LOS FÁRMACOS
“INTELIGENTES”
Ellos, potencian el
cerebro siendo una moda peligrosa
En esta época en que LA CREATIVIDAD Y LA INNOVACIÓN son
características que deben cumplir los estudiantes y trabajadores, está tomando
fuerza el uso de “drogas inteligentes” o potenciadores cerebrales, MEJOR
CONOCIDOS COMO “NOOTRÓPICOS”.
Son fármacos que, se dice, favorecen EL APRENDIZAJE, incrementan
la resistencia del cerebro frente a la presión y carecen de efectos sedantes o
estimulantes. No se trata de algo nuevo, ya que el término fue acuñado
cerca de 1972. Sin embargo, en los últimos años ha tomado fuerza sobre todo en
Silicon Valley.
LOS NOOTRÓPICOS pueden clasificarse en dos tipos,
naturales como LA CAFEÍNA O SINTÉTICOS COMO LA CORTICOTROPINA, LA TIROSINA O EL
PIRACETAM.
Emprendedores como George Burke, Jesper Noehr o Erin Finnegan
han aceptado el uso de este tipo de medicamentos e, incluso, les han atribuido
parte de su éxito.
“Lo cierto es que yo no creo que en Silicon Valley realmente
esté dando resultado el consumo de nootrópicos”, aseguró el investigador de la
Universidad Iberoamericana, Enrique Beascoechea.
En entrevista indicó que no se tienen suficientes fundamentos
de investigación científica y clínica que comprueben que estos fármacos tienen
un efecto en el cerebro que mejore sustancialmente las habilidades cognitivas.
EFECTO PLACEBO
Además, el especialista destacó que muchos de los fármacos
considerados como nootrópicos no cuentan con las aprobaciones necesarias, es
decir, no están avaladas por la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, ni por su
homónimo en México, que es la Comisión Federal para la Protección contra
Riesgos Sanitarios.
“En este sentido, sí podemos decir que son drogas no
aprobadas o ilegales, las cuales en realidad podrían causar un efecto placebo o
de panacea”,
destacó Beascoechea.
Lo anterior significa que LAS PERSONAS LAS CONSUMEN Y
“SIENTEN” que así logran enfocarse, concentrarse o tener nuevas ideas. Esto
provoca que lo sigan consumiendo, sin caer realmente en una adicción, aunque
realmente no se tenga una prueba de que realmente mejoran sus competencias y
capacidades.
Lo cierto es que, advirtió Beascoechea, a la larga esto puede
convertirse en un problema de salud pública, ya que estos fármacos son
elementos tóxicos que pueden tener un impacto a nivel renal o hepático.
CONTINUARÁ
El especialista consideró como posible que el consumo de
estos productos continúe, sobre todo en zonas como Silicon Valley, DONDE
EXISTE UNA GRAN PRESIÓN PARA LA CREATIVIDAD, INNOVACIÓN Y COMPETENCIA.
A ello se añade el surgimiento de empresas especializadas en
este tipo de fármacos como Nootrobox,
una compañía con sede en San Francisco que ofrece hasta TRES
LÍNEAS DE NOOTRÓPICOS.
Para aquellas personas que ya han caído en el consumo de este
tipo de fármacos, recomendó asistir a un médico internista para un examen
general y con un sicólogo que le ayude a
manejar este tipo de necesidad.
En lo que respecta al país, consideró que el problema está
más enfocado en el consumo de drogas conocidas como los opiáceos o el cannabis.
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