TODO LO QUE SIEMPRE
QUISO SABER Y NUNCA SE ATREVIÓ A PREGUNTAR
El dicho señala que las opiniones son como los traseros, que
todos tenemos uno. Aunque quizá sería más acertado trazar el paralelismo con LOS
PEZONES, ya que todos disponemos, al menos, de dos. Se trata de una las
zonas del cuerpo de los mamíferos más peculiares. A pesar de que su función
resulta más o menos clara –filtrar la leche materna de la que el bebé se
amamanta durante la lactancia–, su formación y particularidades no lo son
tanto. ESE BOTÓN DE ALREDEDOR DE UN CENTÍMETRO DE DIÁMETRO OBSESIONA
SEXUALMENTE A MILLONES DE PERSONAS DE TODO EL PLANETA Y SE HA CONVERTIDO, SIN
PRETENDERLO, EN LA ÚLTIMA FRONTERA DEL TABÚ. En la sociedad
contemporánea, una mujer con LOS PEZONES cubiertos por una
pezonera, no está desnuda; sin ellos, sí lo está. ¡Magia!
ALGO OCURRE CON LOS PEZONES. Para empezar, que todos los
mamíferos sienten el instinto de buscarlos y succionar para alimentarse. Los
bebés tienden a restregar su cara y lamer aquello que toca su rostro, un
movimiento innato que los ayuda a alimentarse, pero también a establecer una
relación más estrecha entre madre y cría. Sin embargo, no todos los animales
recurren al pezón como membrana entre lo interno y lo externo. Algunos animales
monotremados como los ornitorrincos exudan la leche a través de su piel, de
donde es lamida por la cría. Puede que los pezones duelan, pero antes de
quejarnos, demos gracias por no ser un ornitorrinco.
UN MUNDO DE DISTINTOS
TAMAÑOS Y COLORES
Lo más probable es que, si nos paramos a analizar nuestros dos
pezones, estos no sean iguales. Como las huellas dactilares, estas
protuberancias no se repiten en la especie humana. Dentro de cada uno de ellos se
encuentran entre 15 y 20 productos lácteos rodeados por una zona más sensible y
oscura, la areola. Al igual que ocurre con su forma y tamaño, que
varía si una mujer está embarazada o lactando, no todas las personas sienten lo
mismo al ser acariciados en dicha zona: EL ABANICO DE SENSACIONES PUEDE IR DE LA
INDIFERENCIA AL ÉXTASIS. Pero tanto para hombres como para mujeres, se
trata de una zona erógena que, al ser estimulada, impulsa la excitación sexual,
especialmente tras la pubertad, cuando los cambios hormonales la hacen más
sensible.
La principal diferencia entre hombres y mujeres es que,
mientras las terminaciones nerviosas del varón se encuentran más juntas, en las
hembras están más separadas. Además, como sugiere una investigación publicada
en THE
JOURNAL OF SEXUAL MEDICINE, las mujeres pueden llegar al orgasmo a
través de la estimulación de sus pezones, que causa efectos similares a los de
la vagina, el clítoris y el cérvix y provoca la contracción uterina. Ello no
quiere decir que la erección de los pezones signifique necesariamente que
alguien está excitado. El frío o la fricción con la ropa pueden
provocar su endurecimiento. Así que si los pezones están erectos no, no quiere
decir necesariamente que le gustes. Cuidado: no se deben estrujar las
protuberancias causadas por las glándulas de Montgomery, esos pequeños bultos
que se encuentran en la areola, puesto que puede provocar infecciones.
Es normal que todos, hombres y mujeres, tengan pelo en el
pezón
Otra posibilidad es que tengamos pezones invertidos, algo que
ocurre a entre un 10 y un 20% de las mujeres. Esto se debe a que se tienen
conductos más cortos para la leche en el pecho, lo que impide que el pezón
sobresalga. No hay ningún problema en ello, con la salvedad que, durante la
lactancia, puede dificultar la alimentación del pequeño. Para comprobar si los
nuestros son así, debemos presionar en la areola; si el pezón se proyecta, no
son invertidos, pero si queda plano, sí lo es. En algunos casos, la inversión
repentina del pezón puede ser un síntoma temprano de cáncer de mama, por lo que
si este u otros cambios sustanciales en forma o tamaño ocurren sin razón clara,
se debe acudir cuanto antes al médico.
¿PARA QUÉ SIRVE UN
PEZÓN MASCULINO?
De igual manera que los pezones cambian en forma y tamaño
entre personas, también lo hacen en número. Parece ser que entre el 1 y el 5%
de la población tiene más de un pezón (según otros datos, 1 de cada 18 hombres
y 1 de cada 50 mujeres), una condición conocida como politelia. Por lo general,
los pezones se encuentran en las líneas mamarias, que descienden por el abdomen
hacia la curva de la barriga, aunque pueden llegar a aparecer en el pie, como
ocurrió con una mujer de 22 años. Mark Wahlberg, Lily Allen o Tilda Swinton
tienen tres pezones (Harry Styles, de One Direction, cuatro) y en algunos
países como Estados Unidos esta condición es considerada una enfermedad rara,
aunque no suele presentar peligro. En el extremo opuesto se encuentra la
atelia, un desorden genético que impide el desarrollo de los pezones.
La pregunta del millón, dado que un pezón sirve para
alimentar al lactante, es cuál es exactamente la funcionalidad de un pezón
masculino.
Los pezones se forman muy pronto durante el desarrollo del feto, alrededor de
la cuarta semana, cuando dos tiras de ectodermo se endurecen. Se trata de las
ya nombradas líneas mamarias, que en un momento dado, se reducen hasta la zona
del pecho, donde se desarrollan los pezones. No es hasta la sexta semana de
gestación que empieza a producirse la diferenciación sexual, cuando hormonas
como la testosterona proporcionan los rasgos masculinos a los varones. Para
entonces, los pezones ya habrán alcanzado un grado de desarrollo que no tiene
vuelta atrás pero que no irá a más, al contrario de lo que ocurre con las
mujeres.
Como señala un artículo publicado en Scientific American
firmado por el profesor de biología de la Universidad de Ottawa Andrew M.
Simons, los pezones y su supervivencia en los organismos masculinos parecen
atentar contra toda lógica evolutiva. Pero, como explica el
científico, nos encontramos ante uno de esos excepcionales casos en los que
para la supervivencia de la especie el atributo es de vital importancia para un
sexo pero intrascendente (y no peligroso, salvo en excepciones como el
carcinoma) para el otro. Se trata de una correlación genética que persiste por
su inocuidad. Así pues, todavía falta mucho tiempo para que nos despidamos de
nuestros queridos pezones.
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