CAUSAS PSICOLÓGICAS Y
EMOCIONALES QUE TE ABREN EL APETITO
CUANDO LA MENTE NOS HACE ENGORDAR
NUESTROS SENTIMIENTOS PUEDEN DESTRUIR NUESTRO TRABAJO
NUTRICIONAL Y FRUSTRAR NUESTROS MEJORES DESEOS DE BAJAR DE PESO. La mente, poderosa, esconde un submundo que puede hacernos
engordar. Entrevistamos a Diana Andere Portas y Enrique Sánchez Lores, autores
de la obra “Obesidad Emocional”.
La nutrióloga
Diana Andere Portas y el psicoanalista clínico Enrique Sánchez Lores han unido
conocimientos para escribir el libro “Obesidad Emocional, cuando tu
mente te hace engordar”. En él explican qué es esa enfermedad (aún
no catalogada) de la que tan poco se sabe.
Aunque el término “OBESIDAD
EMOCIONAL” no sea un diagnóstico oficial ni una clasificación clínica, a su
entender sí describe UN COMPORTAMIENTO
COMPULSIVO.
“OBESIDAD EMOCIONAL es un término que
utilizamos en el libro para explicar la razón de que algunas personas tienden a
comer por motivos psicológicos o emocionales, hecho que las lleva al sobrepeso.
Es
decir, muchas veces, a pesar de nuestros intentos por adelgazar, existen
motivos emocionales que nos impiden conseguirlo. Por ejemplo, hay personas que
comen por estrés, ansiedad, nervios, tristeza, depresión; estas emociones tienen
UN TRASFONDO PSICOLÓGICO que se debe atender para dejar de refugiarse en la
comida y así COMBATIR EL SOBREPESO”, explica la experta.
EL COMER EN EXCESO TIENE COMO CONSECUENCIAS VARIOS
PROBLEMAS FÍSICOS. Entre ellos: obesidad, problemas
cardíacos (colesterol y triglicéridos altos, hipertensión), diabetes tipo 2,
problemas en articulaciones, como osteoartritis, problemas en el hígado y
vesícula biliar, problemas ginecológicos, problemas respiratorios y algunos
tipos de cáncer, por mencionar solo algunos.
Sin embargo,
cuando hablamos de la mente, cuando una
persona no sabe por qué le cuesta tanto trabajo dejar engullir o por qué come
en ciertos momentos difíciles de su vida, “la OBESIDAD EMOCIONAL
es la consecuencia, no la causa. Para que alguien tenga este comportamiento
patológico con la comida es porque está sufriendo de un mal mayor que, muy
probablemente, no pueda identificar porque es de naturaleza inconsciente”, enfatiza
Andere.
El principal
consejo que brindan los autores es que la persona acuda al psicólogo para
recibir ayuda cuanto antes.
A la pregunta de
si existe un perfil definido para padecer esta disfunción, Sánchez Lores,
apunta en entrevista con Efe que 'en realidad no'. Por este motivo, los
doctores hacen hincapié en que las personas busquen ayuda psicológica.
“Hay muchas
problemáticas psicológicas en donde se esperaría un problema de obesidad (como
la baja autoestima) y éste nunca aparece. Los problemas psicológicos no pueden
adecuarse a un sólo comportamiento, ni ciertos comportamientos son dependientes
de un determinado problema psicológico. Una persona con un trastorno no
responderá igual que otra”, asegura el psicoanalista.
En su obra
también explican que la
OBESIDAD EMOCIONAL
poco tiene que ver con la edad o el entorno social de la persona. Eso sí, este
padecimiento es bastante más frecuente entre los jóvenes, por la presión social
que la obesidad y el sobrepeso conllevan.
Diana Andere
recuerda que no podemos dejar de lado las motivaciones inconscientes, “que son
mucho más influyentes que la sociedad para que se desarrollen el tipo de
problemáticas que trabajamos en el libro”.
“También es
común en adultos, sobre todo en mujeres. Tenemos motivaciones inconscientes,
creencias y hábitos que venimos arrastrando desde la niñez o la juventud, y
mientras más arraigadas tenemos estas motivaciones, más difícil resulta
cambiarlas”, añade la nutrióloga.
La anorexia es
un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) que SE BASA EN UN PÁNICO OBSESIVO A ENGORDAR. LA OBESIDAD EMOCIONAL
también tiene raíces psicológicas, pero en un sentido contrario. Los expertos
consultados aseguran que ambas “son dos ramas del mismo problema”.
Los primeros
aborrecen todo tipo de comida. No comen, o vomitan todo lo que ingieren. Con la OBESIDAD EMOCIONAL lo que se hace es trabajar con
personas que no pueden parar de comer.
Al contrario de
la anorexia, que sí es un término clínico para designar un síntoma, la OBESIDAD EMOCIONAL es un fenómeno contemplado en personas con fuertes deseos
conscientes, pero que NO PUEDEN ALCANZAR EL ÉXITO en sus tratamientos
nutricionales por cuestiones emocionales.
“Hay personas
(en las que se enfoca nuestro libro), dice Andere, que no pueden bajar de peso
por razones psicológicas. Problemas como la anorexia nerviosa o la bulimia
también tienen este origen, pero desembocan en una problemática diferente:
mientras nuestro libro lidia con personas que no pueden dejar de comer, la
anorexia y la bulimia lo hacen con quienes no comen o vomitan todo aquello que
entra en su sistema”.
“Estos
padecimientos TIENEN SU ORIGEN EN LA PSIQUE HUMANA Y LA RELACIÓN QUE TENEMOS
CON LA COMIDA Y
LA ALIMENTACIÓN. Y así como algunas personas no
pueden dejar de comer por razones emocionales, otras dejan de comer
(o vomitan lo que se han comido) debido a lo mismo”.
Los expertos
reiteran que la OBESIDAD EMOCIONAL no
es una enfermedad catalogada, sino un
fenómeno que puede derivar en diversas psicopatologías. “Por eso
insistimos que las personas con este tipo de problemas visiten a un profesional
de salud mental”, recuerda Enrique
Sánchez Lores.
Acerca de ¿qué
tipo de síntomas podrían reflejar este problema?, la experta en nutrición
indica: 'el hecho de que asocien sus insanos hábitos alimenticios a sus
sentimientos, principalmente LA DEPRESIÓN Y LA ANSIEDAD; o bien, que no puedan ser capaces de dejar de comer por más que se
lo propongan; o que sus terapias nutricionales fallen constantemente debido a
la pérdida de interés en bajar de peso, o a la dificultad que les represente el
entregarse a un plan de alimentación sano, son síntomas que normalmente están
relacionados con este problema”.
'LA
PERSONA QUE SOSPECHA QUE ESTÁ ACTUANDO DE FORMA COMPULSIVA
CON LA COMIDA debería asistir a una terapia psicológica para descubrir cuál es la
razón afectiva por la que tiene la necesidad de comer, a qué se debe la TRISTEZA PROFUNDA que le lleva a comer todo el
tiempo; a qué obedece la ANSIEDAD INCONTROLABLE que le lleva a comer de más, entre otros procesos psicológicos
patológicos que les están encadenando a ese estilo de vida alimentario',
indica la experta.
Hay que
profundizar en las causas que nos llevan a actuar de cierta manera. Y es que
como dice Diana Andere: “NO DEBEMOS
LUCHAR CONTRA EL PROBLEMA ALIMENTICIO, SINO CONTRA EL AFECTO QUE ESTÁ CAUSANDO
EL PROBLEMA ALIMENTICIO”.
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