DICEN QUE LA VIDA SE
VUELVE CADA VEZ MÁS CARA…
Hay una parte de verdad en ello, a veces tenemos más gastos y
los precios de algunos productos y servicios pueden incrementar, pero cuando
eres de los que cada quincena se queja de que no le rinde, entonces es momento
de evaluar tus hábitos y gastos.
¡NO TE ARRUGUES!
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios
Financieros (Condusef), existen ocho razones principales que pueden estar
provocando que sientas que la quincena se te va como agua.
Dicen que la vida se vuelve cada vez más cara. Hay una parte
de verdad en ello, a veces tenemos más gastos y los precios de algunos
productos y servicios pueden incrementar, pero cuando eres de los que cada
quincena se queja de que no le rinde, entonces es momento de evaluar tus
hábitos y gastos.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios
Financieros (Condusef), existen ocho razones principales que pueden estar
provocando que sientas que la quincena se te va como agua.
1.- NO DIFERENCIAS ENTRE GUSTOS Y NECESIDADES
Piensa en el destino de tus gastos, ¿a dónde van a parar?
Muchas veces destinas tu dinero a bienes o servicios que no son necesarios y
que acaparan buena parte de tu quincena. Es decir, gastas sin diferenciar entre
gustos y necesidades.
¿Qué hacer?
Para que no te siga sucediendo, es necesario que registres
tus gastos y los clasifiques en fijos y variables. Los fijos son aquellos de
los que no puedes prescindir, por ejemplo: alimentación, transporte, luz, gas,
renta, etc. Y los variables son los que cambian de acuerdo con tus gustos y
actividades, por ejemplo: comprar ropa, comer fuera de casa, ir al cine, al
fútbol, etc.
Una vez que los tengas clasificados, cuando llegue tu
quincena, enfócate en cubrir los fijos (no olvides ahorrar) y ahora sí, lo que
te sobre, úsalo para cumplir algunos gustos.
2.-VIVES SÓLO EN EL PRESENTE
Para administrar correctamente tu dinero es necesario tener
objetivos y planes a futuro, si no es así, la probabilidad de que gastes por
impulso “sin importar el mañana” es alta. Frases como: “lo importante es vivir
el presente” o “ya veré cómo me las arreglo después”, son estandartes del
pensamiento de corto plazo que no benefician tus finanzas personales.
¿Qué hacer?
No vivas al día, adopta el hábito del ahorro para cumplir
objetivos. Así, no sólo podrás comprarte algo a futuro, sino que contarás con
un fondo de emergencias que te ayude en este tipo de situaciones, así tus
próximas quincenas rendirán más.
3.-NO UTILIZAS BIEN TU TARJETA DE CRÉDITO
Si estás familiarizado con pagar el mínimo de tu tarjeta y
sacar dinero del cajero para cubrir huecos de la quincena, así como con el
pensamiento de "lo pago ahorita y después a ver cómo le hago", es
seguro que le das a tu tarjeta un uso terrible.
¿Qué hacer?
Cubre el pago total mes con mes y ocúpala sólo cuando sepas
que puedes pagarlo sin comprometer parte importante de tu quincena. Recuerda
que es una herramienta, no debe convertirse en una deuda que se coma tu
salario.
4.-ERES INFLUENCIABLE
Un aspecto importante para realizar una compra, es la opinión
de alguien cercano o los diferentes mensajes publicitarios que ves en los
medios de comunicación y si eres presa fácil de éstos es seguro que compres por
seguir una tendencia, algo que no es bienvenido por tu cartera.
¿Qué hacer?
Antes de adquirir, es necesario que hagas un presupuesto para
determinar si puedes pagar o vas a comprometer dinero que necesitas para
aspectos más importantes. No te dejes llevar por la moda o lo que te digan
otras personas, se trata de dinero que conseguiste con el esfuerzo de tu
trabajo.
5.-GASTAS MÁS DE LO QUE GANAS
Adquirir bienes o servicios que salen de tu presupuesto sin
duda se convierte en un motivo para que no te alcance el dinero. Es la regla
número uno para tener finanzas sanas: No gastes más de lo que tienes. Si
terminas debiendo al final de quincena, es seguro que nunca te va a alcanzar.
¿Qué hacer?
No gastes en aspectos que salen de tu presupuesto.
Seguramente puedes conseguir muchas opciones adecuadas a tu economía, si te das
el tiempo de buscar y comparar. De esta manera, el dinero no se te escapará
cada 15 días.
6.-LE ERES FIEL A UNA MARCA O ESTABLECIMIENTO
Todos tenemos lugares favoritos de compra o marcas
preferidas, pero hay ocasiones en que sus precios no son los más económicos, y
simplemente por la fidelidad que le tienes a los mismos, evitas adquirir en
otro establecimiento o con otra marca.
