EL SECRETO REAL PARA
ADELGAZAR
CAMBIAR EL ORDEN DE LOS ALIMENTOS
PRIMERO LOS CARBOHIDRATOS, después las proteínas en forma de
carne, pescado, huevos, etc. y por último las frutas y los postres. ¿Siglos
siguiendo este orden y ahora nos dicen que es incorrecto?
Las tendencias para optimizar nuestra alimentación no siguen
solo los caminos clásicos de controlar las cantidades o quemar calorías de
manera eficiente. El modo en que tomamos dichos alimentos, el número de comidas que
efectuamos al día, las horas en las que realizamos el almuerzo o la cena, etc.
son el nuevo foco de los nutricionistas.
Se ha debatido mucho sobre si sería conveniente, incluso,
tomar la fruta como primer plato, una idea que podría parecer descabellada. Los
defensores de dicha propuesta dan bastantes motivos: debido a su alto contenido en
fibra, la fruta sacia nuestro apetito, lo que ayuda a que la ingesta posterior
de alimentos se vea reducida; colocar la fruta en el primer puesto evita
molestias digestivas, al ser menos probable que se produzca la fermentación de
los azúcares; por último, al ser rica en sustancias ácidas, capaces
de estimular las secreciones de nuestro estómago, la fruta puede ser un buen
asistente para hacer bien la digestión.
El doctor Pier Luigi Rossi, médico especialista en Ciencias
de la Alimentación, profesor de la Universidad de San Marino y frecuente
colaborador en los programas de salud de la televisión italiana, propone un
nuevo sistema para realizar una dieta adecuada y, en buena medida,
personalizada. Sus resultados han aparecido en un libro de reciente
publicación: 'Conosci il tuo corpo, scegli il tuo cibo'.
LAS VERDURAS LO PRIMERO
En un artículo anterior vimos cómo según una investigación
publicada por el Imperial College de Londres, lo correcto sería poner en
primer lugar los alimentos con un mayor nivel de glucosa, pudiendo ser incluso
el primer plato el postre del día, o en su caso, el arroz, el pan o la pasta.
Como sucede en todos los campos, en el mundo de la nutrición
no existen dos métodos iguales, y de hecho la nueva propuesta dietética es
completamente opuesta a la sugerida por la institución británica. Rossi
señala que en las comidas y las cenas lo conveniente sería empezar por las
verduras en vez de con la pasta. Tal sería la clave para controlar
los valores de glucemia (la medida de concentración de glucosa en sangre) e
insulina. En esto estaría, según él, LA CLAVE PARA ADELGAZAR.
El 'Estudio sobre hábitos Alimentarios y Estado Nutricional
de la Población Española (ENPE)', publicado en 2015, alerta de que LA
TASA DE OBESIDAD, durante los últimos 15 años, ha aumentado
en nuestro país en un 9% en niños y jóvenes y en un 4% entre los adultos. Lo
que está sucediendo en España es muy parecido a lo que ocurre en toda Europa,
pero como dice el refrán "mal de muchos...".
Los datos merecen, por consiguiente, ser muy tenidos en
cuenta. Como señala el profesor Rossi en declaraciones al diario 'La Stampa': "La
epidemia de obesidad en curso depende del conocimiento que tengamos de nuestro
propio cuerpo. Quien tiene problemas de peso debe, sobre todo, medir sus
niveles de glucemia e insulina. El cálculo de las calorías en este complejo
cuadro no es significativo".
De aquí parte, efectivamente la propuesta de LA
"DIETA MOLECULAR" inventada por el doctor. Los
alimentos que se ponen sobre la mesa son siempre iguales para todos, pero una
vez ingeridos estos "se comunican" con las células y el ADN de cada
persona. Es necesario pues conocer primero el propio cuerpo, el
propio yo biológico. Saber nuestros
niveles de azúcar e insulina en sangre. EL
MÉTODO MOLECULAR supera el cálculo diario de calorías y se
centra en las porciones y en cómo provocar la sensación de saciedad.
"Cada vez que comemos, la composición de la sangre
cambia. Si comemos correctamente, el nivel de azúcar será, al final, bajo, lo
que significa también un bajo nivel de insulina, la hormona culpable de la
acumulación de grasa y de la continua sensación de hambre”.
Rossi propone además contener la dosis diaria de glucosa y
prestar atención a todo aquello que atañe al hígado, verdadero director de lo
que ocurre en nuestro metabolismo: “si no se consigue liberarlo del exceso
de grasa, se llega a UNA CONDICIÓN DE ESTEATOSIS HEPÁTICA O HÍGADO GRASO. Esto
impide la disminución del peso corporal y la eliminación de la insulina en la
sangre, determinando un estado de insulinorresistencia, condición que
predispone a la diabetes”. Para evitar el HÍGADO GRASO Rossi no
se muestra partidario, ni mucho menos, de eliminar los hidratos de carbono,
pero sí de controlar sus dosis, así como la de los lípidos (aceite
de oliva, pescados, quesos o leche entera).
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