúan opacando o menospreciando las “nuevas miradas sexuales” de estas latinoamericanas.

No obstante insisten en su mensaje: “Conocer nuestra sexualidad, nuestro cuerpo, nuestra forma de sentir, lo que nos gusta y lo que no nos gusta; y dejar de reprimirnos, vencer miedos impuestos desde tu infancia”, nos cuenta Gabriela Suárez desde Maracaibo. Estos son los principales planteamientos que se hace desde el colectivo de mujeres “Cosecha feminista de Cimarron”.

Las chicas de Cimarrón se han propuesto, además de la vieja reivindicación feminista de igualdad de géneros, el redescubrimiento de la sexualidad, en el que las mujeres puedan decir “mi vida es normal, puedo tener orgasmos, y puedo también dar el primer paso.”

Estos pasos los da Gabriela junto a su pareja, Jonathan.  Él la apoya y comprende en esa necesidad de romper con patrones impuestos por la sociedad desde hace tanto tiempo. En casa y en su relación intentan realmente alcanzar la igualdad y no se trata sólo de las labores cotidianas. Se trata de hablar y decir qué es lo que a uno le gusta más o le gusta menos, en todos los aspectos. En todo proceso de búsqueda y descubrimiento no hay mejor herramienta que el diálogo y la comunicación, dicen.

A REPLANTEARSE LA SEXUALIDAD

Luego de conversar con ellos, me doy cuenta que a los hombres nos falta descubrir mucho más de nuestra sexualidad. Porque el sexo también consiste en una búsqueda constante. Porque mirar porno y tratar de imitarlo no lo es todo, ni tampoco lo es que nuestras mujeres  tengan que estar midiendo los decibeles al ‘gemir’ para no ser tildadas de ‘perras’.

Tal vez es el momento de cuestionarnos. Preguntar y responder con experiencia propia. Es como caminar en la calle por el medio, no hay un cierre completo de planteamientos. “El sexo liberador” de Gaby y Jonathan está ahí y para encontrarlo debemos despojarnos de todas nuestras premisas y quizás así podremos llegar a replantearnos todo o por lo menos algunas cosas de nuestras relaciones y sexualidad. 

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