¿Qué hacer?
Probablemente tu quincena está asfixiada por esta costumbre.
Date la oportunidad de explorar y comparar otras marcas. Seguro puedes
encontrar opciones más adecuadas a tu presupuesto. Y si quieres algo del
establecimiento o marca con los precios más altos, ponlo como un objetivo y
ahorra para comprar en determinado momento, pero abandona la costumbre de
comprar ahí de manera regular.
7.-TUS DEUDAS SE HAN VUELTO CÍCLICAS
Se trata de deudas que no finiquitas, y de las cuales sólo
pagas intereses, por lo que se vuelve un círculo vicioso: recibir dinero e
inmediatamente ir a pagarlo.
¿Qué hacer?
Lo que debes hacer es un plan para liquidarlas, puedes
enfocarte en pagar la que más intereses te cobra o tal vez la que puedas
eliminar más rápido. Todo depende de lo que más te convenga, el punto es
reducirlas y romper este ciclo.
8.- CARGAS CON EFECTIVO TODO EL TIEMPO
Traer mucho dinero en efectivo no es la mejor decisión, en
primer lugar es una tentación de gasto que te puede absorber dinero. En segundo
lugar es un riesgo latente porque te lo pueden robar o lo puedes extraviar.
¿Qué hacer?
En lugar de cargar efectivo, procura utilizar tu tarjeta de
débito, es más segura y tiene aceptación en una gran cantidad de establecimientos.
ERES DE LOS QUE CADA QUINCENA SE QUEJA DE QUE NO LE RINDE,
ENTONCES ES MOMENTO DE EVALUAR TUS HÁBITOS Y GASTOS
PELÍCULAS ERÓTICAS: POR QUÉ NOS 'ENLOQUECEN'
La erótica 50 sombras de Grey, una de las películas más
cacareadas en lo que va de año, que se ha estrenado en la Berlinale y mañana
llega a nuestros cines, provoca en los espectadores de todo menos indiferencia,
incluso en su versión decorosa. En general, las escenas de sexo deleitan a
muchos y escandalizan a algunos; dependiendo de a quién tengamos al lado, nos
pueden hacer sentir incómodos; a la mayoría nos hacen removernos en el asiento.
Puede que notemos que el pulso se nos acelera, o rubor en las mejillas (¿no
hace demasiado calor en la sala?), y, los más influenciables, cierto ajetreo en
sus partes íntimas. Nuestro organismo, en definitiva, reacciona de diversas
formas ante los estímulos visuales de las escenas de sexo. ¿Qué nos pasa con el
cine erótico?
EL CEREBRO SE 'DESATA'
Todo empieza en nuestra cabeza. “Los estímulos entran en el
cerebro a través de la vía visual y pueden activar algunas áreas”, afirma el
doctor Carlos Tejero, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
“Aparentemente, cuando estamos viendo imágenes de contenido erótico se enciende
una zona que tenemos en el lóbulo frontal, que está encima de los ojos, y que
llamamos corteza órbitofrontal”. Curiosamente, es la misma zona que se activa
cuando reconocemos en el entorno algo que podría ser dañino para nosotros y nos
pone alerta.
La citada corteza es, por así decirlo, el interruptor que,
una vez pulsado, enciende todo lo demás. “Activa una zona donde residen
nuestros estímulos emocionales, que se llama amígdala, en el lóbulo temporal, y
a partir de ahí entra en funcionamiento el centro regulador de las hormonas que
tenemos debajo del cerebro, el hipotálamo: allí se liberan unas sustancias que
son las que acaban por repercutir en otros órganos”, sostiene el doctor Tejero.
Y es cuando empieza el festival de sensaciones. “Se acelera el pulso cardiaco y
altera la regulación cardiovascular, lo que puede llevar a que se produzca la
erección en el varón o se estimulen los genitales femeninos”, añade.
La respuesta del cerebro ante estas imágenes es intensa y
expeditiva. La Universidad de Washington (EE. UU.) Sometió a un grupo de
voluntarios a largas secuencias de imágenes variadas: de esquiadores a perros
gruñendo pasando por parejas ligeras de ropa en poses sensuales. Cuando los
voluntarios vieron las imágenes eróticas, sus cerebros produjeron respuestas
eléctricas que eran más fuertes que las provocadas por el resto del material.
“Esta diferencia en la respuesta de ondas cerebrales surgió muy rápidamente, lo
que sugiere que diferentes circuitos neuronales puedan estar implicados en el
procesamiento de imágenes eróticas”, concluyeron.
BAILAN LAS HORMONAS
La adicción de algunos individuos a esta clase de imágenes
también responde a ese ir y venir de las sustancias que secretan células
especializadas. “La dopamina es la hormona que se relaciona con el placer”,
dice Almudena Castro, presidenta de la Sección de Riesgo Vascular y
Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología. “No hay
estudios al respecto, pero es, probablemente, la causante del enganche a este
tipo de contenidos, del mismo modo que las endorfinas provocan el enganche a
determinadas modalidades deportivas”.
