¿POR QUÉ NO PUEDO
QUITARME ESA CANCIÓN DE LA CABEZA?
Temas de Lady Gaga y Kylie Minogue, entre los que más
«enganchan»
«LLEVA, LLÉVAME EN TU BICICLETA. ÓYEME, CARLOS, LLÉVAME EN TU
BICICLETA». Puede
que le encante, pero aunque lo aborrezca quizás se haya sorprendido a sí mismo
tarareando el éxito del momento mientras conduce o se da una ducha. ¡Es tan
pegadizo! Le pasa a casi todo el mundo. De repente, una melodía se mete en la
cabeza y no hay forma de sacarla. Pero, ¿por qué sucede? ¿Qué tiene que tener una
canción para apropiarse de nuestro cerebro de esa manera?
Un estudio a gran escala, dirigido por Kelly Jakubowski,
investigadora en el Departamento de Música de la británica Universidad de Durham,
puede tener algunas de LAS CLAVES DE
ESTA INERCIA MUSICAL, a la que a
veces nos entregamos con placer pero que otras resulta un poco vergonzosa.
Las canciones pegadizas son generalmente más rápidas, con una melodía bastante
fácil de recordar pero con algunos intervalos únicos, como saltos o
repeticiones que las diferencian de la «CANCIÓN POP PROMEDIO», explican los
investigadores. Si a esto se suma más tiempo en la radio o en las listas de
éxito, la invasión mental está asegurada.
Los principales ejemplos de temas pegadizos nombrados en el
estudio incluyen «Bad Romance» de Lady Gaga, «Do not Stop Believing» de Journey
y, con ese nombre es lógico, «Can't get you out of my head», de Kylie Minogue.
«Nuestros resultados muestran que se puede, en cierta medida,
predecir qué canciones van a quedar atrapadas en cabeza de la gente basándose
en el contenido melódico de la canción. Esto podría ayudar a los aspirantes a
letristas o anunciantes a escribir un tema que se recordará durante días o
meses», dice
Jakubowski.
«ESTAS CANCIONES PEGADIZAS parecen tener un buen ritmo rápido junto con
una forma melódica común e intervalos o repeticiones inusuales como los que
podemos oír en el riff de apertura (frase musical que se repite a lo largo de
la pieza) de 'Smoke On The Water' de Deep Purple o en el coro de 'Bad Romance'
de Lady Gaga», explica.
ALGO ESPERADO Y UNA
SORPRESA
El estudio descubrió
que las canciones con más probabilidades de no dejarnos tranquilos son las que
tienen contornos melódicos globales más comunes, lo que significa que tienen
formas melódicas muy típicas en la música pop. Un ejemplo de ello en la música
occidental es la canción infantil «Twinkle Twinkle Little Star» («Estrellita,
dónde estás»), donde la primera frase se eleva y la segunda cae. Numerosas
otras canciones de cuna siguen el mismo patrón, por lo que es fácil para los
niños pequeños recordarlas. El riff de apertura de «Moves Like Jagger» de
Maroon 5, una de las melodías pegadizas nombradas en el estudio, también sigue
este patrón de contorno común de elevarse para luego caer en el tono.
Además de una forma melódica común, el otro ingrediente
crucial en LA FÓRMULA DE UNA MELODÍA
PEGADIZA es una estructura
intervalo inusual en la canción como algunos saltos inesperados o notas más
repetidas de lo que se esperaría oír. El riff instrumental de «My
Sharona» de The Knack es un ejemplo.
«Sabemos que la exposición reciente y frecuente a una canción
hace que sea más probable que se atasque en la cabeza y a las personas que
cantan y escuchan mucha música les ocurre con más frecuencia que a otras», dice la autora. Pero, «ahora
también sabemos que, con independencia del éxito de una canción, hay ciertas
características de la melodía que la hacen más propensa a quedarse en cabeza de
la gente como una especie de protector de pantalla musical privada».
«DIOS SALVE A LA
REINA», EL REMEDIO
Los investigadores preguntaron a 3.000 personas por sus
melodías pegadizas más frecuentes y las compararon con canciones que no fueron
nombradas, pero que eran populares y se habían escuchado recientemente en las
listas británicas de música. Las características melódicas de las canciones
pegadizas y no pegadizas fueron luego analizadas y comparadas. Los temas se
limitaron a los géneros de música popular, como pop, rock, rap o rhythm &
blues.
LOS ESTUDIOS DE
MELODÍAS PEGADIZAS pueden ayudar a entender cómo las redes
cerebrales, que están implicadas en la percepción, las emociones, la memoria y
los pensamientos espontáneos, se comportan en diferentes personas.
El 90% de nosotros
será martirizado por una canción en un bucle sin fin al menos una vez a la
semana. Normalmente ocurre en momentos en los que el cerebro no está haciendo
mucho, como en la ducha, mientras caminamos o hacemos tareas domésticas
repetitivas.
