CLAVES PARA HACER
EJERCICIO DIARIO
BEBER ABUNDANTE AGUA. La
deshidratación es un factor determinante en la disminución del rendimiento,
indica Úbeda. “Casi nunca recordamos beber durante los entrenamientos, aunque
muchas veces realizamos sesiones de mucho más de una hora.
Te TENGO DOS NOTICIAS: una buena y otra mala… La buena es que no
necesitas hacer ejercicio ni entrenar para mantenerte en un “peso saludable”;
la mala es que para tener calidad de vida, no hoy sino a mediano o largo plazo,
no te recomiendo.
¡TE ORDENO PONERTE A
HACER EJERCICIO, YA!
Y ojo, por hacer ejercicio no me refiero a que te salgas a correr como caballo
desbocado o que te levantes diario a las 5:00 am de la mañana para ir a
entrenar (acá entre nos, AMO entrenar, pero despertarte a esa hora para hacerlo
¡es muy cruel!).
Checa estos tips súper sencillos para que empieces a moverte,
te mantengas saludable y seguro de ti mismo. ¡CRÉEME!, SI TE SIENTES BIEN
CONTIGO ESTÁS SANO FÍSICA Y MENTALMENTE: ¡LO PROYECTARÁS!
1. PLANTÉATE UNA META
REAL Y ALCANZABLE
• Si bien la OMS recomienda un mínimo de 30 minutos cinco
veces por semana, te la pongo más fácil. Ejercítate tres días de la semana por
50 minutos cada uno, así será más fácil que lo logres.
• El cerebro reacciona ante estímulos que pueden ayudarte a
motivarte más o a sentirte frustrado. Es mejor que tu meta sea 3 días, así
tienes más oportunidades para cumplirla e incluso superarla.
2. ELIGE EL HORARIO QUE
SEA MEJOR PARA TI
• Así será más fácil que cumplas. En mi experiencia, la gente
que va por la mañana a entrenar tiene más probabilidades de éxito, ya que por
la tarde puede atravesarse desde una junta con el jefe, ver un partido de fut y
hasta una cita o cena con los amigos.
• Si eres como yo y no hay manera que puedas hacer ejercicio
temprano, antes de empezar tu día agenda 3 días por la tarde para entrenar.
¡Tip! Procura iniciar desde el lunes, ya que si vas lunes, martes y miércoles,
para el jueves habrás cumplido tu meta y si vas otro día ¡mejor!
3. NO HAGAS CASO DE
TODO LO QUE DICEN LOS COMERCIALES
• Las recomendaciones de la comadre, el amigo “mamado”; “la
artista”; el modelo o el fisicoculturista empírico. Si vas iniciando: elige la
actividad que se te antoje más y sea más realizable y alcanzable. ¡Ok!
• La idea es que elijas algo que te quede cerca, requiera de
poca inversión, tiempo y dinero, y que te parezca divertido.
• Si tienes chance, acércate a un profesional del ramo para
que te asesore; aprovecha las redes sociales para hacerlo, puedes acudir a
@tomasweimar , @dr_odin_vite , @inaki_delaparra o a mí, ¡Lo que se te ofrezca!
4. CORRE A COMPRAR UN
MONITOR DE RITMO CARDÍACO O HAZLO EN LÍNEA
La única información que necesitas te dé es tu frecuencia
cardiaca (pulsaciones del corazón) durante el entrenamiento y las calorías
quemadas. El resto de las funciones por las que puede haber variantes en
precio: calorías en zona de quema de grasa, récord semanal, registro de zonas
de trabajo, no son indispensables. Hazme caso, compra el más económico,
sencillo y que te guste. Las bandas que van a la altura del esternón son lo
mejor para hacer ejercicio, las pulseras son mejores para el día a día.
¡Y empieza a entrenar! Es más, si no estás inscrito –ni
piensas hacerlo- a ningún lugar, arranca por salir a caminar 30 minutos o dos
bloques de 15 minutos continuos. Y si te puedes llevar a alguien para platicar está
buenísimo.
MÁS PRUEBAS DE QUE “CUANTO MÁS RICO UNO ES”;
¡MÁS SANO SERÁ!
No importa cuánto usted gane. LO MÁS PROBABLE ES QUE LA
GENTE QUE GANA MÁS QUE USTED SEA MÁS SANA Y VIVA MÁS. Esa es la
conclusión de un nuevo informe de investigadores del Urban Institute y de la
Virginia Commonwealth University que examina los vínculos complejos entre LA
SALUD, LA RIQUEZA Y EL INGRESO.
No debería sorprender a nadie que la pobreza esté muchas
veces asociada a la mala salud. Menos obvio es el hecho de que la salud y el ingreso mejoran de la mano
en la pirámide económica. LAS PERSONAS MÁS RICAS TIENEN MENOS
ENFERMEDADES QUE LA CLASE MEDIA ALTA, que está en mejor estado físico que la
clase media baja, y así sucesivamente.
El informe de Urban analizó una decena de problemas de salud
y determinó que, salvo algunas pocas excepciones, EXISTE UNA MEJORA CONSTANTE EN LA
SALUD CONFORME LAS PERSONAS VAN ASCENDIENDO EN LA ESCALA DE INGRESOS.
LA EXPECTATIVA DE VIDA Y LA SALUD GENERAL TAMBIÉN DECAEN
JUNTO CON EL INGRESO. Y si bien las minorías en Estados Unidos tienen peor salud, en gran
medida la diferencia es una consecuencia de las disparidades de ingresos entre
grupos raciales y étnicos.
He aquí otra manera de verlo: 6,4 millones de personas en
Estados Unidos sufrieron derrames cerebrales, una tasa de prevalencia de 2,7
por ciento de los adultos no institucionalizados. Entre aquellos que ganan
ingresos de 6 dígitos, la tasa es del 1,6 por ciento. Si todos tuvieran la
misma incidencia de derrames cerebrales que los norteamericanos más ricos,
habría 2,6 millones menos de pacientes con derrames cerebrales en el país. Si
multiplicamos estas diferencias entre diversos problemas de salud –diabetes,
enfermedades coronarias, enfermedades pulmonares-, la magnitud de las
disparidades en materia de salud se vuelve clara.
LA RELACIÓN DE LA SALUD Y EL DINERO ES COMPLEJA
Tanto para los ricos como para los pobres, los dos atributos
se refuerzan mutuamente. “La salud y los ingresos se afectan entre sí en ambas
direcciones: no sólo un ingreso superior facilita una mejor salud, sino que la
mala salud y las discapacidades pueden afectar a alguien a la hora de que le
vaya bien en la escuela o de asegurarse y conservar un trabajo bien remunerado”,
escriben los autores de Urban.
Vivir en la pobreza suele significar un menor acceso a
alimentos nutritivos o vecindarios seguros para hacer ejercicio al aire libre. La gente de bajos ingresos tiene más
probabilidades de fumar o de ser obesa. Los empleos administrativos demandan
menos exigencia física y la gente que tiene este tipo de empleos puede tomarse
un día para ir al médico o hacerse socio de un gimnasio. También es probable
que no trabaje en el turno noche, lo que está asociado con el cáncer y otros
problemas de salud.
LA RELACIÓN ENTRE RIQUEZA E INGRESO significa que los salarios reales
estancados y una mayor desigualdad también afectan la salud física y mental de
Estados Unidos. El informe de Urban dice: “Es importante recordar que las políticas
económicas y sociales son políticas de salud en el sentido que afectan la
expectativa de vida, las tasas de enfermedad y los costos de la atención médica
para todos los norteamericanos”.
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