COSAS QUE ELLOS ODIAN
QUE HAGAS DESPUÉS DEL SEXO
DESPUÉS DE UNA
EXCITANTE SESIÓN DE BESOS, CARICIAS Y ORGASMOS, lo peor que puede suceder es que
caigas en el error de cometer alguna de las cosas que ellos odian después del sexo
y arruines el resto de su noche, o que continúen con su sesión de placer.
Un hombre no desaparecerá de tu vida porque en la primera
cita tuvieron sexo, lo más probable es que se vuelva a repetir, pero la mayoría
tal vez no quiera volver a estar contigo si en ese primer encuentro cometes
alguna pequeña falla, afirma la sexóloga argentina Jimena Cortés.
Por lo mismo es importante que conozcas las cosas que los
hombres odian que las mujeres hagan después de haber tenido sexo, te
presentamos algunas de las más importantes.
1. QUIERAS PLATICAR. El sexo tiene un efecto somnífero en ellos, debido a
la secreción masiva de oxcitocina y serotonina, sustancias que inducen a un
profundo sueño, señala un estudio publicado en el Neuroscience and Biobehavioral
Reviews, por ello les molesta que no los dejen descansar.
2. CRITICAR SUS ATRIBUTOS. Algunos hombres siguen pensando que
el tamaño del pene es muy importante, afirma Silvia Saenz, psicóloga y sexóloga
fundadora del centro Pystel en Madrid, por lo que escuchar los comentarios
“sinceros” que tienes sobre este tema les incomoda demasiado.
3. BUSQUES MÁS SEXO. Es un error querer más sexo inmediatamente después de
que él llega al orgasmo, debido a que al eyacular su miembro se relaja y
necesita tiempo para que pueda volver a tener una erección, por eso no debes
estimularlo de inmediato, afirma la sexóloga Silvia Saenz.
4. CORRAS A BAÑARTE. A nadie le agrada que su pareja sexual salga
corriendo a bañarse, el mensaje que puedes trasmitirle es que te sientes sucia
después de compartir la cama y que necesitas quitarte esa sensación
desagradable.
5. PREGUNTES SOBRE TU CUERPO. Después de haber tenido sexo contigo,
preguntas sobre si creen que estás gorda, les gusta tu cuerpo o te vieron
defectos es algo que ellos no quieren contestar, si sucedió el encuentro es
porque les atraes y todo en ti les encanta.
6. LLORES. No solo porque lo consideran el momento menos apropiado para
expresar las inconformidades, también porque tus lágrimas contienen una señal
química que disminuye sus niveles de testosterona y por lo tanto su deseo
sexual, afirma un estudio del Instituto Weizmann.
7. ÓRDENES Y LIMPIES. Es normal que haya un poco de desorden en la
habitación después del sexo, pero les molesta que no te tomes tu tiempo para
disfrutar a su lado del momento, cuando ellos desean sentirte, y que te
levantes inmediatamente a limpiar.
8. MIENTAS SOBRE EL SEXO. Por más buena que creas que eres
mintiendo, ellos odian que “enaltezcas” el sexo cuando saben perfecto que no es
para tanto, pero sobre todo si tu cara
no refleja realmente esa satisfacción; lo mejor siempre es ser sincera.
Todas estas cosas que ellos odian después del sexo son un
común denominador, así que puedes estar segura de que sí las cometes perderás
puntos con tu chico. Si quieres que goce contigo, concéntrate en las posiciones
sexuales, conseguir y dar placery disfrutar el momento.
TERMINA CON TÚ
MATRIMONIO
MOTIVOS PARA DESATAR LA
GUERRA EN UN MATRIMONIO
En toda relación matrimonial o de concubinato, siempre
existen detalles que hacen de la convivencia diaria una realidad difícil de
sobrellevar: los pésimos modales de él, las flatulencias de ella, la
intolerancia de ambos... pequeñas razones que generan grandes peleas entre
enamorados y transforman el idilio en una lucha sin cuartel.
Suele suceder que, una vez desposados, los tórtolos descubren
un lado B de su pareja que nunca imaginaron, o por el contrario, enseñan gacho
el cobre. De tal suerte, si tu alma gemela tiene hábitos desesperantes que te
llenan el buche de piedritas, o bien, si tú eres el que rompe el equilibrio con
manías de escalofrío, aquí te brindamos una lista de hechos que te serán muy
familiares: motivos que pueden desatar la guerra en cualquier matrimonio feliz.
1. SUS RONQUIDOS
En medio de esas noches de descanso, cuando el cuerpo reposa
y la mente se entrega a la placidez del sueño, no hay nada tan exasperante como
que te despierte el gutural y cuadrafónico sonido de un motor (turbo y de
carburador doble garganta), con chiflidito de tetera incluido, roncándote
melodiosamente en la orejota. ¡Ésta sí que es una causa legítima para rifarse un
tiro!