Pero, ¿CÓMO PODEMOS QUITARNOS EL SONIQUETE DE
ENCIMA? Muchas de las personas que participaron en el estudio decían
que lo que realmente les funcionaba era escuchar atentamente la canción. OTROS SE DISTRAÍAN PENSANDO O ESCUCHANDO
UNA DIFERENTE. Y, no hay que olvidar que son británicos, EL «CANTO CURA» más utilizado para
desplazar una melodía pegadiza fue «DIOS
SALVE A LA REINA». Sin embargo, otros
encuentran que la mejor manera de deshacerse de uno de estos tostones musicales
es simplemente tratar de no pensar en ello y dejar que se desvanezca de forma
natural por sí solo. Y sí, a veces puede ser de lo más irritante.
LAS CANCIONES MÁS
PEGADIZAS
Los temas pegadizos más frecuentemente nombrados en el
estudio (los datos se recogieron entre 2010 y 2013) fueron:
Bad Romance -
Lady GagaCan't Get You Out Of My Head - Kylie MinogueDon't Stop Believing -
JourneySomebody That I Used To Know - GotyeMoves Like Jagger - Maroon
5California Gurls - Katy PerryBohemian Rhapsody - QueenAlejandro - Lady
GagaPoker Face - Lady Gaga
LOS OJOS SON
IMPORTANTES PARA OÍR
Un claxon puede ser un sonido rutinario o una señal de alarma
en función del contexto - OI2 CENTROS AUDITIVOS
***Una investigación
explica por qué un mismo sonido familiar puede significar cosas diferentes en
función del contexto visual. La clave está en que lo que se ve cambia la
actividad cerebral del córtex auditivo
El sonido de un claxón puede ser rutinario si se oye al otro
lado de la puerta de casa, pero nos puede helar la sangre si lo oímos cuando
estamos cruzando una calle. Según un estudio presentado este lunes en «Nature
Neuroscience», esto ocurre porque el cerebro interpreta los sonidos usando
pistas procedentes de otros sentidos.
Gracias a una investigación realizada en ratones,
investigadores de la Universidad de Nueva York (Estados unidos) han descubierto
que las células nerviosas de la audición tambén están relacionadas con otras
neuronas implicadas en captar el contexto. Esto ocurre solo cuando el cerebro
responde a sonidos familiares, que previamente se han aprendido.
«Lo que el cerebro oye depende de lo que ve cuando se
producen sonidos específicos», ha explicado Robert Froemke, investigador de la
Universidad de Nueva York. Gracias a esto, el cerebro puede calcular cómo debe
responder, tal como ha añadido.
Según ha concluido esta investigación, las células del córtex
auditivo de los mamíferos (donde se procesa la información procedente de los
oídos) son activadas o desactivadas por otras células nerviosas que detectan el
contexto.
«Nuestro estudio muestra cómo el mismo sonido puede
significar cosas diferentes dentro del cerebro en función de la situación», ha
dicho Froemke. «Sabemos, por ejemplo, que la gente aprende a responder sin
alarmarse al sonido de un claxon cuando lo oye dentro de su casa, pero que se
asusta si lo oye cuando está cruzando una calle concurrida».
Si próximas investigaciones muestran niveles similares de
actividad ya no solo en los cerebros de ratones, sino también en el cerebro de
los humanos, los científicos dicen que podrán conseguir explicaciones precisas
sobre comportamientos específicos. Tratarían de explicar por qué los
inofensivos sonidos de un aula pueden causar ansiedad durante un examen de
matemáticas o por qué hay veteranos de guerra que pueden sentir miedo al
escuchar una explosión de un tubo de escape. Además de esto, creen que su
investigación podría servir para mejorar terapias: por ejemplo, ya se sabe que
hay personas con demencia recuerdan eventos cuando oyen voces familiares o
cuando ven caras de amigos.
MÚSICA PARA RATONES
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores
rastrearon la actividad de los circuitos cerebrales en ratones. Diseñaron un
conjunto de experimentos en los que los animales esperaban conseguir una
recompensa de agua a través de un tubo, después de oír una nota musical. Y
otros en los que los propios animales no esperaban recibir esa recompensa. En
todas estas situaciones los animales recibieron información extra del contexto,
puesto que podían ver si en los tubos había agua o no.
A lo largo de las pruebas, los científicos analizaron los
circuitos nerviosos después de que los ratones oyeran la nota musical. En
concreto, le prestaron especial atención a los dos papeles que pueden tener
ciertas células nerviosas: Hay algunas que propagan el mensaje nervioso y lo
amplifican, y se dice que forman parte de circuitos excitatorios, pero hay
otras neuronas que detienen o reducen los mensajes, y por eso se dice que
forman parte de circuitos inhibitorios.
Gracias a estos dos papeles, y al balance de la activación de
los dos tipos de circuitos, un mismo estímulo sonoro puede ser interpretado de
una forma o de otra por el cerebro.
ASAMBLEAS DE NEURONAS
En el caso concreto de este estudio, los investigadores se
llevaron una sorpresa. Descubrieron que cuando los ratones esperaban conseguir
una recompensa de agua después de oír una nota musical, la mayoría de las
células excitatorias de la corteza auditiva tenían una actividad más débil.
