EL SÍNDROME DE BURNOUT
¿QUÉ ES?
CADA VEZ ATACA MÁS A LAS MUJERES DE ENTRE 25 Y 30
AÑOS, ¿ENTRAS EN LA
ESTADÍSTICA?
Seguramente más
de una de nosotras se sentirá identificada. El burnout es un síndrome provocado
por el excesivo estrés laboral y que, muchas veces, engendra una sensación de
fracaso y frustración en las personas que lo padecen. ¡No te adelantes! Para
confirmar si sufres este trastorno, necesitas presentar al menos tres de los
siguientes síntomas:
1. NO PUEDES ESPERAR A QUE
LLEGUE ESE MOMENTO del medio día en que sales a
comprar un snack, o bien, cuando por fin llega la hora de la comida. Y claro
que esos cinco minutos antes de la salida se te hacen eternos.
2. ERES MUY CRÍTICA E
IMPACIENTE con tus compañeros de trabajo. A
raíz de esto, tu relación con ellos se ha deteriorado y va de mal en peor.
3. POR MÁS QUE LO
INTENTAS, hay algo que te hace sentir que no
estás dando tu 100% en las horas laborales.
4. TE SIENTES MUY CANSADA, falta de energía, ansiosa, a veces triste sin razón alguna y todo
te hace enojar.
LAS CAUSAS
Larissa Faw,
colaboradora de la revista Forbes, afirma que este fenómeno se extiende como
una pandemia en las mujeres que están entre los 25 y 30 años. Basada en una
investigación del Instituto McKinsey, Faw afirma que sólo 53% de los trabajos
son destinados al sexo femenino y, por lo general, son los de menor nivel; y
sólo 26% logrará escalar a un puesto directivo.
¿El culpable?
Carol Frohlinger, fundadora del sitio Negotiating Woman Inc., dice que las
chicas no sólo lidian con la presión laboral, sino también con la social de
tener que formar una familia.
¿El colmo? Las
mujeres que trabajan no se cuidan lo suficiente. Faw destaca que los hombres
son 35% más propensos a tomar descansos y salir más a comer.
¿La cereza del
pastel? Quienes actualmente tienen entre 25 y 30 años, empezaron su vida
laboral durante la recesión. Sin duda se vieron afectados por el subempleo
(trabajos mal pagados) o la falta de éste.
EVITA EL BURNOUT
Es muy probable
que la actitud de tu jefe no cambie, que tu horario de trabajo se siga
extendiendo más allá de las ocho horas o que tus papás aún te presionen con que
ya quieren un nieto, entonces, ¿qué puedes hacer? Jodi Glickman, autora del
libro Great on The Job, te da unos tips:
1. REVISA TUS EXPECTATIVAS. Si piensas que tus clases de inglés de la primaria son suficientes
para tener una columna de sexo en algún periódico de Nueva York (ya sabes, como
Carrie Bradshaw), entonces es momento de reajustar. Todos tenemos que empezar
por algún lado, y ese lugar es, por lo común, el más bajo del organigrama. Lo
más importante es tu actitud. Si eres propositiva y positiva, alcanzar tus
metas será más fácil.
2. APRENDE A CONTROLARTE. Uno de los factores principales para sufrir burnout, es la dinámica
disfuncional en la oficina, así como los problemas con un superior. Si a esto
le añades que eres visceral, no sabes controlar tus emociones o gritas y
regañas a todo mundo, tu nivel de estrés estará al máximo. No se trata de quedarte
callada, sino de aprender a ser diplomática. Tener una actitud ecuánime seguro
te ayudará a manejar mejor las situaciones difíciles y a encontrar las maneras
más efectivas de llenar las expectativas de tu jefe.
3. ESTÁ BIEN DECIR ‘NO’. Los empleados que intentan cubrir muchas tareas y que siempre
trabajan a su máximo nivel, son un target seguro para el burnout. Glickman
indica que lo peor que puedes hacer por tu carrera es comprometerte con muchas
cosas y después no entregar nada de manera eficiente. A veces es mejor decir
‘no’ para poder cumplir cabalmente con lo ya asignado. Si después de esto te
das cuenta que tienes tiempo, entonces sí, ofrécete a ayudar.
4. EL PASTO DEL VECINO NO ES
MÁS VERDE QUE EL TUYO. Todos tenemos ese contacto
en Facebook que parece tener tres meses libres y el sueldo suficiente para
pasarlos en alguna playa paradisíaca. ¡Olvídalo! Las comparaciones sólo hacen
que te sientas mal respecto de tu desarrollo personal y profesional y que
entonces no seas objetiva con tus propios logros. Deja de ver lo que hacen los
demás y empieza a valorar cada uno de los pasos que has dado.
5. ASEGÚRATE DE TOMAR TUS
VACACIONES. Una encuestadora en Estados Unidos
concluyó que se desperdician ¡226 millones de días de vacaciones al año!
¡¿Quién no quisiera aprovecharlos?! Está comprobado que 48% de los empleados
son más entusiastas con su trabajo después de tomar sus días de asueto, además
de que es una manera fácil y divertida (y seguramente llena de piñas coladas)
de mantener tu equilibrio emocional en balance.
6. TEN UNA VIDA. ¿Tu valor como persona lo basas en tus logros profesionales? Si es
así, eres alguien con alto riesgo de sufrir síndrome de burnout. Dedicar tiempo
a actividades fuera de la oficina te hará sentir más equilibrada. Aprende un
nuevo idioma, haz algún voluntariado o, simplemente, date una tarde para salir
con tus amigos. ¿Otro tip? El ejercicio físico es uno de los mejores
distractores, pues ayuda a que tus músculos –y también tu mente– se relajen,
así que quizá también quieras unirte a un club deportivo.
7. SE VALE DESCANSAR. Tómate tu tiempo para recargar pila a lo largo de tu jornada
laboral. Detén tu trabajo un momento para descansar tus ojos; en vez de
marcarle por teléfono a tu compañera o mandarle un mail, camina a su escritorio,
sirve que estiras las piernas; sal con alguien por un café o por un antojo.
Establecer relaciones positivas en la oficina te hace sentir más cómoda y, por
lo tanto, feliz. Eso sí, también asegúrate de descansar los fines de semana, no
pasa nada si este sábado te quedas en tu casa a ver pelis, tu cuerpo lo
amerita.
¡OH NO! TENGO SÍNDROME
DE BURNOUT
Si sospechas que
padeces este síndrome (o estás a punto de sufrirlo), entonces es momento de que
te tomes un tiempo para pensar las cosas y reevaluar tu carrera. ¿Tus
metas han cambiado desde que empezaste a trabajar? ¿Los valores de tu producto
o tu compañía no son los mismos que cuando entraste? ¿No tienes suficientes
retos? O, por el contrario, ¿estás demasiado cómoda? Quizá sea buen
momento de cambiar de empleo y, en una de esas, hasta de nicho. ¡PIÉNSALO!
NUNCA ES TARDE.
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