2. SALPICA LA TAZA DEL BAÑO
Algo de lo más frecuente es que el hombre de la casa haga sus
necesidades (del uno) como bombero en pleno incendio: manguera en mano, echa el
agua en todas direcciones como quien rotula el horizonte en llamas. La mala onda:
salpica el escusado con todo y el asiento, la tapa y la funda tejida de color
mamey que la recubre (en una de ésas, también el piso). Lo peor: no lo limpia y
deja tal cual su obra de arte, y como se dice por ahí: “de su arte a mi
arte...” (jeje).
3. SUS GREÑAS PULULAN POR DOQUIER
Resulta por demás triste descubrir que tu chava se está
quedando pelona (más calva que una rodilla de escuincle), pero eso no quita lo
desagradable de encontrar su pelambre oxigenado regado por el piso, el lavabo,
la alfombra, las almohadas, el sofá, tu ropa... tanto que hasta parece que te
casaste con un gato de angora enfermo de alopecia.
4. NO TAPA LA PASTA
Una de las batallas más cruentas de la vida en arrejunte se
debe a que, sin razón alguna, el ser amado olvida cerrar el tubo de la pasta
dental, ya de por sí muy aplastado. Lo desagradable del asunto: te das cuenta
de su gracia justo por la mañana, cuando más necesitas refrescarte la buchaca y
quieres sacar un poco de cremita pa’ tus muelas y colmillos.
5. SU ROPA TIRADA POR TODA LA CASA
Otra costumbre que desquicia hasta las mentes más serenas es
la de dejar tirado el calzón matapasiones debajo del sillón, los calcetines
apestosos junto a la cama, el sostén colgado en el respaldo de la silla, el
suspensorio, los mallones, la fajilla, en fin, toda la gama de prendas
interiores por todas partes. ¡Qué empiece la pelea!
6. SUS GASES
Uno de los más francos atentados contra la paz del nido de
amor surge cuando tu pareja se descose en pleno lecho nupcial. Sí, esos gases
suyos más que lacrimógenos resultan ser auténticas armas químicas, dotadas de
las más volátiles y tóxicas sustancias. Si de repente notas un olor a frijol
podrido que empieza a enturbiar el aire de la habitación, a nublar tu vista y a
trabarte el habla, o escuchas el sonoro rugir del cañón, prepárate: ¡la guerra
ha comenzado!
7. USA LA PLAYERA DE TU EQUIPO
A veces ocurre que tu prenda amada se pasa por el arco del
triunfo tu orgullo y tu pasión futbolera, y sin un mínimo de respeto a los
escudos y colores de tu afecto, se pone la playera de tu equipo favorito (la
clásica de colección que sólo usas en finales) como pijama o, los dioses del
estadio la perdonen, para hacer quehacer (¡ah, jija!).
8. ERUCTA EN LA MESA
Otra costumbre irritante y ordinaria consiste en que tu
amorcito, luego de compartir los manjares del almuerzo o la merienda, avienta
el buqué de chilaquiles cebollosos por medio de un “sapo” extenso y afinado,
proveniente de sus gastríticas entrañas, como quien se echa un suspiro lleno de
ternura. ¡Y retiemble en su centro la tierra!
9. SE ACABA EL AGUA
La disputa cotidiana más encarnizada se produce acaso por el
hecho egoísta de que el dueño o la dueña de tus quincenas se asume también como
el dueño del baño y del bóiler, o sea, cuando después de sus duchas de hora y
media (¿qué diablos hará durante tanto tiempo?) se termina el agua caliente.
Resultado final (e infame): tienes que lavarte tus miserias con agua helada.
10. QUIERE QUE LE ARRIMES TODO
No, no se trata del arrumaco alegre, sino de que nunca encuentra
lo que necesita: ropa limpia, su cartera, el control de la televisión, su
rastrillo, la caja de herramientas, sus zapatos de ante azul... Como si la casa
fuera una mansión kilométrica donde todo se pierde, tu cónyuge no localiza nada
por sí mismo y siempre quiere que le des las cosas en la mano.
Como verás, apreciadísimo/a chilango/a, existe un sinnúmero
de causas para abrir fuego entre casados; sin embargo, ¿qué puede ser más
excitante que dormir con el enemigo? Al fin y al cabo, todas las discordias
pueden resolverse en el cuadrilátero king size, de dos a tres caídas y sin
límite de tiempo. ¿A poco no? En fin, ahora te toca a ti decirnos, ¿por cuál
otro motivo has declarado la guerra en tu vida marital?
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