LA UNIVERSIDAD DE CARDIFF HA LOGRADO RECUPERAR PARTE DE LA
MEMORIA EN RATAS
Un grupo de investigadores de la Universidad de Cardiff
identifican en un estudio los MECANISMOS MENTALES, que pueden AYUDAR A
RECUPERAR PARTE DE LA MEMORIA PERDIDA
Un equipo de científicos de la Universidad de Cardiff ha
publicado en «Nature Communications» un estudio en el que han concluido que
la memoria es más fuerte de lo que se pensaba e identificado los PROCESOS MENTALES que podrían ayudar a
rescatar parte de la memoria perdida o mal enterrada, ha informado la web
especializada phys.org.
Lo que han hecho estos científicos han logrado con ratas,
cuyos recuerdos han podido revertir la amnesia provocada anteriormente. Para el
coordinador de esta investigación el doctor Kerrie Thomas, «investigaciones previas habían
averiguado que cuando recuperas parte de la memoria es susceptible de que
interfiera en otra información y en algunos casos la barra totalmente».
Thomas ha añadido que su investigación «DESAFÍA» esta visión y «creo
que logramos probar que este no es el caso». En concreto, ha concluido,
«nuestra investigación ha alcanzado la conclusión de que a pesar de usar una
técnica que puede producir un amnesia total hemos logrado, que con recuerdos
fuertes la memoria se puede recuperar».
ÉXITO EN RATAS
Los resultados a los que hace referencia se han logrado en
ratas, aunque este grupo de científicos espera que se puedan trasladar a los
humanos y traducir en nuevos medicamentos o tratamientos para ayudar a aquellas
personas que padecen con desordenes de memoria. «Todavía nos resta un largo
camino para poder ayudar a las personas con sus problemas de memoria»,
ha afirmado la doctora Kerrie Thomas.
Esta investigadora ha añadido que los modelos de animales
utilizados reflejan lo que está ocurriendo en humanos y sugiere que la memoria
autobiográfica, nuestras propias historias, son ocultadas por la nueva memoria
antes de que la actual se pierda. Esta es una excitante perspectiva en materias
como los tratamientos de enfermedades psiquiátricas asociadas con los
desórdenes de memoria como el trastorno por desorden postraumático, la
esquizofrenia y la psicosis.
En opinión de esta científica, «ahora podemos diseñar nuevos
medicamentos o estrategias para tratar estos problemas de memoria, con el
conocimiento de que no podríamos reescribir nuestras experiencias».
LA MALDICIÓN DE SOLOMON
SHERESHEVSKY, EL HOMBRE QUE LO RECORDABA TODO
Solomon Shereshevsky era periodista, pero nunca tomaba notas.
Hasta que un día de 1905, tras la reunión matinal de la redacción, su jefe se
dio cuenta y quiso echarle la bronca
Solomon Shereshevsky era periodista, pero NUNCA
TOMABA NOTAS. Hasta que un día de 1905, tras la reunión matinal de la
redacción, su jefe se dio cuenta y quiso echarle la bronca a aquel osado joven
de 19 años que ni siquiera se molestaba en llevar papel y pluma. De aquella
bronca, Shereshevsky acabó en la consulta del psicólogo. O, más concretamente,
en la de un neuropsicólogo.
El reportero afincado en Moscú NO APUNTABA NADA PORQUE ERA CAPAZ
DE RECORDARLO TODO. Palabra por palabra fue repitiendo lo dicho por su
editor, incluyendo numerosos nombres y direcciones aportadas durante el
encuentro previo. Su capacidad —que él mismo desconocía que fuera
extraordinaria— sorprendió tanto a su superior que le puso en contacto con el
experto Alexander Romanovich Luria.
En la primera sesión con el hoy recordado como fundador de la
neurociencia cognitiva, Luria sometió a unas duras pruebas a Shereshevsky: le
leyó series de números y letras—primero de 10 elementos, pero acabaron siendo
de 70—, fórmulas matemáticas complejas y textos y poemas en otras lenguas para
comprobar si podía repetirlos de memoria. Y, en efecto, el joven periodista lo
hizo sin equivocaciones. Incluso era capaz de repetirlo en orden inverso. Este
fue el punto de inflexión que llevó al neuropsicólogo a estudiar el caso
durante los siguientes 30 años y a documentar EL PRIMER CASO DE HIPERMNESIA
(EXCESO DE MEMORIA).
Dieciséis años después de la primera sesión, Luria le
preguntó a Shereshevsky si la recordaba. «Sí, fue aquella vez en la que me recitaste
series en tu apartamento. Tú estabas sentado en la mesa y yo en la mecedora.
Vestías un traje gris, y me mirabas así… Ahora puedo verte diciéndome…».
Shereshevsky fue capaz de reproducir todos los números, letras, poemas de aquel
día junto a la descripción gráfica de la escena, incluyendo la vestimenta del
psicólogo. Un hecho que le dio la pista a Luria de cómo funcionaba la memoria
de su sujeto: LAS IMÁGENES ERAN LA CLAVE.
Por su parte, Shereshevsky, al darse cuenta de que tenía un
don especial, trató de ganarse la vida con él. Dejó el periódico. Comenzó a
actuar en bares de Moscú en los que mostraba sus habilidades y dejaba a los
asistentes impresionados. Pero todo aquello acabó pasándole factura por varios
motivos… EL PRIMERO, PORQUE NECESITABA UNA CONCENTRACIÓN ABSOLUTA: una
simple tos era capaz de interrumpir el proceso mental de Shereshevsky y crear
un «borrón» en su memoria. El segundo, porque tenía asociada a su hipermnesia
una fuerte sinestesia, una condición por la que los sentidos se entremezclan.
Es decir, para Shereshevsky las palabras tenían colores, sabores, peso… lo cual
le era muy útil para recordar, pero eran un problema para desarrollar una vida
normal o para relacionarse con los demás.
«Si leo cuando estoy comiendo, apenas puedo comprender lo que
estoy leyendo. EL SABOR DE LOS ALIMENTOS AHOGA Y SE MEZCLA CON EL SENTIDO DE LAS
PALABRAS», contaba Solomon. O EL NÚMERO DOS, por ejemplo, era «plano,
rectangular, de color blanquecino a veces casi gris».
Por muy afortunado que pudiera parecer Solomon gracias a su
memoria prodigiosa, lo cierto es que en demasiadas ocasiones ésta era un
problema. El joven no podía mantener una conversación normal, demasiado
estresado por el cúmulo de detalles que retenía, y acababa recordando hasta el
hecho más insignificante de su vida. Tomar una simple decisión le resultaba
casi imposible, ya que toda la información almacenada (y sin jerarquizar) se le
agolpaba en la cabeza. Luria llegó a escribir sobre su paciente en el libro
«Small book about a large memory» que Shereshevsky a veces parecía que tuviera
cierto retraso.
Al final, Shereshevsky dejó la vida del espectáculo y terminó
convertido en taxista por las calles de Moscú. Quien tuviera la memoria más
prodigiosa conocida, murió en 1958, en el más absoluto anonimato.
CÓMO MEJORAR LA MEMORIA
EN UN ABRIR Y CERRAR DE MANOS
Apretar el puño derecho durante 90 segundos ayuda a la
formación de la memoria y hacerlo con el izquierdo nos ayuda a recordar
APRETAR EL PUÑO DERECHO
DURANTE 90 SEGUNDOS puede
ayudar en el proceso de formación de la memoria. De igual modo, apretar el
izquierdo cuando necesitamos recordar algo puede hacer esta tarea más fácil. Al
menos eso es lo que propone en el último número de “Plos One” un grupo de
investigadores de la Universidad de Montclair (New Jersey, EEUU), encabezados
por Ruth Propper.
Y es que, al parecer, UN
GESTO TAN APARENTEMENTE SENCILLO como
apretar las manos es capaz de aumentar la actividad de las neuronas en el
lóbulo frontal, la parte más evolucionada de nuestro cerebro, implicada en las
funciones cognitivas más complejas y que EJERCE DE “DIRECTOR DE ORQUESTA”. Una
zona que tiene también un papel muy importante a la hora DE ALMACENAR Y
RECUPERAR LOS RECUERDOS.
Los investigadores de Montclair decidieron estudiar este
curioso efecto basándose en el modelo de asimetría hemisférica en la
codificación y recuperación de la memoria (HERA, por sus siglas en inglés)
propuesto por el psicólogo Endel Tulving, toda una autoridad en el estudio de
la memoria. Según este modelo, EL LÓBULO PREFRONTAL IZQUIERDO SE ENCARGA DE
ARCHIVAR (CODIFICAR) LOS RECUERDOS, MIENTRAS QUE EL DERECHO SE ESPECIALIZA EN
SU RECUPERACIÓN CUANDO NECESITAMOS RECURRIR A ELLOS.
Mediante pruebas electroencefalográficas se ha visto además
que CONTRAER LA MANO IZQUIERDA DURANTE
90 SEGUNDOS aumenta la actividad en el hemisferio cerebral contrario, es
decir, el derecho, y viceversa, para aumentar la actividad en el izquierdo
basta con apretar la mano derecha durante el mismo tiempo. Esta
activación cruzada se debe a que cada hemisferio cerebral regula el lado
contrario del cuerpo (el hemisferio derecho regula el lado izquierdo y
viceversa).
PROCESAMIENTO EMOCIONAL
De acuerdo con lo anterior, al grupo de Propper se le ocurrió
estudiar si cerrar los puños tendría algún efecto sobre la memoria. Una tentadora idea que surgió del hecho
de cerrar las manos sí parece tener influencia sobre el procesamiento
emocional, según un estudio previo. Cuando se cierra con fuerza la mano
derecha aumentan las emociones denominadas de aproximación, como felicidad o
enfado, porque se activa el lóbulo frontal izquierdo. Tal vez por eso, cuando
estamos enfadados apretamos los puños, en especial el derecho. Y también cuando
estamos muy contentos, como el típico gesto de Fernando Alonso cuando gana. Por
el contrario CONTRAER LA MANO IZQUIERDA CONLLEVA UN AUMENTO DE LOS ESTADOS
EMOCIONALES DE RETIRADA, COMO LA TRISTEZA O LA ANSIEDAD, QUE NOS LLEVAN A
RETRAERNOS.
Con estos precedentes, Propper y su grupo se preguntaron si
apretar los puños activaría también LAS
REGIONALES DEL LÓBULO FRONTAL IMPLICADAS EN EL PROCESAMIENTOTE LA MEMORIA. Y
para probarlo decidieron reclutar a 49 voluntarios diestros, con edades
comprendidas entre los 18 y 48 años, de los que 40 eran mujeres.
Los dividieron en 5 grupos en los que hicieron todas las
variaciones posibles A LA HORA DE APRETAR LAS MANOS Y MEMORIZAR UNA LISTA DE 72
PALABRAS. Uno de ellos fue un grupo control, que no tenía que hacer nada con
sus manos durante la tarea experimental.
Los otros cuatro,
tenían que apretar una u otra mano, antes o después de intentar memorizar la
lista de palabras. Un grupo apretó el puño derecho durante unos 90 segundos
antes de memorizar la lista y luego hizo lo mismo inmediatamente antes de
recordar las palabras. Otro grupo apretó la mano izquierda antes de memorizar y de recordarlas.
Los otros dos grupos apretaron una mano antes de memorizar (la izquierda o la
derecha) y la otra mano antes de la recordar la lista.
Después de todas estas opciones, los investigadores vieron
que el grupo que apretó su puño derecho al memorizar la lista y luego apretó el
izquierdo antes de recordar las palabras obtuvo mejores resultados que el
resto.
"Los resultados sugieren que algunos movimientos
corporales simples cambian temporalmente la forma en que funciona el cerebro y
pueden mejoran la memoria. En investigaciones futuras habrá que examinar si
cerrar los puños podría mejorar también otras capacidades, como LAS VERBALES O
ESPACIALES", señala dice a Ruth Propper, que lidera el estudio.
Además resalta que sería interesante comprobar si estos
sencillos movimientos con las manos son válidos también para recordar INFORMACIÓN VISUAL, como una cara, o
espacial, como el lugar donde hemos dejado las llaves o incluso el coche en el
parking de una gran superficie.
En cualquier caso, no se pierde nada por probar si este
sencillo e inocuo método nos funciona a la hora de recordar.
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