¿REALMENTE EL TIEMPO
PASA MÁS RÁPIDO CUANDO ENVEJECEMOS?
¿Está sorprendido de que ya
casi llega la Navidad y Año Nuevo? Entre más vivimos, empezamos a
sentir que las semanas, los meses y los años pasan más rápido que nunca... ¿mito?
Si usted es como yo, por estas
épocas DEBE ESTAR SORPRENDIDO DE QUE YA SE VA A TERMINAR EL AÑO. Sin
que se diera cuenta, la Navidad y el 2014 están a la vuelta de la esquina.
Cuando yo era niña, todo parecía
tan diferente. Me parecía lo más tonto del mundo que mis familiares declararan
lo obvio: que cada vez que me veían había 'CRECIDO MUCHO'.
Ahora, que me la paso asombrada
por la rapidez con la que se acaban los meses y los años, por fin entiendo lo
que querían decir.
Las vacaciones escolares de
verano solían estirarse por siempre. Ahora el verano se va en un abrir y cerrar
de ojos.
¿Cómo puede ser que ya pasaron
ocho años desde el huracán Katrina y 27 desde la explosión en Chernóbil, cuando
yo recuerdo tan claramente haber oído esas noticias?
SÉ QUE NO ESTOY SOLA
LA SENSACIÓN DE QUE LA VIDA SE ESTÁ ACELERANDO es un aspecto del
proceso de envejecimiento comúnmente reportado.
Los experimentos indican que NUESTRA HABILIDAD PARA EVALUAR EL PASO DEL
TIEMPO SE ALTERA CON LA EDAD.
Si se les pide a una persona de
20 años de edad y a otra de 70 que adivinen cuándo ha pasado un minuto sin
contar, la joven lo hará con más
precisión, mientras que el tiempo parecerá haber pasado un poco más rápido para
la más vieja.
El biólogo estadounidense Robert
B. Sothern ha pasado 45 años chequeando si él mismo experimenta un efecto
similar a medida que envejece. Cinco veces al día registra su temperatura,
presión arterial, frecuencia cardíaca y la estimación del paso de un minuto.
No lo deja de hacer nunca, ni
siquiera cuando está de vacaciones.
Su principal interés es estudiar
si el momento en el que se proporcionan los tratamientos médicos puede afectar
su eficacia, una teoría que no convence a la mayoría de los investigadores.
No obstante, su diligente
autoestudio nos dice algo extraordinario en la percepción del tiempo. Con el paso de los años, su estimación
del tiempo se ha hecho menos precisa y gradualmente se ha acelerado.
LA FORMA EN LA QUE
EVALUAMOS EL TIEMPO SIGUE SIENDO UN MISTERIO
NO ES TAN SENCILLO COMO PARECE
NADIE HA PODIDO ENCONTRAR
NINGÚN ÁREA ESPECÍFICA DEL CEREBRO DEDICADA A LA PERCEPCIÓN DEL TIEMPO.
Tenemos un reloj biológico que regula nuestro ciclo de 24 horas de sueño y
vigilia, pero sólo rige nuestros ritmos circadianos y no juega ningún papel en
la estimación de los segundos, minutos o años que pasan.
Sin embargo, varias condiciones
médicas indican que AL MENOS CUATRO PARTES DIFERENTES DEL CEREBRO PODRÍAN JUGAR UN ROL
EN LA PERCEPCIÓN DEL TIEMPO.
Los niños con el síndrome de
Tourette, por ejemplo, que tienen que utilizar la corteza prefrontal (justo
detrás de la frente) para tratar de controlar sus tics, son mejores estimando
intervalos de poco más de un segundo que los demás niños.
Mientras tanto, los estudios en
los que a niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
les dan tareas de estimación de tiempo muestran que éste pasa muy lentamente
para ellos. Eso respalda otros hallazgos que apuntan a que la percepción del
tiempo está relacionada con el sistema de la dopamina en el cerebro . Así que
para esos niños, quedarse sentados quietos durante cinco minutos puede
parecerles una eternidad.
SÁLGASE DE LA RUTINA
Dicho esto, LA IDEA DE QUE EN LA MEDIANA
EDAD SE SIENTE COMO SI EL TIEMPO SE VA MÁS RÁPIDO PARECE SER UN MITO.
En realidad, depende de los
plazos que se están considerando. EN LOS
ESTUDIOS DE LA PERCEPCIÓN DEL TIEMPO, los
adultos de mediana edad reportan que las horas y los días pasan en lo que
parece una velocidad normal, y son los años los que pasan volando.
Tras escribir un libro sobre LA PERCEPCIÓN DEL TIEMPO, yo creo que
esto se debe a que evaluamos el tiempo de dos maneras: lo vemos de forma prospectiva -preguntándonos qué tan rápido está
pasando el tiempo en estos momentos- y también retrospectiva -cuán rápido pasó
el día de ayer o la semana pasada-.
Por lo general, ESAS DOS PERCEPCIONES COINCIDEN y EL
PASO DEL TIEMPO SE SIENTE FLUIDO, PERO A VECES PIERDEN LA SINCRONIZACIÓN.
El envejecimiento es un ejemplo de esto. Se sigue sintiendo que los días pasan
a una velocidad media, pero nos sorprendemos cuando los marcadores de tiempo
nos recuerdan cuántos meses y años han pasado o con cuánta rapidez vuelven los
cumpleaños.
Parte de la razón es que a medida
que envejecemos, inevitablemente, la vida trae menos experiencias nuevas y más
rutinas. Debido a que usamos el
número de nuevos recuerdos para medir cuánto tiempo ha pasado, una semana
normal que no es memorable da la ilusión de que el tiempo se está reduciendo.
Hay un remedio. Si desea que el
fin de semana se acabe menos rápido, no lo pase descansando y viendo la
televisión: LLÉNELO DE NUEVAS EXPERIENCIAS.
Aunque debemos preguntarnos si
realmente queremos ralentizar el tiempo. Si
nos fijamos en las circunstancias en las que la evidencia nos dice que el
tiempo parece pasar lentamente, estas incluyen tener una fiebre muy alta,
sentirse rechazado y experimentar depresión.
Así que, por sorprendente o
frustrante que pueda parecer, tal vez si la vida se le está pasando como un
rayo es señal de que las cosas van bien.
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