Sin embargo, al mismo tiempo, un segundo grupo de células
excitatorias tenía mayor actividad, pero solo cuando el ratón esperaba veía y
esperaba la recompensa de agua, lo que sugiere que la visión incrementa el
nivel de actividad de ciertas zonas del córtex auditivo.
Después, nuevas investigaciones mostraron que la bajada del
nivel de actividad del córtex adutiditovo era provocado por varias productos,
que a su vez dependían de los niveles de un neurotransmisor, la acetilcolina.
Lo interesante es que al cortar la actividad de esta hormona, los ratones dejan
e ir a por su recompensa de agua después de oír el sonido, lo que sugiere que
este compuesto es clave para que el córtex auditivo extraiga la información del
contexto.
Ahora, los expertos estudiarán cómo los niveles de otras dos
hormonas, la noradrenalina y la dopamina, afectan al córtex auditivo en ciertas
situaciones.
«Si podemos saber cómo interaccionan algunas hormonas y la
actividad cerebral en función de la percepción del contexto, podemos investigar
rutas específicas tanto inhibitorias como excitatorias para cambiar e influir
comportamientos», ha dicho Froemke. Así, quizás se podría cortar de raíz la
ansiedad asociada a sonidos, o en caso contrario, favorecer los recuerdos
aprovechándolos.
CREAN CONCIERTO DE
PULSACIONES Y ONDAS CEREBRALES
En el festival Mutek de música electrónica y tecnología,
participaron desarrollares y artistas en un espectáculo en el que se midieron
los impulsos eléctricos de algunos participantes.
A través de una diadema que mide los impulsos eléctricos del
cerebro y con sensores de biopulso, un grupo multidisciplinario dio un
concierto durante el Hacklab del Mutek México, festival de música electrónica y
tecnología.
“Puedes traer todo tipo de materiales a este laboratorio,
tenemos entornos de código; se crea software personalizado, hardware único,
entonces tenemos gente trabajando con escáneres de cerebro, interfaces de
computadora para cerebros, gente trabajando con iluminación, tenemos tecnología
electroacústica, personas trabajando con código para crear visuales
personalizados”, explicó Peter Kirn, músico y programador que inició los con
hacklabs hace cinco años en Berlín.
En el marco del evento, durante un taller de seis días en el
Centro de Arte de la Alameda, equipos de cuatro personas con distintos perfiles
(músicos, arquitectos, artistas visuales y programadores, entre otros)
desarrollaron ‘performances’ en los que combinaron audio, video e iluminación;
luego presentaron sus creaciones durante el Mutek, evento global que alterna
diversas sedes como Barcelona, Montreal y la Ciudad de México.
Una de las piezas presentadas buscó reflejar la violencia de
género en México. Para ello, midieron las reacciones corporales de una joven a
quien se le mostraron imágenes de mujeres desaparecidas en el país.
Por medio de una diadema que detecta las ondas cerebrales
generadas al ver las imágenes y sensores para medir el pulso del corazón se
construyeron los visuales y audio. Un microcontrolador arduino (placa de
circuitos impresos) computa las señales del cerebro y del corazón para después
enviarlas a un controlador de video y a un software de audio, donde se ven
reflejadas como notas musicales y destellos de luz.
A través de Pure Data, un programa para crear sonido a través
de código, se diseñó otra parte del audio.
“Ahí (en Pure Data) se pueden generar osciladores,
sintetizadores, baterías”, comentó Alfredo Gallardo, músico y programador y uno
de los integrantes del equipo que realizó esta pieza.
FACEBOOK TAMBIÉN HACE
MÚSICA
Otra de las piezas del festival tuvo como temática “el tiempo
y la memoria”, y para ello sus integrantes recurrieron a Facebook para diseñar
su acto.
Primero tomaron posts de texto de personas que habían
indicado previamente en la red que acudirían al Mutek, luego a través del
software ‘Text to speech’ convirtieron estas publicaciones en audio y luego lo
procesaron con diversos efectos con el programa Ableton Live.
A la par, el equipo desarrolló una app para que los asistentes
modificaran el sonido de la pieza en tiempo real y así se hicieron partícipes
de la construcción de la misma.
“Nosotros vamos a estar haciendo algunas cosas, generando
ciertos sonidos, también el proyecto se va a generar desde el público mismo a
través de su interacción con esta aplicación”, comentó una de las diseñadoras
de audio del proyecto.
Peter Kirn cree que el hacklab, que ha tenido lugar en la
Ciudad de México dos años consecutivos y otro más en Tijuana, va más allá de
crear algo con tecnología.
“Lo que es interesante de esto es que están formando algo que
van a mostrar en un ‘performance’, esto no es sólo un ’hackaton’, la gente
realmente se junta y elabora actos en vivo”, dijo
Músicos, arquitectos, artistas visuales y programadores
desarrollaron ‘performances’ en los que combinaron audio, video e iluminación.
(Foto Shutterstock)
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