TIPS PARA TENER UNA
BUENA HIGIENE MENTAL
Dicen LOS EXPERTOS QUE
LOS SERES HUMANOS estamos bien
preparados para superar los traumas esporádicos. (la muerte, las guerras o las enfermedades).
Sin embargo, para lo que no estamos tan bien equipados es para superar las
frustraciones cotidianas, los problemas continuos que elevan nuestro estrés
todo el tiempo y que llevan años produciéndose. De estos “pequeños dramas”
están hechos nuestras úlceras y nuestro insomnio.
Según el biólogo Robert Sapolsky, autor de ¿POR
QUÉ LAS CEBRAS NO TIENEN ÚLCERA?, nuestras necesidades psicológicas
actuales tienen que ver con la capacidad de tolerar el estrés continuo e indefinido.
Y las enfermedades de la mente moderna se relacionan con los momentos en que no
podemos con esa presión.
Si lo que a veces quieres es salir corriendo de tu casa o
abandonar a tu jefe para siempre, LO MEJOR QUE PUEDES HACER ES SENTARTE Y LEER
ESTAS IDEAS DE HIGIENE MENTAL QUE TE PUEDEN AYUDAR A VIVIR CON LA COTIDIANIDAD.
1. DOSIFICA FUERZAS
Quizás respetar la ley del mínimo esfuerzo no sea necesario
en nuestra vida habitual. Pero en los momentos de crisis nuestro mundo mental
funciona bajo mínimos: contamos con muy poca energía vital y no conviene
desperdiciarla. Grábate esto: “Para recuperarme voy a usar la energía
necesaria para cambiar aquello que puedo modificar; voy a tener la paciencia
suficiente para sobrellevar lo que no puedo alterar y voy a tener la
inteligencia que hace falta para distinguir lo uno de lo otro”.
2. PIENSA MENOS
Deja de hacer inferencias arbitrarias y conclusiones
negativas; trata de no maximizar los acontecimientos negativos y minimizar los
positivos; olvídate de personalizar los problemas y atribuirte la
responsabilidad de todas las acciones. Lo más recomendable es aprender a parar
el pensamiento: usa alguna técnica sencilla para recuperar el control sobre tu
corriente mental. Un golpe sobre la mesa seguido de una distracción es lo más usado.
Pero cualquier estrategia que incluya un pequeño susto y algo que te obligue a
dejar de pensar funcionará.
3. MANIFIÉSTATE
Intenta hablar utilizando más a menudo la palabra “yo”,
es decir, expresa tus opiniones, necesidades y sentimientos de
forma subjetiva. “Pienso que…”, “Me apetece…”, “Quiero…” son ejemplos de
este tipo de cláusulas. Cuando hablamos así, los demás entienden lo que
queremos, algo esencial cuando nos sentimos mal y cambiamos las expectativas de
relación con los que nos rodean.
Intenta explicarles qué esperas de ellos en estos malos
momentos. CUANDO HAYAS COMUNICADO TUS EXPECTATIVAS, NEGOCIA: los
demás tienen derecho a satisfacerlas o no y lo harán según lo que ofrezcas a
cambio.
4. CONÓCETE A TI MISMA
Construye un termómetro personal para medir tu grado de
frustración. Cuando estamos en momentos de bajón, tenemos la sensación de que
siempre estamos igual de mal. Pero no es cierto: HAY ALTIBAJOS EN TODAS LAS ÁREAS
DE LA VIDA. Es importante tener un termómetro personal y analizar, de
vez en cuando, cuáles son las áreas concretas de nuestra vida que están en mal
momento.
No generalices: elaborar una conclusión general a partir
de uno o varios hechos aislados y aplicar esa conclusión a toda tu vida es
irracional.
5. HEDONÍZATE
Solemos relacionar los momentos negativos con bajo
rendimiento laboral o problemas de relaciones con los demás. Pero realmente en
las épocas problemáticas dejamos de hacer todo, incluso aquello que parece que
nos resulta fácil y placentero. Y esto acaba por convertirse en UNA
REACCIÓN EN CADENA: como estamos mal, dejamos de realizar
actividades que nos hacen sentirnos bien…y eso nos lleva a sentirnos peor.
Para salir de este ciclo, es esencial auto-obligarte a volver
a aquello que te hacía disfrutar. NO ESPERES A TENER GANAS: parte
de la sintomatología es la desmotivación incluso para aquello que nos era
grato. Recuerda que el hedonismo es disfrutar con algo que no sirve para nada.
6. CAMBIA EL LENGUAJE
Acostúmbrate a decir “deseo…” en vez de “necesito…”; “elijo…”
en lugar de “tengo que…”. La idea que debes dar es que tú controlas
la toma de decisiones. Responder “no quiero” en las ocasiones en que antes
decíamos “no puedo” nos recuerda que nuestro potencial sigue
intacto. EVITA EL LENGUAJE MELODRAMÁTICO QUE EXPLOTA LA IDEA DE QUE ES
CATASTRÓFICO QUE LAS COSAS NO SALGAN SIEMPRE BIEN.
7. OPONTE A TU ESTADO DE ÁNIMO
El cerebro sirve para buscar sentido a los acontecimientos.
