CON 'SLOW EATING'
LA COMIDA RÁPIDA ADEMÁS
DE ENGORDARNOS POR SU ALTO CONTENIDO EN CALORÍAS, también engorda porque apenas exige
masticarla, comiéndonosla en un segundo.
Según un estudio realizado con niños y adolescentes mexicanos
de 6-17 años, ESPERAR 30 SEGUNDOS ENTRE CADA BOCADO, MASTICANDO BIEN LOS ALIMENTOS, da
tiempo suficiente al organismo a que procese la señal de saciedad, evitando
seguir comiendo y ayudando a perder peso.
El profesor de bioingeniería de la Universidad de California
en San Diego y coautor del trabajo, Pedro Cabrales explica: "Nuestro
objetivo era encontrar la forma de reducir la cantidad de alimento antes de que
el estómago le diga al cerebro que ya has comido bastante, lo que se conoce
como reflejo de la saciedad" y añade: "La señal suele tardar
unos 15 minutos en llegar, pero hoy comemos tan deprisa, que esa señal no llega
a tiempo. ¿Consecuencia? Que seguimos comiendo? y engordando".
En la investigación, los niños, que siguieron las
instrucciones de comer despacio y masticar bien, perdieron entre el 2-5.7% de
su peso en seis meses, y entre el 3.4-4.8% en un año. Por el
contrario, el otro grupo de niños, que comieron a su ritmo y sin normas, aumentaron
su peso entre un 4.4-5.8% en seis meses, y entre un 8.3-12.6% en un año.
Los expertos, que han publicado su estudio en la revista
Pediatric Obesity, aseguran: "El slow eating (comer despacio) se
puede enseñar desde la infancia, no exige cambios en la dieta y sirve en
cualquier contexto y lugar". Además, los resultados de este
estudio han sido tan positivos, que varios estados mexicanos han invitado a los
investigadores a que lleven el método a sus colegios.
Sin embargo, esta idea vista desde este lado del Atlántico no
resulta tan novedosa, ya que solo tendríamos que recuperar la forma tradicional
de comer de los países mediterráneos, es decir, sentados en la mesa con
cubiertos, y en compañía, ya que ello lleva a espaciar los bocados, dando
tiempo a que se produzca EL "REFLEJO DE SACIEDAD" que
ha eliminado la comida rápida, provocando un aumento de las tasas de obesidad.
MEJORE SU MEMORIA
COMIENDO CHOCOLATE
LOS AMANTES DEL
CHOCOLATE ESTÁN DE ENHORABUENA, ya no tendrán que buscar más excusas para poder disfrutar de
él. Está demostrado que comer chocolate una vez por semana ayuda
a mejorar el rendimiento intelectual y la memoria.
Esta buena noticia ha sido comprobada por un nuevo estudio en
el que han participado 1.000 personas entre 23-98 años. En él se muestra que las
personas que comen chocolate dan mejores resultados en pruebas de CAPACIDAD
COGNITIVA que las que no llegan a esa cantidad o apenas comen chocolate.
LOS EXPERTOS VALORARON los efectos del chocolate en pruebas de
memoria verbal, memoria visual/ espacial, organización y razonamiento
abstracto, hasta de la capacidad para recordar listas de palabras o dónde
dejamos las cosas. Es interesante recalcar que los beneficios del
chocolate se mantenían independientemente de la edad, la educación, el sexo, la
tensión arterial, los niveles de colesterol o el consumo de alcohol de los
participantes.
Pero, ¿QUÉ ES LO QUE TIENE EL CHOCOLATE QUE ES TAN
BUENO PARA LA FUNCIÓN CEREBRAL? Los autores del trabajo, publicado en
la revista Appetite, apuntan a los flavonoides, antioxidantes vegetales que
protegen nuestras células frente a la oxidación y envejecimiento y mejoran el
flujo de la sangre en el cerebro: "El 20 por ciento de los granos de
cacao son flavonoides, que se añaden a otros compuestos bioactivos como la
cafeína y la teobromina, que ya de por sí MEJORAN LA CAPACIDAD DE ALERTA Y EL
RENDIMIENTO COGNITIVO".
Es decir, todo ello se traduce en que un trozo de chocolate a
la semana se convierte en una dosis de energía para nuestro cerebro. Además,
estos beneficios se dan tanto en el chocolate negro como en el chocolate con
leche.
Ahora bien, es importante destacar que otros estudios
aseguran que cuanto más rico en cacao sea el chocolate, mayor beneficio tiene
para la salud general, desde el corazón y las arterias a la piel. Además, también ayuda respecto al riesgo de
obesidad, ya que si come un trocito de chocolate negro 20 MINUTOS ANTES DE LAS COMIDAS REDUCIRÁ SU APETITO. Si por el
contrario, lo hace después de comer sentirá menos ganas de picar entre horas.
