EIZA GONZÁLEZ NIEGA
HABERSE SOMETIDO A CIRUGÍAS
AL HABLAR DE SU PESO LA
ACTRIZ MEXICANA negó
haberse sometido a nuevas cirugías y adjudicó su delgada silueta a su
alimentación y su régimen de ejercicios.
En respuesta a los comentarios que usuarios de las redes
sociales hacen a la imagen de Eiza González, la actriz emitió un largo mensaje
en el que les pide "superar" el hecho de que haya bajado de peso
y su figura y rostro sean distintos a los que la lanzaron a la fama en la
telenovela "Lola, érase una vez", hace siete años.
Después de hacer tres publicaciones en las que reta a sus
críticos a compartir sus fotos a los 16 años asegurando "todos tenemos etapas
malas nada más que a ustedes nadie los expone ni crecieron en el ojo
público"; compartió dos textos, en el primero de ellos se
pronunció contra EL BULLYING:
En el segundo mensaje, EIZA indicó que únicamente se ha
operado la nariz y prometió compartir la noticia cuando se realice otra
cirugía. Asimismo, enfatizó que su delgada silueta se la debe a su régimen de
alimentación y ejercicio e incitó a sus detractores a ponerlo en práctica:
EIZA GONZÁLEZ A TRAVÉS
DE LOS AÑOS
EL PAN ¿ES MALO PARA LA
SALUD?
"Los celíacos e
intolerantes deben evitar los panes de trigo y otros cereales con gluten."
UN ALIMENTO BÁSICO EN
LA DIETA HUMANA desde
la antigüedad es con frecuencia el primero que se elimina de las dietas. Se revisa
presunciones y descubre cómo alimentarse de forma saludable sin evitar el pan. LA
GENTE PRIMITIVA YA HACÍA PAN ÁCIMO -sin levadura- HACE 12.000 AÑOS, A PARTIR DE UNA
MEZCLA DE HARINA Y AGUA, Y COCIÉNDOLO AL SOL.
Se cree que fueron los egipcios los que descubrieron cómo
hacer el pan que conocemos hoy, utilizando levadura silvestre para fermentarlo.
En la actualidad con frecuencia es demonizado como la fuente
de carbohidratos que engorda, y suele ser el primer alimento que se retira de
las dietas. Algunos argumentan que el pan hecho en fábricas tiene demasiados
conservantes, aditivos y sal, y que es por eso poco saludable.
Pero el pan puede ser una buena fuente de carbohidratos que
son necesarios para una dieta balanceada.
Cada tipo de pan tiene sus propiedades. Por lo que, en lugar
de evitar consumirlo, la opción más saludable es conocer qué contiene cada
rebanada y qué cantidad conviene consumir.
¿UN REGRESO A LAS RAÍCES?
Con la revolución industrial nació un tipo de pan: aquél
producido por máquinas. En 1874 un británico llamado John Caudwell construyó un
molino de harina impulsado por agua. No mucho tiempo después, se inventó el pan
de molde, y en 1961 la manera de mezclar la masa rápidamente a gran escala.
De ese proceso es herencia el pan más común de la actualidad:
la rebanada blanca. Barato y suave, es el favorito de muchos hogares.
La industria del pan asegura que su producto contiene
importantes nutrientes. Pero también tiene aditivos y conservantes, componentes
que mucha gente prefiere evitar.
Los expertos, por su parte, recomiendan el pan integral
-también industrial, pero hecho con el grano entero de cereal, no sólo con la
parte blanca-, ya que contiene el doble de fibra.
Pero además de la producción a gran escala, existe otra forma
de producción. En muchos países las panaderías artesanas siguen dominando. En
Francia, conocida por sus baguettes, dos tercios de todo el pan que se produce
se hornea en pequeñas panaderías o en casa.
Es cada vez más la gente que está prestando atención a estas
alternativas.
¿QUÉ TIENE SU PAN?
Son varios los tipos de harina que se usan para hacer pan. La
integral se hace a partir de granos enteros, mientras que para la blanca se
utiliza la parte central del cereal. ¿Es una mejor que la otra desde el punto
de vista de la nutrición?