EL CORAZÓN SE ACELERA Y
NOS PONEMOS COLORADOS
Las principales reacciones físicas tienen que ver con el
sistema cardiovascular. La doctora Castro lo explica: “Cuando una persona ve
algo que le causa un estrés, positivo o negativo, se producen reacciones
propias de una situación de alerta: se descargan catecolaminas,
fundamentalmente adrenalina y, sobre todo, la mencionada dopamina, y eso
influye en el sistema simpático, provocando un aumento de la frecuencia
cardiaca, de la tensión arterial, la vasoconstricción, el sudor…”. Como vemos,
lo de ponernos a cien no es una metáfora. “Son mecanismos ancestrales que
utiliza el cuerpo ante una situación de alerta para ponerse en marcha”,
advierte. Otra reacción típica es que se nos suban los colores: también se debe
a la alarma. “Cualquier persona que se enfada, se pone de color rojo. Se debe,
igualmente, a la descarga de adrenalina”, prosigue la especialista: “La
reacción no tiene tanto que ver con la vía por la que llega el estímulo, que
puede ser visual (como en el caso de una película), táctil, olfativo…, como por
lo que te produzca a ti”. Es decir: es el mismo mecanismo que se pone en marcha
cuando nosotros somos los protagonistas de la escena (real) de sexo. “Si te
toca una persona que no te gusta, no sientes nada, pero unas imágenes que te
gustan sí te provocan esa reacción”, aclara la cardióloga.
QUEREMOS COPIAR (Y NO
SIEMPRE ES POSIBLE)
Una de las reacciones más frecuentes, viendo estas imágenes,
es que nos entren ganas de hacer lo mismo que los actores de la película. Si,
como se diría de forma coloquial, determinadas imágenes le ponen “caliente”,
sepa que es normal. “Lo que vemos en el cine por supuesto que nos influye, y
mucho”, dice Ana Fernández Rodríguez, psicóloga clínica y sexóloga,
coordinadora del grupo de Psicología y Cine del Colegio Oficial de Psicólogos
de Madrid. “Si observamos imágenes con contenido sexual durante un rato, se
despertará nuestro propio deseo, al igual que podría ocurrir con las ganas de
comer después de ver platos suculentos”.
Pero, por otro lado, es comprensible, según la especialista,
que algunos se sientan acomplejados o teman provocar decepción en su pareja (si
han visto con ella la película), dado que en el cine todos son grandes amantes,
con cuerpos perfectos. “Las secuencias de cama suelen ser muy poco realistas”,
opina. “Los desnudos de estos actores se parecen muy poco a los nuestros. La
cuestión es que, aunque lo sabemos, a menudo olvidamos esta circunstancia y nos
sentimos tremendamente insatisfechos con nuestro aspecto, confundiendo lo
excepcional (cuerpos a medida) con lo natural”. Si es su caso, confórmese
pensando que, como apostilla la sexóloga, “un cuerpo 10 no garantiza que la
ejecución sexual sea después agradable”.
Hay otros muchos mitos nacidos al amparo de la
cinematografía. “Por ejemplo, casi siempre la pareja llega al orgasmo a la vez,
algo excepcional en la realidad, o se excluyen los preámbulos, como si ambos
tuvieran un deseo inmediato al mismo tiempo”, señala Ana Fernández: “Al
tratarse de un asunto íntimo, no tenemos más referencias que las nuestras y las
de la pornografía o el cine”. Como recuerda la experta, conviene no olvidar que
la buena sexualidad está relacionada con la imaginación, la confianza en el
otro, la comunicación y la práctica de algunas habilidades sexuales, siempre en
evolución y pactadas con la pareja.
ALGUNOS SIENTEN RECHAZO
Entre los espectadores, habrá quienes se sientan
escandalizados al ser testigos de escenas de sexo en la gran pantalla. “Depende
mucho del aprendizaje y experiencia de la persona, así como del sistema social,
cultural y religioso en el que esté inmerso. En el destape, por ejemplo, ver
los pechos de una mujer era ya escandaloso para una sociedad que venía de una
fuerte represión, al igual que las escenas de sexo homosexual”, declara la
sexóloga. Además, las imágenes de 50 sombras de Grey casan con las prácticas dominantes
sobre la mujer, "una fantasía habitual de las féminas que pertenece a lo
que siempre se nos ha representado y que proviene del imaginario del
hombre", como denuncia la experta. Sin embargo, según su criterio, no hay
que temer a estos juegos, "siempre que aquellos que participen tengan el
grado suficiente de madurez, autonomía y autoestima como para poder
negarse".
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