PERDER PESO, ¿PARA COMPLACER
A MI NOVIO?
“Hace unas semanas en una comida con amigos pedí
pasta y ÉL ME PREGUNTÓ SI REALMENTE
PENSABA QUE ESO ERA LO QUE DEBÍA COMER”, cuenta
Vanessa, reportera de 28 años de Bangalore.
“Puedo
discutir mi peso con mis amigos sin parar porque es mi cuerpo y mi decisión,” afirma. PERO NO CREE QUE SU NOVIO TENGA DERECHO A DEJARLE CAER COMENTARIOS POCO
SUTILES SOBRE CÓMO DEBERÍA PERDER PESO.
“Cuando Kevin y
yo empezamos a salir, yo lucía una figura fantástica, pero
entonces solo tenía 25 años”, cuenta Vanessa. Y agrega: “No creo
que mis hábitos alimenticios sean poco saludables, pero mi cuerpo ha cambiado en
los últimos 3 años. LA
VERDAD ES QUE HE ESTADO COMIENDO MUCHO MÁS SANO QUE
ANTES PERO MI PESO HA SUFRIDO FLUCTUACIONES.”
OFENDIDA
Vanessa explica
que “Kevin no se da cuenta, pero en los últimos tres meses se ha portado
muy mal. Por ejemplo, me dice que no debería ponerme mi
camiseta favorita porque me queda muy apretada o me repite continuamente que me
estoy abandonando cada vez que no voy a mi clase de zumba.”
Hace unas
semanas, durante un almuerzo con amigos, Vanessa pidió pasta y su novio le
dijo: “¿De verdad crees que deberías comer eso?”
“Me sentí muy
ofendida, fue muy incómodo y el hecho de que mi amiga me dirigiera una
mirada LLENA DE COMPASIÓN LO HIZO AÚN PEOR. Tal vez mis viejos
pantalones de mezclilla ya no me resultan tan cómodos, PERO ¡NO ESTOY TAN GORDA! como
para necesitar que él me recuerde constantemente que debo vigilar lo que como”,
dice Vanessa.
¿LA PAREJA PERFECTA?
Sus amigos
piensan que son la pareja perfecta, “pero lo cierto es que también existen
problemas en nuestra relación. El año pasado ME ENGAÑÓ CON UNA CHICA de su
oficina. Pasamos una racha malísima después de aquello, pero al final volvimos
a estar juntos”, comenta Vanessa.
La
insatisfacción de Kevin con su aspecto físico le hace sentir enfadada y llena
de ansiedad. “A veces considero que me da lo mismo que él piense que no estoy
lo suficientemente delgada. Pero entonces me empiezo a preocupar porque deje de
quererme o porque me compare con esa chica sexy de su oficina. DE
MANERA QUE AÚN NO HE DECIDIDO SI DEBO DECIRLE QUE BASTA YA DE COMENTARIOS SOBRE
MI CUERPO O PONERME A HACER DEPORTE COMO UNA LOCA Y VOLVERME TAN SEXY QUE ÉL SE
OLVIDE DE LA AVENTURA QUE
TUVO EN LA OFICINA”,
agrega.
PAGARLE CON SU PROPIA MONEDA
La joven
reportera de 28 años considera que “tal vez lo que debería hacer es darle la
vuelta a la situación y pagarle con su propia moneda. Debería
empezar a molestarle sobre la pequeña doble papada que le está saliendo o
recordarle continuamente que está quedándose calvo.
No puedo creer
que después de tres años juntos y habiendo sobrevivido a todo, incluida la
infidelidad, él sea tan superficial como para NO VER MÁS ALLÁ DE MI
CINTURA”.
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