LOS DIEZ ERRORES
CLÁSICOS DE LA DIETA MODERNA
Se han eliminado
las grasas tradicionales siendo sustituidas por aceites vegetales procesados,
que se hidrogenan muchas veces convirtiéndose en grasas trans
Los expertos han identificado los diez errores más habituales
que solemos cometer en la dieta moderna, como MAYOR CONSUMO DE COMIDA
PRECOCINADA, ABUSO DE REFRESCOS Y ZUMOS ENVASADOS,... Hábitos que han
empobrecido nuestra dieta. Se los mostramos.
1. DEMASIADOS AZÚCARES REFINADOS
Sin darnos cuenta consumimos más azúcar del que creemos. El
gran problema es que este se encuentra en todas partes y no es fácil
identificarlo. Esto se debe a que no se encuentra solo en los dulces sino
también en las salsas como la de soja o en el maíz en conserva que echamos a
las ensaladas. Un ejemplo de ello es la denuncia que ha hecho la Organización
Mundial de la Salud sobre la cantidad de azúcar que contiene el ketchup, una
cucharada sopera contiene 4 gramos de azúcares.
Por ello, el consumo de azúcar se ha disparado en los últimos
años, calculándose que su consumo aporta unas 500 calorías diarias.
2. DEMASIADAS BEBIDAS CON GAS Y ZUMOS DE FRUTAS ENVASADOS
Se recomienda comer con agua, ya que beber azúcar es peor y
más peligroso que masticarla, ya que el cuerpo sintetiza de manera diferente
las calorías que provienen de los líquidos y las que vienen de los sólidos.
3. COMEMOS PORCIONES DEMASIADO GRANDES
En general consumimos más calorías de las que quemamos a lo largo
del día. Uno de los problemas del Primer Mundo es este, la sobrealimentación.
Los alimentos procesados, los azúcares y los lácteos en su conjunto forman un
aporte calórico muy difícil de quemar en el día a día.
4. SE HAN ELIMINADO LAS GRASAS TRADICIONALES
Se han sustituido por aceites vegetales procesados. Durante
mucho tiempo ha formado parte de las recomendaciones de los nutricionistas y
dietistas, sin embargo, se ha comprobado que estos aceites procesados son ricos
en omega 6, un ácido linoleico que aumenta el riesgo de desarrollar ciertos
tipos de cáncer. Asimismo, estos aceites procesados se hidrogenan muchas veces
convirtiéndose en grasas trans.
5. HEMOS DEJADO DE COMER MANTEQUILLA
No es uno de los alimentos más sanos, pero sí lo es en
comparación con sus sustitutos, ya que contiene nutrientes que nos protegen
frente a las enfermedades del corazón, como la vitamina K2.
6. NOS HA SEDUCIDO LA SOJA
Sin embargo no nos hemos parado a pensar en su aporte
calórico. Es beneficiosa para la salud pero su aceite es una gran fuente de
calorías. Esta grasa suele encontrase en los alimentos precocinados, por ello
es mejor no comprar comida procesada o elaborada.
7. CONSUMIMOS MUCHO TRIGO
Lo encontramos en cantidad de alimentos, desde el pan hasta
la pasta y los pasteles. El problema es que el trigo de hoy no se parece al
tradicional, ya que contiene entre un 20% y 30% menos de minerales como
magnesio, hierro, zinc y cobre, y es mucho más perjudicial para las personas
con intolerancia al gluten.
8. NO COMEMOS HUEVOS
En los últimos años su consumo ha descendido más de un 30%.
Pero no debemos olvidar que el huevo es un alimentos de alta calidad y muy
nutritivo, siendo un alimento perfecto para muchos nutricionistas.
9. COMEMOS MÁS COMIDA PRECOCINADA QUE NUNCA
Al contrario que el huevo, el consumo de comida precocinada
ha aumentado, con sus cantidades de azúcares, aceites vegetales y grasas trans.
Por ello, los expertos advierten y aconsejan que miremos bien las etiquetas
antes de comprarla. Aun así, es preferible eliminar estos platos de nuestra
alimentación.
10. NOS AFICIONAMOS A DIETAS BAJAS EN GRASAS
Pensamos que para perder peso debemos eliminar todas las
grasas, y ESTO NO ES ASÍ, ya que nuestro organismo no debería
quedarse sin colesterol bueno y sin la grasas que recubren las células. Además
estas dietas vienen acompañadas del EFECTO REBOTE.
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