LA IMPORTANCIA DE
NUESTRO RITMO DE VIDA
TODA NUESTRA VIDA ESTÁ MARCADA POR UNAS PAUTAS
TEMPORALES que hacen que nos levantemos y nos acostemos a una determinada hora, que
nos entre hambre siguiendo un horario más o menos estricto y que nuestro ritmo
de vida en general se vea regulado y ajustado a las 24 horas que tiene el día.
LA CRONOBIOLOGÍA ES LA CIENCIA que estudia todos
estos parámetros y, dentro de ella, la rama que habla de la nutrición, está sentando las bases
de una dieta establecida según los horarios de las comidas que ayuda a que
nuestro organismo se autorregule por sí mismo.
EL RELOJ MANDA
La forma de vivir más habitual nos indica que poco
antes o con la salida del sol nos levantamos y que, cuando éste se oculta,
solemos retirarnos al descanso nocturno. Esta
forma de administrar nuestra vida hace que TODOS
NUESTROS HORARIOS ESTÉN SUJETOS A LOS CICLOS DE LUZ Y DE OSCURIDAD.
En mayor o menor
medida, ateniéndonos a esto, realizamos nuestras tres comidas diarias, y
nuestro organismo administra los nutrientes consumidos de una manera más o
menos favorable según cuándo éstos sean consumidos. Es por ello que LA
CRONOBIOLOGÍA DE LA NUTRICIÓN, basada
también en EL FUNCIONAMIENTO HORMONAL
DEL CUERPO HUMANO, se erige como
una disciplina muy válida a la hora de conseguir nuestro peso ideal respetando
al máximo la salud.
Teniendo esto
cuenta, el reloj nos marca la hora a la que debemos INGERIR LOS ALIMENTOS Y LA CRONOBIOLOGÍA DE LA NUTRICIÓN nos dice
qué nutrientes son los ideales para cada toma. Es lo que viene a ser, en
palabras del doctor Jean Robert Rapín, experto europeo en toxicología y
farmacología, "un control que se basa en respetar de la mejor forma posible
el ritmo de las comidas".
UNA DIETA FÁCIL DE SEGUIR
Aunque para
conseguir nuestro peso ideal y mantenerlo también hace falta, según comenta el
especialista, "eliminar el exceso calórico y las grasas",
tal y como se recomienda en TODOS LOS
REGÍMENES DE ADELGAZAMIENTO, ADAPTAR NUESTRA NUTRICIÓN A NUESTROS BIORRITMOS
PUEDE SER UNA GRAN AYUDA. Siguiendo esto, el doctor Rapín recomienda:
EN EL DESAYUNO: realizar
una verdadera comida con una bebida sin azúcar (té, cafés, infusiones),
proteínas (huevos, queso, jamón), glúcidos de absorción lenta como el pan con
levadura y grasas saturadas como la mantequilla.
- EL ALMUERZO debe
ser rico en proteínas (carne o pescado), verduras crudas o cocidas, cereales
(pan) y frutas, en especial los cítricos.
- LA
MERIENDA debe aportar
azúcares: fruta fresca, ácidos grasos poliinsaturados (nueces, avellanas,
almendras) y se pueden incluir dos onzas de chocolate puro.
- PARA ACABAR EL DÍA, LA CENA debe ser una comida suave con proteínas ligeras (pescado o aves)
acompañadas de verduras crudas o cocidas.
Otros aspectos,
según Jean Robert Rapín, apuntan a "una disminución de la cantidad de
azúcar y bollería, evitar las grasas tipo trans y reducir el consumo de
sal". Además, puesto que no siempre es posible respetar
estrictamente los horarios de las comidas, es importante que, por ejemplo, ya
que en LOS DÍAS DE DESCANSO solemos
variar nuestro ritmo considerablemente, intentar que haya cierto equilibrio y
suplir los posibles excesos o carencias.
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