Todo pan es una gran fuente de carbohidratos, el combustible
del cuerpo. Pero los hidratos de carbono del pan integral se digieren de forma
más lenta que los del pan refinado -blanco-, por lo que el cuerpo puede
utilizarlos durante más tiempo.
El pan hecho con harina integral también contiene más fibra y
más vitamina B, calcio y hierro, nutrientes que se pierden en el proceso de
refinación de la harina blanca. Aunque muchos de esos 'micronutrientes' deben
por ley añadirse a la harina después de la molienda.
La sal, otro de los ingredientes básicos, es necesaria para
controlar la fermentación, hacer la masa más flexible y mejorar el sabor.
Además de ésta, el pan producido en fábrica puede contener otros ingredientes,
como azúcar, vinagre y preservativos, los cuales se pueden dejar fuera cuando
se hornea el pan en casa.
Pero para concluir qué tipo de pan es más saludable, no hay
mejor manera que traducirlos a cifras y comparar:
Un pan hecho en casa contiene 400 gramos de harina blanca,
una cucharada de levadura, una cucharada de sal refinada, 300 mililitros de
agua caliente y aceite para facilitar el amasado. Lo que se traduce en 198
calorías; 1,4 gramos de grasa; 5,5 gramos de proteínas, 40 gramos de
carbohidratos y 2,1 gramos de fibra por 100 gramos de pan.
Un pan medio industrial contiene: harina de trigo, agua,
levadura, sal, aceite, y otros ingredientes como vinagre, emulsionante -para
estabilizar la masa-, conservantes y agentes para el tratamiento de la harina.
Así, 100 gramos de ese pan tiene 233 calorías, 35 más que el casero. También
tiene más grasa, 1,7 gramos por cada 100, y más sal, 0,9 gramos.
En cuanto al azúcar, el pan comprado en tienda contiene
cuatro veces más de ese componente que el hecho en casa.
¿CUÁL ES MEJOR?
Contar las calorías que consume es una buena idea para aquél
que quiera perder peso. Pero no sólo los hidratos de carbono suman calorías.
También hay que tener en cuenta qué es lo que se añade a los carbohidratos. Por
eso, dejar de comer estos, especialmente aquellos provenientes del pan
integral, no es la forma más saludable de hacer dieta.
"Hay que sumar las calorías del pan y de lo que se le
pone al pan", le dice la nutricionista Azmina Govindji al panadero Dan
Lepard a la BBC. El resultado de la suma depende de los ingredientes, pero
también del tamaño de la porción.
La nutricionista defiende que se puede comer un sandwich
todos los días, siempre que se vigile la ingesta de sal, ya que, advierte, el
pan contiene ya "bastante".
Para el desayuno, como alternativa saludable a las tostadas
con mantequilla y mermelada, la experta recomienda untar éstas con mantequilla
de cacahuete y rodajas de banano. "Llena más, es sabroso, y sólo se le
añade 22 calorías al pan".
Asimismo, sugiere sustituir el convencional sandwich de
queso, que puede contener hasta 500 calorías, por uno a base de salmón,
lechuga, queso bajo en calorías y pan de pita integral, por ejemplo.
¿QUIÉN DEBERÍA EVITAR EL PAN?
Algunos evitan el pan a causa de una intolerancia al trigo, o
a una proteína presente en ciertos cereales, llamada gluten. Esto da lugar a la
celiaquía, una enfermedad autoinmune. Para diagnosticarla es necesario hacer
análisis de sangre y exámenes internos. En el caso de estas personas, el gluten
afecta al intestino delgado y por consiguiente la capacidad de absorción de
nutrientes es menor.
También los hay intolerantes al trigo y aquellos que
simplemente son alérgicos. La intolerancia produce hinchazón de vientre,
diarrea y otros problemas digestivos. En cuanto a las reacciones alérgicas, son
inmediatas y fácilmente identificables.
Pero los alérgicos, intolerantes y celíacos no tienen por qué
renunciar al pan. Sólo deben buscar aquél elaborado sin harina de trigo u otros
cereales que contengan gluten, como el pan de harina de arroz, maíz, patata o
polenta.
Si usted cree que podría tener un problema de este tipo, debe
consultar con el médico. A menos que se tenga la alergia, la intolerancia o la
enfermedad mencionadas, no hay evidencias de que el consumo de pan produzca
hinchazón u otros problemas digestivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario