PRENDA NECESARIA Y EL 70% DE LAS MUJERES NO SABE QUÉ TALLA
USAR
¿Qué Talla Seré?
EL SUJETADOR ES UNA PRENDA IMPRESCINDIBLE -Y OBLIGATORIA, según los expertos- del vestuario
femenino que se ha ido adaptando a las necesidades y a la moda a lo largo de la
Historia. Los primeros sostenes los utilizaron las griegas y luego las romanas,
según recoge el doctor Antonio Tejerina, especialista en Mastología, cirujano
oncológico, plástico y reconstructivo de la Fundación Tejerina, del libro EL
SENO FEMENINO (Díaz de Santos. 1997) que publicaron su abuelo y su
padre, los doctores Florencio y Armando Tejerina. «Usaban un dispositivo
circular que situaban por debajo de las túnicas inmediatamente por debajo del
pecho sobre la piel, de manera que evitaba la caída del seno y no lo
comprimían. Lo denominaban mamilares. A finales del
siglo XIX, ir a la última requería la utilización de grandes corsés que
aplastaban y desfiguraban el busto de la mujer. Y no es hasta la primera década
del siglo XX, cuando el fabricante francés M. Dubois cortó la parte alta de los
corsés y lanzó el primer sujetador con cierto parecido a los actuales: EL
BRASIER».
Hoy en día, el sujetador se ajusta al ritmo de vida: CUMPLE
(O DEBERÍA CUMPLIR) LA MISIÓN DE SOSTÉN Y AL MISMO TIEMPO SE ADAPTA A LAS
TENDENCIAS. Pero no sólo hay que apostar por la prenda meramente
decorativa o erótica, porque más allá de estas funciones, el sujetador debe
hacer honor a su nombre.
Siete de cada 10 españolas llevan una talla incorrecta, según
un estudio del Instituto Médico-Estético, entre un selección de más de 500
pacientes tratadas durante 2014 en Madrid, Sevilla y Barcelona. Y no sólo influye
en una cuestión estética -arrugas, marcas en el pecho, escotes poco
agraciados...- sino que es una cuestión de salud.
CÓMO CALCULAR LA TALLA
En moda lencera, España sigue el tallaje francés y no el
europeo. La talla de los sujetadores consta de una cifra -un múltiplo de cinco
entre 80 y 105- y una letra mayúscula (A, B, C, D y E, habitualmente). La cifra
mide el tórax justo por debajo del surco submamario. La letra indica la copa, la
medida del pecho en su zona más voluminosa, la proyección de los senos, siendo
la primera letra del abecedario la de menor tamaño.
Siguiendo las instrucciones de Lupe Moreno, corsetera de
tercera generación y propietaria de la lencería Lupe (c/ Conde de Peñalver, 13)
en Madrid, para dar con la talla adecuada de contorno de espalda únicamente hay
que medirse el tórax por debajo de los senos y sumarle 15. Por
ejemplo, si el contorno submamario mide 75 cm, 75+15=90, luego la talla será la
90. A la medida del volumen mamario (el perímetro con los pechos incluidos) se
le restará la dimensión del contorno para calcular la talla de copa. Si la
cifra es 15, la copa será la B, un tamaño medio, la más común y por tanto
comercial. Con una variación de más menos tres centímetros saldrán las medidas
A (12 cm), C (18 cm), D (21 cm) y E (24 cm).
El sujetador debe quedar cómodo, abrochado en el primer
corchete, porque «si las lycras son de calidad, los materiales no cederán, y se
reservan las posiciones más amplias para cuando se necesite más talla», añade
la corsetera.
Los tirantes tienen que estar tersos para soportar parte del
peso del pecho y repartirlo en los hombros. Las mujeres con más volumen de mama
deberán llevar sujetadores con tirantes anchos y reforzados, «para
ayudar a minimizar el efecto del peso y evitar las molestias en sus hombros y
cuello», explica el doctor Tejerina.
Las instrucciones y mediciones parecen sencillas, pero aún
hay más impedimentos a la hora de encontrar el sujetador perfecto.
FALTA DE PROFESIONALES
Lencerías especializadas hay en cualquier centro comercial,
pero existen muy pocas expertas en corsetería. «El problema con las tallas del
sujetador es que no hay gente entendida en las tiendas que aconseje. Son pocos
los negocios que entienden realmente», se queja la radióloga María
Herrán, responsable de la Unidad de Diagnóstico de Mama del Hospital San
Francisco de Asís, en Madrid. «Ahora la moda es que las dependientas ni te
asesoren».
También hay que tener en cuenta que las marcas lenceras, como
las de moda, no siguen patrones idénticos. Así que la compra, aun conociendo la
talla necesaria, requiere paciencia en el probador.
Es necesario tomarse a pecho la elección de un sujetador
porque la gran mayoría de las mujeres que llevan una talla inadecuada sufren
molestias mamarias. UNO DE LOS FALLOS MÁS FRECUENTES TIENE QUE VER CON EL TAMAÑO DE LA
COPA: si es pequeña puede producir microtraumatismos. «El
20% de las 700 mujeres que recibo al mes en mi consulta con dolores en la mama
los solucionan simplemente utilizando un sujetador de su talla. Tras un año las
vuelvo a ver y están perfectas. El dolor ya no existe. Ése era su único
problema. Era cuestión de buscar el sujetador adecuado», aclara la
doctora Herrán.
Que el sujetador abroche a la espalda con relativa comodidad
y sin presionar es un asunto sencillo para casi todas las mujeres. Por tanto,
la cuestión es de copas. «El tamaño del aro lo da la circunferencia
del pecho. Tiene que recoger toda la mama: desde la mitad de la axila hasta el
surco mamario [canalillo]», explica la doctora Herrán.
Siguiendo estas indicaciones, el problema no tiene por qué ir
a más. Según el doctor Tejerina, «es absolutamente falso que los sujetadores
puedan alterar internamente la glándula mamaria y producir cáncer. Ningún
estudio científico lo ha demostrado».
CÓMO CONSERVAR ESTA
PRENDA
Para alargar la vida del sujetador, Inés Basek, asesora de
lencería y experta en Bra Fitting en Dama de Copas, firma de la que es socia
fundadora, da una serie de sencillos consejos.
Según su experiencia, "no se deben meter los sujetadores
en la lavadora (ni en el interior de las mayas para medias), porque se
deterioran". Siempre habrá que lavarlos a mano con un jabón
neutro para prendas delicadas, como puede ser el la ropita de bebé. "CADA
DOS O TRES DÍAS HAY QUE CAMBIAR DE SOSTÉN, para evitar el deterioro de la
prenda, para que no se estiren los materiales y vuelvan y a su tamaño
original". Y hay que revisar la talla de sujetador cada medio
año, no vaya a ser que alguna de las medidas que cambie y por tanto se
necesite otra talla.
SUJETADORES ANTIARRUGAS
A no ser que se tenga poco pecho, los médicos insisten en que
todas las mujeres deben llevar sostén. De hecho, si se lleva uno apropiado, «su
uso ayuda a retrasar el descenso de los senos ocasionado por la pérdida de
elasticidad de la piel que se produce con el paso de los años», explica
el doctor Antonio Tejerina.
Para evitar otras preocupaciones estéticas, como las arrugas
en el escote, Marta Fernández Cuevas ha diseñado un sujetador para dormir que
coloca el pecho por la noche y así evita que se desplace y produzca las tan
poco estéticas marcas en el canalillo: el Pillow Bra, un diseño español
confeccionado con materiales hipoalergénicos.
«Gracias a la ALMOHADILLA que incorpora el sujetador, ideada
para rellenar el CANAL INTERPECTORAL, se consigue una sujeción integral óptima
que evita la caída de los senos y la aparición de arrugas en la ZONA
INTERMAMARIA», argumenta su creadora.
Este invento, además de dar soporte al busto durante la
noche, previene el estiramiento de la piel y por tanto la caída del pecho. También
reduce el peso que recae sobre la espalda, por lo que ésta sufre menos durante
las horas de sueño.
LA ESPAÑOLA TIENE POCA
TALLA
Según el mapamundi mamario de Target Map, las mujeres
españolas utilizan (con acierto o no) una copa B. Teniendo en cuenta sólo los
datos europeos, parece que la talla es prácticamente una cuestión ibérica,
porque tan sólo comparten letra con las portuguesas e irlandesas. El resto
supera a las españolas en tamaño, a excepción de las letonas, poco tetonas como
las bielorrusas. Las más pechugonas son las nórdicas; las noruegas, suecas y
finlandesas llevan de media una copa D.
Los médicos insisten en que, a no ser que el tamaño de la
copa sea A, es decir muy pequeño, todas las mujeres tienen que usar sujetador a
diario. «A lo largo de la Historia el sostén ha tenido un sentido político-social y
movimientos feministas como SENO LIBRE, en el año 1960,
reivindicaban la libertad de la mujer con un pecho libre de sujeciones.
Actualmente hay otras activistas que muestran los pechos como hecho
reivindicativo. Pero es un error confundir el concepto de libertad e
independencia de la mujer con llevar un sujetador. Esto sólo consigue
descoyuntar sus senos», afirma el doctor Antonio Tejerina.
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