Por Vale Villa
Solemos decir en
piloto automático que nadie cambia o que es muy difícil cambiar. Creo que lo
decimos porque nos da flojera deshacernos de nuestros malos hábitos. O sentimos
vergüenza de aceptar que somos autodestructivos en nuestra forma de comer, de
beber o de trabajar. Es mucha la humildad necesaria para reconocer que hacemos
mal las cosas, que vivimos como autómatas casi la mitad del tiempo, comiendo
comida de mala calidad que nos hace sentir acompañados, pasando horas frente al
televisor alimentando el sedentarismo, consumiendo cigarros cuando estamos
nerviosos, viendo cómo se acumulan papeles o ropa en nuestra casa.
Cambiar es
indispensable, porque todos tenemos algo que mejorar, algo que transformar. Todos
tenemos algún reto que vencer, una conducta que odiamos y que no hemos logrado
erradicar.
TODOS QUEREMOS UN SÍ
La vida es más
simple de lo que parece aunque a veces la veamos muy complicada, pero en
condiciones emocionales normales – sin que estorbe alguna crisis importante de
salud, un duelo o una enfermedad emocional como la depresión entre otras - somos capaces de lograr lo que nos
proponemos, asumiendo responsabilidad total sobre nuestro destino, excluyendo a
la muerte.
Este texto está
basado en un libro muy poderoso: Influence (Influencia) de Robert Cialdini
(2007), que propone 6 principios universales surgidos de la investigación, y
que están fuertemente asociados a que las personas digan SÍ.
MIRAR ADENTRO
Somos un estuche
de monerías y ni cuenta nos damos. Dicen Farb, Segal y Anderson de la Universidad de
Toronto, que tenemos la capacidad innata de consolarnos y calmarnos a nosotros
mismos. Así como lo leyeron: Sin recurrir al alcohol o a cualquier otra droga,
ni a ninguna distracción que nos haga olvidar lo angustiados o lo furiosos que
estamos.
Quizá pensamos
frecuentemente que dentro de nosotros es un lugar incomprensible, del que pocas
veces sabemos dar cuenta. Suena a broma, pero no sabemos responder claramente
cuando nos preguntan qué se siente, cómo te sientes, qué sentiste y
similares. Contestamos lo que sea,
poniendo el énfasis casi totalmente en el mundo exterior: hacía frío, mis papás
se acababan de divorciar, es culpa de la gripa, ella me provocó, el mundo está
en crisis, o contestamos lo que pensamos pero no lo que sentimos.
YO MIENTO, TU MIENTES,
TODOS MENTIMOS
Nadie está
exento de mentir. Todos lo hacemos para protegernos de las consecuencias de la
verdad, aunque no todas las mentiras son igualmente dañinas.
Los bebés
exageran su llanto cuando la madre está cerca para verlos, los adolescentes les
mienten a sus padres para apropiarse de la libertad sin consecuencias que
anhelan. Algunos grandes grupos financieros y consultores, les mienten a sus
clientes para enriquecerse ilícitamente. Los atletas mienten para romper marcas
mundiales. Un hombre públicamente recto y defensor de la justicia, lleva una
doble vida para conservar el amor de dos mujeres al mismo tiempo. Los políticos
mienten en campaña o por lo menos exageran promesas que después serán incapaces
de cumplir. Una mujer le dice a su pareja que ha tenido un orgasmo, para no
hacerlo sentir mal. Algunos adultos les dicen a los niños que el abuelo se
quedó dormido, en vez de intentar explicarles el misterio de la muerte. La
gente miente en los juzgados arriesgándose a ir a la cárcel, con tal de ganar
una batalla legal. Todos hemos dicho que sabemos hacer algo o que hemos leído
muchos libros, con tal de no exhibir nuestra ignorancia en ciertos temas. Todos
nos mentimos cotidianamente diciéndonos cosas como no me duele, no me afecta,
estoy bien sola/solo, no le tengo miedo a nada, mañana empezaré a cuidar más de
mi salud…sabiendo en el fondo que no es verdad.
SIN INTEGRIDAD, NOS VOLVEMOS
ANIMALES PELIGROSOS
Una sola mentira,
destruye toda una reputación de integridad (Baltasar Gracian)
Integridad viene
del latín Integritas que significa intacto, con todas sus partes, completo.
La integridad
ética, significa ser de una sola pieza, refiriéndose a la congruencia entre la
razón, la emoción y la acción. Ser uno y no varios. Ser quien soy en todos los
ámbitos, personales o públicos. La integridad nos humaniza y lejos de ella, nos
volvemos animales peligrosos, capaces de cualquier cosa, por falta de
compromiso frente a los límites entre lo bueno y lo malo, lo falso y lo
verdadero, lo importante y lo superficial. Alguien sin integridad es un barco a
la deriva, una hoja al viento, un ser amorfo.
La persona
íntegra sabe cuales son las reglas de vida que no romperá nunca, pase lo que
pase. El pase lo que pase es complicadísimo. Hacer lo correcto es
particularmente difícil cuando estamos tristes, enojados, cansados, lastimados,
solos, necesitados, angustiados, o cuando nos da por pensar que la libertad es
conseguir todo lo que deseamos, o cuando nos convencemos de que mientras nadie
se entere de nuestros deslices éticos, todo estará bien.
HOY
El modelo de
terapia breve centrado en la solución de problemas, es obra de Steve de Shazer
y sus colaboradores. Es un modelo claramente optimista, ya que parte de la
firme creencia en la capacidad de cambio de todos los seres humanos.
De Shazer acuñó
la pregunta por el milagro, que consiste en preguntar a los pacientes qué
cambiaría en sus vidas si durante la noche se operara un milagro y amanecieran
con el cambio que han estado anhelando o necesitando.
A veces parece
que en efecto, necesitamos de un milagro para cambiar algún aspecto de nuestra
vida o de nuestra personalidad. Sin embargo, cambiar es más simple y menos
espectacular de lo que suponemos.
DE MUJERES Y SUS
CONTRADICCIONES
Nota: Pido una
disculpa a todas aquellas mujeres que han conseguido liberarse totalmente de
cualquier atadura sentimental que las haga sentirse vulnerables cuando se
enamoran o cuando dejan de amar. También me disculpo con las mujeres que son
estables, que nunca hacen dramas, que son independientes y que no necesitan de
nada ni de nadie para ser felices.
Recomiendo dejar de leer este texto si pertenecen a las categorías antes
descritas.
En los últimos
días me han sorprendido las mujeres que habitan mi mundo cercano. Familiares,
amigas y pacientes. En algún momento de los últimos días, todas han expresado
una postura o idea con convicción, y unos días después han dicho sentir o
pensar todo lo contrario. Me quedé pensando en los dichos que han acuñado los
hombres para describirnos: “mujeres juntas, ni difuntas”, “no trates de
entender a las mujeres, solo ámalas”, “mujer que no la arma de tos, es hombre”,
en fin.
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