CUANDO TE VUELVES ESCLAVO DE
LAS COSAS
QUIEN SUFRE DE APEGO se convierte en esclavo de un amo que él
mismo ha creado. LA PAREJA, EL DINERO, EL TRABAJO O LA POSICIÓN SOCIAL
han empezado a angustiar a la sociedad, hasta tal punto que se han convertido
en los dueños de su vida. Sin embargo, el psicólogo y escritor Walter Riso
tiene el remedio para librarse de ellos.
HAY DOS TIPOS DE ESCLAVOS:
los
que llevan grilletes y los que han aprendido a ponérselos ellos mismos. El
apego a la pareja, el dinero, el trabajo o la posición social se ha convertido
en las cadenas de los hombres y mujeres de Occidente, que ven en ellos la única
forma de ser feliz. Pero, sin saberlo, se han convertido en un segundo tipo de
siervos, ya que han descubierto en ese apego un buen amo al que servir, ya que
ellos mismos lo han creado.
"HABLO DE LIBERTAD INTERIOR, DE LA CAPACIDAD DE NO TENER
UN AMO, DE ALGUIEN QUE TE CONTROLE. Esa fuente de apego es la que
determina tu dignidad personal, porque EL
APEGO CORROMPE Y HAS DE NEGOCIAR CON TUS PRINCIPIOS Y TUS VALORES", asegura
el psicólogo, nacido en Italia y emigrado a Argentina, Walter Riso.
"Desapegarse
sin anestesia" es el título de su
último libro, en el que parte de su propia experiencia con varios pacientes y de
las citas y enseñanzas de escritores, filósofos o psicólogos como Lao Tsé,
Balzac, Abraham Maslow o la corriente budista, para acabar con ese APEGO ESCLAVISTA.
"Si
sufres de apego, llegará un momento en que la libertad te amargará la
vida", asegura
Riso, para quien hemos aprendido a ver en el trabajo, la familia, la pareja, la
aceptación o el placer unos pilares
sobre los que asentar nuestra existencia, hasta el punto de creer que sin ellos
toda nuestra vida se tambalearía.
EL APEGO NO ES SOLAMENTE UN AMO AL QUE HAY QUE
OBEDECER, sino al que también hay que complacer. Esta necesidad que nosotros mismos creamos nos lleva a querer
depender más de él, hasta que toda nuestra libertad queda supeditada a esa
tiranía autoimpuesta. "Tú quedas atrapado o funcionas a la
sombra de eso que te produce adicción", dice Riso, que compara
el apego a una droga de la que es muy difícil desengancharse.
"SER LIBRE ES PODER PREFERIR EN VEZ DE
NECESITAR. Es la capacidad de elegir, el
autogobierno, la autonomía. Si dependes de alguien para hacerte feliz, no eres
tú mismo". Esta es la receta para combatir el apego, ya que LA PREFERENCIA IMPLICA ELECCIÓN Y NO DEBER. Sin embargo, hay que tener en cuenta
que la libertad no es indiferencia. "Una persona libre de apego no es
una persona irresponsable frente a los otros. Cuando es libre, es responsable y
considera que los otros son interlocutores válidos".
LA REBELDÍA COMO
CELEBRACIÓN
Desde hace ya un
tiempo, las calles se han cansado de acoger revoluciones. O por lo menos eso
plantea Riso. Ya no hay enemigos ni opresores a los que combatir, ni tampoco
grandes ideales ni banderas ondeando que sirvan de guía. Según el libro, hay
que despertar al "ESPARTACO
INTERIOR", combatir desde EL
"SILENCIO" y alcanzar en la propia persona esa libertad utópica por
la que tanto luchó el pueblo en el pasado.
"SI NO TIENES LIBERTAD INTERIOR, ¿QUÉ OTRA
LIBERTAD ESPERAS PODER TENER?". Con esta frase
del poeta italiano Arturo Graf, Riso asegura que no hay más libertad que la de
aceptarse a sí mismo. La sociedad occidental se basa cada vez más en la
ambición, buscando el ser y el conseguir más. Este apego a la pretensión lleva
a los individuos a creer que su propia persona es lo que los demás hacen de él
y no lo que él mismo es.
"En
Occidente, para luchar contra el apego tenemos que negarnos, rebelarnos.
Implica una actitud un poco irreverente, porque supone decir 'no' a lo que la tradición manda y a lo
que las convenciones sociales imponen". Allá donde la igualdad y la felicidad se han convertido en sinónimos,
la aparición de la diferencia puede implicar un rechazo, pero para el autor es
la única manera de conseguir la libertad.
ORIENTE CONTRA OCCIDENTE
Mientras que en
Oriente la gente se alegra de que los ríos fluyan, en Occidente se construyen
presas para evitarlo. Según Riso, en los países asiáticos "educan desde la temprana
edad a los niños en esta filosofía del desprendimiento y les enseñan a que,
cuando dependen las cosas de ellos, uno lucha y, cuando no, aprendes a perder".
En "Desapegarse
sin anestesia" se compara en numerosas ocasiones la vida con
un río que fluye y donde nada permanece, al igual que ha hecho la tradición
literaria y filosófica asiática. En estos países se considera la vida como un
mero pasar, un tránsito donde nuestras acciones no tendrán huella más allá de
lo que dure la vida. Sin embargo, la idea de inmortalidad parece haber calado EN OCCIDENTE, DONDE LA TRANSITORIEDAD SE
HA CONVERTIDO EN UN ENEMIGO AL QUE COMBATIR, YA QUE CADA ACCIÓN QUE HACEMOS
PARECE ESTAR ORIENTADA A LA
ETERNIDAD.
Según Riso,
nuestra sociedad, "ORIENTADA A LA AMBICIÓN EXCESIVA"
y donde se "EDUCA PARA SER
LOS MEJORES Y NO PARA SER FELICES", cada vez está adaptándose más
a la cultura del desapego, ya que poco a poco va acercándose a Oriente, "algunas
veces de forma correcta y otras como una moda".
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