Por eso, en las horas bajas, busca activamente estímulos que confirmen que el
estado anímico es correcto. Cuando estamos tristes, por ejemplo,
oímos obsesivamente música nostálgica, convertimos nuestro hogar en una cueva,
vemos películas deprimentes.
Un remedio sencillo es elegir estímulos que nos revitalicen: música
activadora y alegre, colores claros a la hora de vestir, más luz en nuestro
hogar, series y películas de humor. Al principio tu cerebro boicoteará esas
elecciones porque resultan paradójicas, pero poco a poco irán haciendo efecto
en tu estado de ánimo.
8. REDUCE TUS METAS
Sentirse mal está relacionado, casi siempre, con el
incumplimiento de tus objetivos. Un buen trabajo de higiene mental es reevaluar
nuestras expectativas vitales. Escribirlas es una buena forma de empezar a
trabajar en ellas. Una vez explicadas, podemos empezar por detener (al menos
temporalmente) aquellas que no son realistas. Después, suele resultar útil
eliminar las que vienen impuestas por los demás, aquellas que sirven únicamente
para satisfacer las expectativas ajenas.
Después de esta tarea de limpieza, quedarán una serie de
objetivos a corto y medio plazo. Jerarquiza las tareas, decide qué es
importante y qué es secundario y actúa en consecuencia.
Antes de buscar al mejor psicoterapeuta del mundo, mejor echa
un vistazo a tus actos, pensamientos y sentimientos cotidianos. Seguro que
podrás cambiar tu estado de ánimo, ¿no nos crees? ¡Inténtalo por una semana!
ActitudFEM
¿QUÉ PASA EN EL CUERPO
CUANDO SIENTES ODIO?
LO QUÉ PASA EN TU
CUERPO CUANDO SIENTES ODIO ES INCREÍBLE
LA IRA Y AGRESIVIDAD
SON SENTIMIENTOS QUE CAUSAN SEVEROS DAÑOS A LA SALUD. Cuando los acumulas y no encuentras
manera de sacarlos, llega el momento en que naturalmente se manifiesta a través
de enfermedades o síntomas. Pero ¿qué pasa en el cuerpo cuando sientes odio?
Aunque EL ODIO ES UNA
EMOCIÓN NATURAL, PERJUDICA LA SALUD FÍSICA Y MENTAL; altera tu estado de ánimo, genera estrés, ansiedad y hasta
depresión.
LA MENTE, LAS EMOCIONES
Y EL CUERPO ESTÁN COMUNICADOS. Cuando hay ira u odio se liberan hormonas y sustancias como
adrenalina, cortisol, prolactina; mientras más tiempo se secretan en el
organismo más daño sufre el sistema inmunológico y el organismo es más
susceptible, explica Robert Ader, investigador de la Facultad de Medicina y
Odontología de Rochester.
RELACIÓN CON EL CEREBRO
Investigadores del Laboratorio de Neurobiología del
University College de Londres encontraron que cuando se siente odio SE ACTIVA LA ZONA CENTRAL DEL CEREBRO, conocida como putamen y la ínsula,
ubicada en la superficie lateral.
Estas áreas son las mismas que se activan cuando se siente el
amor romántico. Es lógico que estás partes se estimulen porque son pasiones que
pueden llevar a cometer actos tan irracionales y agresivos, explica Semir Zeki,
investigador del Laboratorio de Neurobiología del University College.
EL ODIO ES EL PRODUCTO
DE RESENTIMIENTOS; es contrario al amor. Se expresa una
actitud hostil, agresiva y repulsiva en contra de algo o alguien. Esta puede
ser por frustraciones, rivalidades o envidia. Es un sentimiento inagotable que
cuesta trabajo perdonar y olvidar.
PRESIÓN QUE NO TE DEJA
SENTIR
Otras afecciones que ganas cuando acumulas este sentimiento
adverso son una presión sanguínea y ritmo cardiaco elevado. Además, tiene más posibilidades de
padecer alguna enfermedad del corazón.
Cuando sentimos algo negativo hacia una persona, el cuerpo
entra en una lucha, esto genera cambios como el aumento de la presión
sanguínea; SURGE LA IRA Y EL SISTEMA INFLAMATORIO RESPONDE A LA AMENAZA,
explica Charles Raison, director clínico del Programa Mente y Cuerpo de Emory
University.
CUANDO ESTÁS RESINTIENDO ESE DOLOR Y SOLO DESEAS VENGANZA O
BUSCAS REPRESALIAS, desgastas tu energía y pierdes enfoque de tu presente, lo cual lleva
a afecciones del sistema digestivo y nervioso.
Para Irina Matveikova, especialista en endocrinología y
nutrición clínica, las emociones las resiente el estómago. La tensión nos provoca un nudo
o vacío ante la frustración que se somatiza o refleja en una enfermedad, hasta
el grado de desarrollar una úlcera de estómago.
Aunque en el momento no sientas cambios físicos o síntomas en
tu cuerpo, SI SE CONTINÚA ALIMENTANDO EL RENCOR EL CUERPO TARDE O TEMPRANO ESTALLA
AFECTANDO A PASARÁ LA FACTURA.
DE AHÍ LA IMPORTANCIA DE SANARSE EMOCIONALMENTE para poder disfrutar plenamente de la
vida.
Salud180
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